¿Por qué los modelos climáticos se equivocan tanto sobre el ritmo del calentamiento del Ártico?. Ya hay respuestas

El Ártico es uno de los lugares más fríos de la Tierra, pero en las últimas décadas, la región se ha calentado rápidamente, a un ritmo tres o cuatro veces superior al promedio mundial pero los modelos climáticos actuales no han podido explicar este ritmo de calentamiento. ¿Por qué?

Imagen del Ártico de la NASA

El Ártico es uno de los lugares más fríos de la Tierra, pero en las últimas décadas, la región se ha calentado rápidamente, a un ritmo tres o cuatro veces superior al promedio mundial. Sin embargo, los modelos climáticos actuales no han podido explicar este aumento del ritmo.

¿Por qué los modelos climáticos no modelizan bien el calentamiento del Ártico?

Ahora, dos investigadores de la Universidad de Kyushu (la estudiante de posgrado Momoka Nakanishi, de la Escuela Interdisciplinaria de Posgrado en Ciencias de la Ingeniería, y su asesor, el profesor asociado Takuro Michibata, del Instituto de Investigación de Mecánica Aplicada) han informado en un estudio publicado en Ocean-Land-Atmosphere Research que las nubes pueden ser las culpables.

Las nubes más comunes del Ártico son las de fase mixta, que contienen tanto cristales de hielo como gotitas de agua líquida superenfriada. En el verano ártico, cuando el sol brilla las 24 horas del día, estas nubes actúan como un parasol, reflejando la luz solar hacia el espacio y proporcionando un efecto refrescante.

Pero en el largo y oscuro invierno ártico, cuando no hay luz solar para reflejar, estas nubes actúan más como una manta, atrapando el calor irradiado desde la superficie de la Tierra y enviándolo de regreso a la superficie del Ártico.

"Sin embargo, la capacidad de estas nubes de fase mixta para retener el calor depende de su proporción de hielo a líquido", explica Nakanishi. "Cuanta más agua líquida contengan las nubes, mejor atraparán el calor. Sin embargo, muchos modelos climáticos presentan un sesgo considerable al representar esta proporción, lo que provoca predicciones incorrectas".

En este estudio, Nakanishi y Michibata analizaron 30 modelos climáticos y los compararon con observaciones satelitales de nubes en el Ártico durante el invierno de la última década. Descubrieron que 21 de los 30 modelos sobreestimaron significativamente la proporción de hielo a líquido en las nubes árticas invernales.

«Estos modelos con predominio del hielo no tienen en cuenta adecuadamente el potencial de calentamiento actual de las nubes durante el invierno», afirma Nakanishi. «Por eso no pueden explicar el rápido calentamiento que observamos actualmente».

En el clima actual, las nubes de fase mixta tienen una proporción de hielo a líquido ligeramente mayor. A medida que el clima se calienta, más hielo se transforma en líquido, lo que aumenta la cantidad de calor emitido por las nubes y, por lo tanto, el efecto de calentamiento. Sin embargo, en el futuro, las nubes contendrán suficiente líquido como para que el calor emitido alcance un máximo, estabilizando el efecto de calentamiento. Crédito: Takuro Michibata/Universidad de Kyushu

Sin embargo, no hay mal que por bien no venga. Si bien los modelos climáticos subestiman la tasa de calentamiento global actual, sobreestiman la tasa de calentamiento global futura.

Los errores en las proyecciones futuras se deben a un proceso denominado "retroalimentación de la emisividad de las nubes".

En resumen, a medida que el Ártico se calienta, las nubes pasan de contener principalmente hielo a ser más líquidas, lo que aumenta su capacidad para retener el calor, calentando aún más el Ártico y creando un ciclo de retroalimentación positiva.

Pero, lo que es más importante, este ciclo de retroalimentación tiene un límite temporal. Una vez que las nubes se vuelven tan ricas en líquido que se comportan como cuerpos negros —absorbiendo y reemitiendo calor por completo—, un mayor calentamiento tiene menos efecto.

Sin embargo, dado que muchos modelos climáticos subestiman la cantidad de líquido presente en las nubes actuales, asumen que aún queda un cambio mayor por delante. Como resultado, sobreestiman la cantidad de calor adicional que se acumulará en el futuro y predicen que el efecto de retroalimentación durará más de lo que la realidad sugiere.

En el futuro, los hallazgos del estudio podrían usarse para refinar los modelos climáticos para que brinden una representación más precisa de la relación hielo-líquido dentro de las nubes y mejores predicciones de las tasas actuales y futuras de calentamiento del Ártico.

Dado que el clima del Ártico también desempeña un papel clave en la configuración de los patrones climáticos más al sur, estos hallazgos también podrían conducir a pronósticos más precisos de fenómenos meteorológicos extremos en regiones de latitudes medias.

"La mayor incertidumbre en nuestros pronósticos se debe a la nubosidad", concluye Michibata. "Corregir estos modelos es esencial no solo para el Ártico, sino también para comprender su impacto en el clima y el cambio climático a nivel mundial".

Referencia

Momoka Nakanishi et al, How Does Cloud Emissivity Feedback Affect Present and Future Arctic Warming?, Ocean-Land-Atmosphere Research (2025). DOI: 10.34133/olar.0089

Esta entrada se publicó en Actualidad en 21 May 2025 por Francisco Martín León