¿Estamos solos en el universo? Esto es lo que dice la paradoja de Fermi

Seguramente a lo largo de nuestra vida habremos debatido si existen o no otras formas de vida inteligente en el universo. Esta pregunta también se la han hecho muchos científicos, y en este contexto nació la famosa paradoja de Fermi.

paradoja de Fermi
Una posible representación de una forma de vida extraterrestre evolucionada.

En 1950, Enrico Fermi, mientras trabajaba en los laboratorios de Los Álamos, en Nuevo México, se encontró discutiendo con algunos colegas sobre un avistamiento de ovnis que entonces era reciente. Naturalmente, la conversación tocó diversos aspectos relacionados con el avistamiento hasta que en un momento dado Fermi dijo:

Where are everybody? (¿Dónde están todos?)

En efecto, sólo en nuestra galaxia hay cientos de miles de millones de estrellas, mientras que en el universo hay al menos dos billones de galaxias similares a la nuestra, con otras tantas estrellas teóricamente aptas para ser el centro de un sistema planetario, con mundos en los que podrían haberse desarrollado formas de vida inteligente.

¿Por qué nadie se ha puesto en contacto con nosotros?

Estamos hablando de números enormes que deberían (siempre en teoría) garantizar una probabilidad bastante alta de encontrar otras entidades extraterrestres dotadas de alguna forma de inteligencia.

Es ciertamente posible que la vida en la Tierra sea el resultado de circunstancias fortuitas y afortunadas, pero con los números que acabamos de comentar, ¿es posible que esta coincidencia de acontecimientos, que trajo la vida a nuestro planeta, sea única?

Pero si no somos los únicos seres vivos con inteligencia en el cosmos, ¿por qué no hemos encontrado ni detectado aún ninguna señal extraterrestre? De ahí la paradoja, el contraste entre la afirmación de que no estamos solos en el universo y la ausencia actual de pruebas y observaciones científicas que demuestren la presencia real de otras formas de vida inteligente.

La ecuación de Drake

Unos diez años después de la famosa pregunta de Fermi, en 1960, Frank Donald Drake, astrónomo y astrofísico estadounidense, desarrolló una fórmula matemática para estimar el número de civilizaciones extraterrestres capaces de comunicarse en nuestra galaxia: la ecuación de Drake.

Evidentemente, se trata de una ecuación que intenta deducir el número de estas civilizaciones de forma muy simple y simplificada, utilizando términos en gran parte completamente conjeturales y multiplicándolos entre sí.

Al introducir en la ecuación de Drake los valores utilizados por el propio astrofísico, se obtiene un número de civilizaciones extraterrestres en nuestra galaxia capaces de comunicarse con nosotros igual a 10.

Pero cuidado, porque cada variación de los parámetros provoca diferencias considerables en el resultado final, que oscilan entre 600 000 para los más optimistas y 0,0000001 para los más pesimistas.

SETI y las posibles respuestas a Fermi

También en 1960, Drake propuso un programa real dedicado a la búsqueda de vida extraterrestre inteligente lo suficientemente evolucionada como para enviar señales de radio a través del universo, el SETI (Search for Extra-Terrestrial Intelligence), una organización científica privada sin ánimo de lucro creada oficialmente en 1974 y que desde entonces busca señales extraterrestres enviadas por otras formas de vida en el cosmos.

La única señal detectada por el SETI fue la conocida como Señal Wolf, que duró algo más de un minuto y fue captada el 15 de agosto de 1977.

Hasta ahora no se ha detectado ninguna señal, salvo la llamada Señal Wow, que duró 72 segundos y fue captada el 15 de agosto de 1977 por Jerry R. Ehman con el radiotelescopio Big Ear de la Universidad Estatal de Ohio. Se trataba de una fuerte señal de radio de banda estrecha con características que sugerían que procedía de fuera de nuestro sistema solar, hipótesis que sigue sin confirmarse a día de hoy.

Así pues, después de más de 70 años, la pregunta de Fermi sigue sin respuesta, a pesar de que muchos han intentado encontrar la solución elaborando numerosas teorías, desde la más pesimista, que considera que la Tierra es una rareza, de hecho una singularidad, lo que significa que estamos solos en el universo, hasta la más cínica, que en cambio plantea la hipótesis de que existen formas de vida extraterrestre inteligente, pero que simplemente no tienen interés en comunicarse con nosotros.