Un estudio revela los cambios en los hábitos y en la vida acelerada de los peatones en las grandes ciudades

Siempre se ha observado que las personas que habitan en las grandes ciudades llevan una vida "acelerada" frente a las que viven en pequeñas poblaciones y en el campo. Un nuevo estudio sugiere que esto es más cierto que nunca, pero ¿cómo se plasma esa "aceleración"?.

La vida en las ciudades es altamente "acelerada". PXHERE.com CC0 Dominio publico



La investigación, coescrita por académicos del Massachusetts Institute of Technology, MIT, muestra que la velocidad promedio al caminar de los peatones en tres ciudades del noreste de Estados Unidos aumentó un 15% entre 1980 y 2010. El número de personas que permanecen en espacios públicos también disminuyó un 14% en ese período.

Los investigadores utilizaron herramientas de aprendizaje automático para evaluar secuencias de vídeo de la década de 1980 captadas por el reconocido urbanista William Whyte en Boston, Nueva York y Filadelfia. Compararon el material antiguo con vídeos más recientes de los mismos lugares.

"Algo ha cambiado en los últimos 40 años", afirma Carlo Ratti, profesor de la práctica en el MIT y coautor del nuevo estudio. "La velocidad con la que caminamos, cómo se reúnen las personas en el espacio público; lo que observamos es que los espacios públicos funcionan de maneras ligeramente diferentes, más como vías de comunicación y menos como espacios de encuentro".

El artículo, traducido al castellano, "Explorando la vida social de los espacios urbanos a través de la IA", se publica en Proceedings of the National Academy of Sciences .

Los peatones ahora caminan un 15% más rápido y permanecen menos tiempo en los espacios públicos de la ciudad.


Los resultados podrían ayudar a informar la planificación urbana, ya que los diseñadores buscan crear nuevas áreas públicas o modificar las existentes.

"El espacio público es un elemento fundamental de la vida cívica, y hoy en día, en parte, porque contrarresta la polarización del espacio digital", afirma Salazar-Miranda. "Cuanto más mejoremos el espacio público, más propicias serán nuestras ciudades para la reunión".

Grabaciones históricas usadas para el estudio

Whyte fue un destacado pensador social cuyo famoso libro de 1956, "The Organization Man", que analiza la aparente cultura de conformidad corporativa en Estados Unidos, se convirtió en una piedra de toque de su década.

Sin embargo, Whyte dedicó las últimas décadas de su carrera al urbanismo. El material que filmó, entre 1978 y 1980, fue archivado por una organización sin fines de lucro con sede en Brooklyn llamada Proyecto para Espacios Públicos y posteriormente digitalizado por Hampton y sus estudiantes.

Whyte eligió hacer su grabación en cuatro lugares de las tres ciudades combinadas: el área Downtown Crossing de Boston; el Bryant Park de la ciudad de Nueva York; las escaleras del Museo Metropolitano de Arte de Nueva York, un famoso punto de encuentro y lugar para observar gente; y la Chestnut Street de Filadelfia.

En 2010, un grupo dirigido por Hampton grabó nuevas imágenes en esos lugares, a la misma hora que Whyte, para comparar y contrastar la dinámica actual con la de la época de Whyte. Para realizar el estudio, los coautores utilizaron visión artificial y modelos de IA para resumir y cuantificar la actividad en los videos.

Los investigadores han descubierto que algunas cosas no han cambiado mucho. El porcentaje de personas que caminaban solas apenas se movió, del 67 % en 1980 al 68 % en 2010. Por otro lado, el porcentaje de personas que entraban en estos espacios públicos y se unían a un grupo disminuyó ligeramente. En 1980, el 5,5 % de las personas que se acercaban a estos lugares se encontraban con un grupo; en 2010, ese porcentaje se redujo al 2 %.

Menos grupos al aire libre: ¿anomia o Starbucks?

Si los patrones de comportamiento de las personas han cambiado desde 1980, es natural preguntarse por qué. Sin duda, algunos de los cambios visibles parecen congruentes con el uso generalizado de los teléfonos celulares; ahora las personas organizan su vida social por teléfono y, como resultado, quizás se desplazan más rápido de un lugar a otro.

"Al ver las imágenes de William Whyte, la gente en espacios públicos se miraba más", dice Ratti. "Era un lugar donde se podía iniciar una conversación o encontrarse con un amigo. En aquel entonces no se podía hacer nada en línea. Hoy en día, el comportamiento se basa más en enviar mensajes de texto primero para encontrarse en espacios públicos".

Como señalan los investigadores, si los grupos de personas se reúnen con menos frecuencia en espacios públicos, podría haber otra razón: Starbucks y sus competidores. Como indica el artículo, la socialización grupal al aire libre podría ser menos común debido a «la proliferación de cafeterías y otros locales cerrados. En lugar de quedarse en las aceras, las personas podrían haber trasladado sus interacciones sociales a espacios privados con aire acondicionado y más cómodos».

Ciertamente las cafeterías eran mucho menos comunes en las grandes ciudades en 1980, y las grandes cadenas de cafeterías no existían.

Por otro lado, el comportamiento en el espacio público podría haber estado evolucionando durante todo este tiempo, independientemente de Starbucks y otros establecimientos similares. Los investigadores afirman que el nuevo estudio ofrece una prueba de concepto de su método y los ha animado a realizar investigaciones adicionales. Ratti, Duarte y otros investigadores del Senseable City Lab del MIT han centrado su atención en un amplio estudio de los espacios públicos europeos para intentar comprender mejor la interacción entre las personas y el espacio público.

"Estamos recopilando imágenes de 40 plazas en Europa", dice Duarte. "La pregunta es: ¿cómo podemos aprender a mayor escala? Esto es, en parte, lo que estamos haciendo".

Referencia

Arianna Salazar-Miranda et al, Exploring the social life of urban spaces through AI, Proceedings of the National Academy of Sciences (2025). DOI: 10.1073/pnas.2424662122

Esta entrada se publicó en Noticias en 26 Jul 2025 por Francisco Martín León