 
  Siempre se ha observado que las personas que habitan en las grandes ciudades llevan una vida "acelerada" frente a las que viven en pequeñas poblaciones y en el campo. Un nuevo estudio sugiere que esto es más cierto que nunca, pero ¿cómo se plasma esa "aceleración"?.
 
  
  
  
  
   
  
  
   
  
  
  
  
  
   
  
  
   
  
  