Qué comer (y qué evitar) para sentirte menos pesado con estas altas temperaturas

Con el calor, comer pesado es como ponerse abrigo en la playa. Aquí tienes qué alimentos elegir —y cuáles evitar— para sentirte ligero, hidratado y con energía en verano.

playa calor
Ola de calor, estás en la playa, no sabes ya ni qué comer para no sentirte más pesado.

Llega el calor y tu cuerpo dice “hasta aquí”. Te sientes como un pimiento asado en agosto: blandito, sin ganas de moverse y con la energía justa para pasar del sofá a la nevera. Pero, sorpresa, la nevera también guarda trampas. Porque sí, hay alimentos que con altas temperaturas te hacen sentir más ligero… y otros que te convierten en un koala empachado a 35 grados.

Vamos a ver qué comer —y qué no— cuando el termómetro amenaza con fundirse.

1. El cuerpo no es tonto (aunque a veces lo forcemos)

Cuando hace calor, el cuerpo busca ahorrar energía. Baja el metabolismo, disminuye el apetito y la digestión se hace más lenta. Comer como si estuvieras en una estación de esquí, con su fabada, su chuletón y su postre de triple chocolate, solo consigue que te sientas más pesado, más torpe y más sudoroso que un ventilador con bufanda.

Así que: no es que comas menos por capricho. Es que tu cuerpo no necesita lo mismo.

2. Comidas ligeras: tus nuevas mejores amigas

Frutas, verduras, legumbres frías y cereales integrales son la base del verano. No solo porque se digieren mejor, sino porque aportan agua, fibra, vitaminas y minerales sin saturarte.

  • Ensaladas completas: que no sean solo lechuga con complejo de invisibilidad. Añade legumbres (lentejas, garbanzos), cereales (quinoa, arroz integral) o proteínas (huevo, atún, tofu, pollo).
gazpacho
Las cremas frías tienen nutrientes, son ricas, fresquitas y saludables. ¿Qué mas le puedes pedir?
  • Frutas con alto contenido en agua: sandía, melón, fresas, melocotón. Refrescan y, de paso, hidratan.
  • Gazpachos y sopas frías: son verdura en modo “spa”. Buenísimas, saciantes y cargadas de antioxidantes.

Evita las “ensaladas trampa” que llevan más mayonesa que vegetal. Porque si tu ensalada flota, no es ligera: es un Titanic calórico.

3. Alimentos que mejor… en diciembre

Hay alimentos que son como una manta eléctrica para tu sistema digestivo:

  • Comidas muy grasas o fritas: ralentizan la digestión y te dejan medio grogui.
  • Carnes rojas muy procesadas: chorizo, salchichas, embutidos… sí, están buenos. Pero con 38 °C fuera, es como vestirse con abrigo de plumas.
  • Platos muy picantes o especiados: pueden hacerte sudar más. Aunque en pequeñas dosis, también ayudan a “enfriar” (paradójicamente, sudas para bajar la temperatura).
cerveza
Lo siento (o no), pero no, el alcohol no es el mejor aliado de la hidratación (te pongas como te pongas)

¿Y el alcohol? Aquí viene el “me duele más a mí que a ti”. Sí, una cerveza fría parece la solución mágica, pero el alcohol deshidrata, puede bajarte la tensión (que ya está más baja que tu ánimo a las 4 de la tarde) y te hace sentir aún más cansado. Si bebes, que sea con agua al lado y sin pasarte.

4. Hidratación: más allá del agua

Beber agua es clave, pero no tienes que vivir con una botella pegada al brazo como si fuera una extensión de tu cuerpo.

  • Incluye infusiones frías, caldos fríos, zumos naturales sin azúcar, agua con trozos de frutas, pepino o hierbas aromáticas.
  • Ojo con las bebidas isotónicas: son para reponer electrolitos tras ejercicio intenso, no para sobrevivir a estar tumbado en la toalla.
  • Evita refrescos azucarados, energéticas y cafés en exceso: te deshidratan más que ayudarte.

Cuidado la sensación de sed en niños y mayores, tienen el umbral más elevado y no la perciben, así que puede haber riesgo de deshidratación.

5. ¿Y los helados?

Helado es felicidad. Pero ojo: sí, son ultraprocesados, cargados de azúcares y grasas, te refrescan un minuto y te empachan una hora.

  • Mejor: polos caseros de fruta natural, yogur congelado o helados artesanales de verdad. Son ultraprocesados igual, pero un punto por debajo de los siguientes
  • Peor: tartas heladas que llevan más aire que ingredientes, y más grasa que alegría.
helado
Sí, los helados son fresquitos y no, no se deberían merendar todas las tardes del verano.

Un helado de vez en cuando no es crimen. Pero si se convierte en merienda diaria, ya no es premio: es rutina poco saludable con disfraz refrescante.

6. Cuándo y cómo comer importa

En verano, cambia el horario de comidas si lo necesitas. Comer más temprano, hacer cenas ligeras y evitar cenas copiosas es clave para dormir bien (sí, también sudando menos).

  • Evita comidas grandes justo antes de exponerte al sol o hacer ejercicio.
  • Mejor: fraccionar en varias tomas pequeñas, sin llegar al atracón.
  • Y por favor, no vayas a la playa con la tripa llena de cocido. No es peligroso por el “corte de digestión” (mito), sino porque simplemente vas a estar fatal.

¿Qué comer con calor?

Fresco, ligero, vegetal y con agua.
Frutas, ensaladas completas, sopas frías, legumbres, cereales integrales.
Mucha agua y variedad de formas de hidratarte.

¿Qué NO comer con calor?

Nada muy frito, muy graso o muy procesado.
Alcohol y refrescos azucarados como fuente principal de hidratación: NO.
Comilonas pesadas que te dejen como un oso en hibernación (en pleno agosto).

El verano no es excusa para comer mal, pero tampoco para sufrir. Escucha a tu cuerpo, ajústate a lo que necesita y disfruta del buen tiempo… sin cargarle más trabajo a tu sistema digestivo.

Y recuerda: si tu comida suda más que tú… probablemente no es buena idea.