El pueblo alicantino de casas blancas y cúpulas azules con playas tranquilas y tradición marinera

Este pueblo es luz, arte, mar y memoria. Un rincón donde el tiempo se ha detenido y donde cada detalle cuenta una historia. Un lugar que sin duda, todos deberíamos visitar por lo menos una vez en la vida.

Altea
Su estilo arquitectónico único ha llevado a Altea a ser comparada con la icónica isla griega de Santorini, ganándose así el apodo de "La Santorini española".

Hoy viajamos hasta la Costa Blanca para descubrir una joya situada entre el mar Mediterráneo y la Sierra de Bernia. Conocido por sus casas encaladas y cúpulas azules que salpican el paisaje, este precioso pueblo alicantino cautiva con su encanto tradicional y su entorno natural más que privilegiado.

Un rincón del Mediterráneo que conserva el alma de sus orígenes

Hablamos por supuesto de Altea, conocida localidad situada en la provincia de Alicante, en la Comunidad Valenciana, que además se encuentra ubicada estratégicamente entre Benidorm y Calpe, dos de los destinos más populares de la Costa Blanca.

Su historia se remonta a tiempos antiguos, marcada por la presencia de fenicios, romanos y árabes, quienes dejaron una huella cultural profunda en su arquitectura y tradiciones.

Lo que más destaca de este pueblo es su arquitectura tradicional mediterránea, donde las casas blancas contrastan con las cúpulas de azulejos azules de sus iglesias y edificios históricos.

Entre sus puntos destacados se encuentra el Casco Antiguo, un laberinto de callejuelas empedradas que conducen a la Plaza de la Iglesia, dominada por la impresionante cúpula de la Iglesia de Nuestra Señora del Consuelo. Un símbolo indiscutible de esta localidad por su emblemática cúpula de azulejos azul cobalto, visible desde cualquier punto de la costa.

Desde aquí, las vistas panorámicas del Mediterráneo y las montañas circundantes son simplemente espectaculares, lo que atrae cada año a miles de artistas y fotógrafos en busca de inspiración.

Un pueblo de artistas y tradición marinera

La historia de Altea se remonta a la época ibérica y romana, aunque fueron los árabes quienes dejaron una huella más profunda, visible en la traza laberíntica de sus calles y en los cultivos de terrazas que aún dibujan las colinas.

Pero más allá de su pasado remoto, este municipio alicantino ha sido durante décadas un refugio de artistas, escritores y músicos. Desde los años 60, muchos creadores nacionales e internacionales han elegido este rincón del Mediterráneo como su hogar o su lugar de inspiración, atraídos por la tranquilidad, la luz y el encanto del pueblo.

Ese espíritu artístico sigue muy vivo hoy. Galerías, talleres artesanales, estudios de pintura y escultores se reparten por todo el casco antiguo, y cada rincón parece una postal. El Palau Altea, con su programación cultural, y la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Miguel Hernández, instalada en la localidad, consolidan su vocación cultural.

Playas tranquilas, calas secretas y miradores de ensueño

A diferencia de otras localidades turísticas de la Costa Blanca, Altea no se rinde ante el turismo de masas. Sus playas de grava y cantos rodados (como la Playa de la Roda, Cap Blanch o la tranquila playa de la Olla) ofrecen un entorno más sosegado, ideal para quienes buscan disfrutar del mar sin aglomeraciones.

Cap Blanch
Detalle de la playa de Cap Blanch, un paraíso de aguas cristalinas que invitan al baño, al esnórquel y al paddle surf. Además, está rodeada de chiringuitos que ofrecen pescados a la plancha, arroces y vinos blancos de la tierra con vistas únicas.

Otra de sus particularidades es que Altea no ha perdido sus raíces. Su puerto pesquero sigue activo, y en sus lonjas todavía se venden productos recién capturados. Los pescadores alteanos, herederos de una larga tradición marinera, aportan autenticidad a un pueblo que ha sabido crecer sin perder su esencia.

Para terminar el día, lo ideal es recorrer su cuidado paseo marítimo, que bordea gran parte de la costa entre palmeras y pequeñas calas. Desde miradores como el de los Cronistas de España o el Portal Vell se obtienen panorámicas espectaculares del casco antiguo, el puerto y el Mediterráneo.