¿Qué diferencias hay entre peligro, riesgo y vulnerabilidad?

¿Por qué son distintos los efectos de una tormenta en función del sitio en qué se produzca? La respuesta se basa en el concepto del 'riesgo', que es la combinación entre un 'peligro', la 'vulnerabilidad' y la 'exposición' en el territorio.

Daños en una carretera debido a la crecida de un río
La construcción de infraestructuras cerca de los cursos fluviales implica mayor riesgo y en efecto, que la carretera sea más 'vulnerable', por estar más expuesta al cauce del curso fluvial

El mes de setiembre ha empezado con aguaceros intensos e inundaciones en algunos puntos del país, y es interesante hacer hincapié en los conceptos que se utilizan desde protección civil para hacer planificación y prevención de riesgos e incidencias que afecten la población.

Estos tecnicismos son 'peligro', 'riesgo', 'vulnerabilidad' y 'exposición'. ¿Os habéis preguntado alguna vez si un mismo fenómeno meteorológico tiene riesgos distintos en función del territorio, o cómo la exposición a un peligro natural puede variar significativamente el riesgo?

Una tormenta de 200 litros en alta montaña tiene un riesgo bajo de provocar afectaciones debido a la presencia de un desierto demográfico.

Así pues, podemos definir el peligro como el fenómeno natural en cuestión: aguaceros, tormentas, nevadas, tornados, desprendimientos, aludes, etc. Se trata de acontecimientos que la sociedad no puede controlar ni determinar que se produzcan. Dentro de ese término hay distintas variables a considerar, como la intensidad, la extensión o la persistencia de esas precipitaciones.

No es lo mismo una tormenta que deje 77,7 litros por metro cuadrado en 30 minutos como sucedió en Alcanar (Tarragona), que esos 77,7 caídos durante un día entero. El riesgo y la vulnerabilidad son radicalmente distintos.

Si vamos añadiendo 'capas' y hacemos referencia al riesgo, hay que poner el foco en la posibilidad que este fenómeno natural pueda provocar daños o afectaciones sobre el territorio. Con lo cual, el riesgo es el resultado de la combinación entre el peligro, la vulnerabilidad y la exposición.

Se trata de daños, incidencias, afectaciones o pérdidas que se puedan producir, desde víctimas mortales a daños materiales, pasando por incidencias ambientales o pérdidas económicas.

La planificación territorial determina la vulnerabilidad y la exposición

La vulnerabilidad es la predisposición de un elemento (persona, edificio, municipio, ecosistema...) a sufrir daños ante un fenómeno natural, es decir, ante un peligro concreto.

El riesgo y la vulnerabilidad, por tanto, dependen de muchos factores: densidad de población, distribución de la población en el territorio, planificación urbanística, presencia de infraestructuras, etc). 

La vulnerabilidad es la susceptibilidad de personas, objetos o elementos a sufrir daños o padecer afectaciones negativas debido a una perturbación.

Finalmente, la exposición es la cantidad de elementos vulnerables propensos o sujetos a determinados peligros y que estos puedan provocarles afectaciones. Por ejemplo, construir casas o edificios dentro de la zona inundable de riachuelos o barrancos es sinónimo de incrementar mucho la exposición de estos elementos, con lo cual, la vulnerabilidad es extremadamente elevada ante avenidas o barrancadas.