Así es "el pueblo de las cascadas", la joya de Castilla-La Mancha que debes visitar

Hoy viajamos hasta este pequeño municipio de Guadalajara que sorprende con sus espectaculares saltos de agua urbanos, su entorno natural y su sorprendente legado histórico. ¡Toma nota con los rincones que tienes que visitar!

Trillo
Vista del casco antiguo de Trillo, con la cascada del río Cifuentes atravesando el centro del pueblo.

Castilla-La Mancha guarda muchos rincones que sorprenden por su riqueza paisajística y su patrimonio desconocido. En una tierra que a menudo se asocia con llanuras infinitas y pueblos tranquilos, hay lugares donde la naturaleza se desborda, el agua corre con fuerza y la historia ha dejado huella en cada piedra.

Uno de esos lugares, poco mencionado en las grandes guías turísticas pero inolvidable para quien lo descubre, es un encantador municipio bañado por el río Tajo y rodeado de bosques, balnearios y antiguos monasterios.

Un salto de agua en pleno centro, la cascada que da vida al corazón de Trillo

Se trata de Trillo, un precioso pueblo de la provincia de Guadalajara que bien podría ser considerado uno de los secretos mejor guardados de la región. Conocido como “el pueblo de las cascadas”, Trillo destaca por un conjunto natural que parece sacado de un cuento: una imponente caída de agua urbana que atraviesa el corazón del casco antiguo y convierte su centro histórico en un espectáculo constante de sonido y frescor.

El gran emblema de Trillo es, sin duda, su cascada del río Cifuentes, que desemboca en el Tajo formando un salto de agua que deja boquiabiertos a los visitantes. Lo llamativo es que no se encuentra escondida en las afueras, sino justo al lado del Ayuntamiento, entre plazas, calles empedradas y casas tradicionales.

Al estar situada en pleno centro urbano se convierte en una de las cascadas más singulares de España, que además le ha valido al municipio el apodo que con orgullo lucen sus habitantes.

Pero es que además de ésta, en sus alrededores hay otros manantiales, riachuelos y saltos que convierten la zona en un auténtico oasis natural, ideal para recorrer a pie o en bicicleta.

Historia, arquitectura y espiritualidad de este pueblo de Guadalajara

Además de su espectacular entorno natural, Trillo tiene una rica herencia histórica. Muy cerca del núcleo urbano se encuentra el Real Monasterio de Santa María de Óvila, un cenobio cisterciense del siglo XII que, aunque en ruinas, conserva parte de su estructura y sigue transmitiendo la espiritualidad de otro tiempo.

Curiosamente, parte de este monasterio fue desmontado piedra a piedra en el siglo XX y trasladado a California, donde hoy forma parte de un monasterio trapense en Vina, EE. UU.

El casco antiguo de esta localidad manchega también merece ser recorrido con calma. Sus calles estrechas, su puente medieval sobre el Tajo, las ermitas y edificios tradicionales reflejan la vida tranquila de un pueblo que ha sabido crecer sin perder su identidad.

Descubrir la naturaleza en su estado más puro

Hay que resaltar que Trillo está situado en un entorno privilegiado, entre los valles del Alto Tajo y la Sierra Norte de Guadalajara. A escasos kilómetros se encuentra el Balneario de Carlos III, un complejo termal rodeado de naturaleza que ha sido destino de descanso desde hace siglos.

En la zona hay varias rutas de senderismo que permiten explorar el cañón del Tajo o descubrir pequeños pueblos cercanos como Viana de Mondéjar o Azañón.

En primavera y otoño, los colores del paisaje se vuelven especialmente intensos, y la abundancia de agua convierte los alrededores en un paraíso para los amantes del turismo de naturaleza. El sendero de las Tetas de Viana, las rutas de los miradores o los paseos junto al río son solo algunas de las opciones.

Un pueblo, Trillo, que, sin duda alguna, no necesita ningún monumento para brillar. Para quienes buscan una escapada diferente en Castilla-La Mancha, lejos de las rutas masificadas, Trillo es una joya que merece ser descubierta con los cinco sentidos.