Y la DANA se comió a la 'gota fría'

Las últimas lluvias torrenciales van a ser muy difíciles de olvidar en el sureste peninsular y, además, pueden haber cambiado el lenguaje periodístico. ¿Se consolidará finalmente la DANA frente a la 'gota fría'?

DANA inundación
El último episodio de lluvias torrenciales pasará a la historia por sus efectos materiales, personales y, posiblemente, informativos.

En los últimos años se está debatiendo mucho sobre el uso del concepto ‘gota fría’ en el ámbito especializado, esencialmente el vinculado a la meteorología y periodismo. Todos los expertos saben que es un término retrógrado y que conlleva una percepción equivocada del fenómeno, atribuyéndole efectos catastróficos cuando no siempre los tiene. Sin embargo, ‘gota fría’ tiene -o tenía- más arraigo entre el público objetivo que debe comprender la información. Por eso el término continúa ostentando hoy en día más partidarios que detractores, siempre fuera de la AEMET. Esta última lleva varias décadas batallando para que sea sustituida por DANA, que es la sigla de ‘Depresión Aislada en Niveles Altos’, un nombre más ajustado al proceso meteorológico. La campaña ha tenido poco éxito… hasta ahora. El último episodio de lluvias torrenciales parece haber quitado el cetro a la gota fría. Ya veremos si definitivamente.

La ‘goleada’ de la DANA

Una de las herramientas más útiles para considerar el éxito de una palabra o frase es Google, gracias a su herramienta Google Trends. Esta permite que el usuario pueda ver la evolución en el tiempo de las búsquedas de un concepto y, además, compararlo con otros. Pues bien, hemos hecho lo propio con gota fría y DANA obteniendo el siguiente resultado.

DANA o gota fría
Evolución de las búsquedas en 'Google' de DANA y gota fría en el último año.

Este gráfico nos permite ver una auténtica explosión en las búsquedas referentes a la DANA, muy por encima de la gota fría. Podríamos decir que el concepto más tradicional ha sido literalmente barrido. Tras hablar con el Departamento Web y SEO de Meteored la conclusión es que los medios han utilizado mucho esa palabra, la gente está empezando a conocerla y, por ende, a teclearla en el móvil, tablets o PC. No hay mejores indicadores que estos para establecer modas. Podríamos estar ante un fenómeno similar al de ‘ciclogénesis explosiva’, un término muy técnico que saltó a la palestra informativa tras estar muchos años en la trastienda de la meteorología.

Si se confirma esta moda, estaremos haciendo un favor a la ciencia y al rigor. La ‘gota fría’ en los medios se utiliza como un comodín para hablar casi de cualquier fenómeno con lluvias torrenciales y efectos catastróficos. Así se ha desmarcado de la definición original del año 1886, publicada por la escuela alemana: kaltlufttropfen, cuya traducción es algo así como gota de aire frío. En realidad con esto hablaban de una depresión en altura sin reflejo en superficie, en ningún caso de sus consecuencias extraordinarias.

A partir de los años ochenta el antiguo INM empezó a discrepar del impronunciable kaltlufttropfen y fue introduciendo progresivamente hasta hoy, como AEMET desde 2008, el concepto de DANA. Primero porque la gota fría en su definición primitiva no asume el mencionado reflejo en superficie, y sí lo hay; y segundo, aún más importante, por la concepción social. Entre otras causas.