La acumulación de calor en el Atlántico podría provocar el verano más cálido jamás registrado en Europa en 2025
Los expertos confirman que en el Atlántico Norte se ha producido una importante acumulación de calor estos años, una señal de advertencia de calor extremo en Europa. ¿Qué hay detrás de esta situación?

Una acumulación de calor en el Atlántico Norte describe un fenómeno en el cual una cantidad inusual de calor se almacena en el agua de mar. Este exceso de calor no se produce en unos pocos días, sino que es un proceso que se extiende durante años, generalmente debido a cambios en el transporte de calor dentro de las corrientes oceánicas.
Normalmente, el calor se transporta desde las regiones tropicales hacia el norte, pero cuando este transporte se interrumpe, la energía se acumula en ciertas regiones marítimas. Estas anomalías no sólo influyen en el ecosistema atlántico, sino que también tienen un impacto en los fenómenos meteorológicos europeos.
La conexión entre el mar y el calor de la tierra
Lo que a primera vista parece un proceso puramente oceánico, tiene consecuencias importantes en la tierra. Esto se debe a que el calor acumulado en el océano influye en la atmósfera que se encuentra encima de él y, por ende, también en los patrones climáticos a gran escala.
F*ck!
— Leon Simons (looking up) (@LeonSimons8) February 8, 2025
The ocean is losing its ability to store heat as the planet warms up
With a record high rate of heat accumulation, that means that more heat is available to warm the land and atmosphere, and to melt ice.
Both relatively and absolutely.
Which is exactly what we see! https://t.co/vCJQKyi6kT pic.twitter.com/2hK5bpCFM8
Si se almacena una cantidad especialmente grande de calor en el Atlántico Norte, esto puede favorecer la formación de áreas persistentes de altas presiones sobre Europa. Estos bloquean masas de aire más frías y húmedas y dan lugar a olas de calor prolongadas, como ha sucedido con mayor frecuencia en las últimas décadas.
Esta acumulación de calor se predice con años de antelación y, por tanto, permite por primera vez realizar estimaciones a largo plazo de posibles veranos extremos.
2025: ¿La próxima gran ola de calor?
Según los investigadores del Instituto Max Planck de Meteorología de Hamburgo, las simulaciones actuales sugieren que se ha registrado de nuevo una acumulación de calor similar, y que ya lleva varios años produciéndose. Esto no quiere decir que el calor será insoportable todos los días, pero sí aumenta enormemente la probabilidad de olas de calor, períodos secos y noches más tropicales de lo normal.
Probablemente el centro y sur del continente se verían especialmente afectados, con consecuencias como suelos secos, riesgo de incendios forestales y problemas de salud. Las señales son claras: es más probable que nunca un verano extremo.
Comparación histórica y perspectivas futuras
En retrospectiva, surge un patrón claro: muchos veranos particularmente calurosos en Europa fueron anunciados por una acumulación similar de calor en el Atlántico. Los años 2003, 2010 y 2018, por ejemplo, siguieron este patrón. Con el cambio climático como telón de fondo, estos ciclos naturales se están volviendo aún más pronunciados.

En el pasado, estos veranos se consideraban excepciones; hoy se esperan cada diez años. Si el calentamiento global continúa al ritmo actual, los veranos extremadamente calurosos podrían convertirse pronto en una nueva realidad cada año.
Qué significa esto para Europa
La perspectiva de otro verano abrasador trae consigo muchos desafíos: para la agricultura, la infraestructura y la salud pública. Las señales de alerta, como la acumulación de calor en el Atlántico Norte, permiten una mejor preparación. Pero también muestran que el cambio climático está avanzando más rápido de lo que se creía durante mucho tiempo.
Si el verano de 2025 resulta ser extremo, no sería una coincidencia, sino una clara señal de un cambio climático, con el que Europa tendrá que vivir de forma sostenible en el futuro.