Año de 2018, “Del verano más cálido en 260 años al Invierno del Siglo”: Un invierno de “Efecto Ártico”

Dentro del marco hipotético del Efecto Ártico el próximo invierno 2018-2019, podría ser el invierno del siglo con temperaturas eventualmente árticas y nevadas excepcionales en  el Hemisferio Norte 

Año De 2018, “del Verano Más Cálido En 260 Años Al Invierno Del Siglo”: Un Invierno De “efecto ártico”

¿Qué es el Efecto Ártico?

El “Efecto Ártico” es el deshielo ártico como consecuencia del calentamiento global el cual altera los patrones de viento y la salinidad oceánica en el Atlántico Norte, llevando a ciclos de años con veranos muy cálidos que tienden a extenderse hasta el otoño e intensos inviernos que tienden a prolongarse hasta la primavera.

Entre más cálidos sean los veranos de los años del calentamiento global, más intensos y extremos serán sus inviernos, lo cual podría llevar a inviernos con temperaturas árticas a regiones del norte de Asia, Europa y de Norteamérica.

El actual extremo calentamiento global con la inercia térmica oceánica generada no permite un enfriamiento repentino del Hemisferio Norte, lo cual podría variar con un mínimo solar prolongado o un intenso vulcanismo.

El pasado verano ha sido el verano más cálido del siglo de acuerdo a las evidencias de un informe de la Organización Meteorológica Mundial: Europa ha registrado el mes de agosto más cálido en 168 años (desde 1850) y según el Instituto Goddard de la NASA para Estudios Espaciales, el mes de julio fue el más cálido en 260 años.

Dentro del marco hipotético del Efecto Ártico, el verano más cálido del siglo llevará al invierno del siglo.

El 3/11/del 2011 basado en el marco hipotético del “Efecto Ártico” hice unos pronósticos sobre la intensidad del invierno 2011-2012, los cuales fueron publicados por la Revista del Aficionado a la Meteorología de España, reseñados por la Agencia “Efe” de España, Notimex de México y expuestos en una entrevista el 28/12/2011 en Café CNN en Español, la idea era comparar los referidos pronósticos con el desarrollo del citado invierno.

De esta forma se pudo cotejar los pronósticos acertados en su gran parte, destacando: “entre más cálidos sean los años del citado calentamiento, más intensos y extremos serán sus inviernos, por lo cual los inviernos del 2012 al 2017 -2018 serán gradualmente extremos”.

De acuerdo a lo anteriormente expuesto, es probable que el histórico verano más cálido del siglo podría llevar al invierno 2018-2019 a ser el Invierno del Siglo.

Dentro del marco hipotético del Efecto Ártico el próximo invierno 2018-2019, podría ser el invierno del siglo con temperaturas eventualmente árticas y nevadas excepcionales en el Hemisferio Norte (Desde Alaska y Canadá hasta el Mar de China y Japón) con una especial incidencia en la Región del Atlántico Norte (Este de Norteamérica, Europa Occidental y la Región del Mediterráneo hasta el Norte de África).

El calentamiento del Ártico disminuye la diferencia de temperatura entre el Atlántico y el Polo Norte, debilitando la corriente de chorro y permitiendo el desplazamiento de aire frío a las latitudes medias.

La Región de Siberia tiene un papel fundamental en la intensidad de los inviernos, un extremo enfriamiento hace más extensa la capa de nieve y la bóveda de aire frío del anticiclón de Siberia comienza a expandirse a otras regiones del hemisferio norte llevando olas de aire ártico, las cuales podrían desplazarse hasta las regiones centrales de Estados Unidos y eventualmente hacia el centro de Europa hasta el sur de Italia.

Nevadas "extremas" en Boston y Nueva York, e inusuales nevadas en la Florida

En el Este de Norteamérica, desde el Este de Canadá hasta la Región de los Grandes Lagos y Nueva Inglaterra en Estados Unidos, las extremas temperaturas del pasado verano, han creado condiciones que podrían incidir en la posibilidad de generar el invierno del siglo con temperaturas extremadamente frías en mencionado territorio.

Las condiciones climáticas citadas, podrían repotenciar el efecto sobre los Grandes Lagos estadounidenses a los que llegan masas de aire muy frío desde el Ártico, el cual se encuentra con el agua de los lagos más cálida y generan humedad y con ello grandes nevadas sobre los estados estadounidenses de Nueva York, Pensilvania, Ohio, Indiana y Míchigan, y la provincia canadiense de Ontario.

Al ser más frecuentes las olas de frío el suelo se enfría, y el aire frío se desplaza con mayor facilidad hacia el sur, lo cual podría generar intensas nevadas e inusuales bajas temperaturas a las regiones Norcentrales de los estados sureños desde Texas hasta la Florida.

El Norte de México hasta la región central, podrían ser afectadas por las bajas temperaturas y extremas nevadas, repotenciadas por la intensidad de los Frentes Fríos provenientes del Pacifico.

El invierno en Europa Occidental y la Región del Mediterráneo hasta el Norte de África

La afectación de los patrones de viento incide sobre los anticiclones del Norte de Europa, lo cual hace más intensos los inviernos desde la Escandinavia hasta la Región del Mediterráneo, que incluyen el Norte de África, intensidad marcada por la frecuencia y magnitud de las borrascas.

Las borrascas que se generan en el invierno por la afluencia de aire frío de origen polar y aire cálido subtropical en Terranova en el Atlántico Norte se desplazan desde Terranova hasta Irlanda.

Un aire con temperaturas árticas de un extremo invierno con un aire muy cálido subtropical podrían formar explosivas e intensas borrascas sin precedentes, las cuales podrían ser repotenciadas por el Anticiclón de las Azores desplazándolas más al sur sobre la península Ibérica (España y Portugal).

La situación generada por la intensidad de las borrascas y la afectación de los patrones de viento podrían llevar a un extremo invierno con fenómenos inusuales de vientos de grandes velocidades que podrían afectar la región insular del Mediterráneo.

La situación climática anteriormente expuesta podría incidir en una mayor frecuencia de intensas nevadas en el Norte de África, que incluye las áreas del Sahara más cercanas a la región y la posibilidad de que se creen condiciones para eventuales nevadas sobre algunas regiones del desierto Arábigo.

El Albedo en el ciclo del deshielo ártico

El albedo es el porcentaje de energía solar reflejada sobre la superficie, el cual fluctúa entre un mínimo para las superficies negras y un máximo para las superficies blancas... Los glaciales reflejan el 90% de calor, los hielos marinos un 40% y las aguas superficiales un 20%.

En el Ártico, a medida en que se prolonga el calentamiento global sostenido, los veranos gradualmente se van haciendo más cálidos (en verano hay Sol las 24 horas del día, desde mediados de mayo hasta finales de julio).

Al desaparecer la banquisa de hielo por las altas temperaturas se afecta el intercambio térmico, las aguas superficiales absorben el 80% del calor y se conectan directamente con el aire.

La gran evaporación acumula calor latente, que luego es liberado cuando el vapor se condensa formando nubes con efecto invernadero y precipitaciones, generando un efecto multiplicador de la temperatura y del deshielo en la Región Ártica.

A partir del año de 1998 se han producido los años más cálidos del actual calentamiento global y con ello el progresivo e histórico deshielo ártico de 1.200.000 Km2 en el año 2007, en los 30 años anteriores se habían derretido 1.300.000 Km2., lo cual totaliza un deshielo de 2.500.000 Km2.

Para tener una idea de la magnitud del deshielo ártico ocurrido, es imaginar una superficie de hielo equivalente al mar Mediterráneo (2.500.000 Km2), que reflejaba el calor en un 90% a partir del año 2007 en cada verano ártico la superficie oceánica libre de hielo absorbe un 80% de calor durante tres meses de sol.

La cantidad de evaporación y calor latente generado en la región afectada por el deshielo es de tal magnitud, que aumenta la temperatura y la densidad atmosférica en la región Ártica, alterando los patrones de viento, afectando las rutas de las Corrientes en Chorro, los Anticiclones y la Convergencia Intertropical.

El pasado 3 de agosto debido a un aumento en la temperatura y fuertes corrientes de aire, el hielo marino más antiguo y espeso del Ártico ha comenzado a romperse, abriendo aguas al norte de Groenlandia que permanecen congeladas en verano (http://osisaf.met.no/p/osisaf_hlprod_qlook.php?prod=LR-Drift&area=NH)

Según el Instituto Meteorológico de Dinamarca “casi todos los hielos al norte de Groenlandia están destrozados.

A mayor deshielo mayor temperatura para el verano que se prolonga hasta el otoño con una extrema humedad y una inercia térmica oceánica, lo cual creara las condiciones mínimas para el siguiente invierno con eventuales temperaturas árticas.

Erik Quiroga, Ambientalista

Promotor de la creación del “Día Internacional de la Preservación de la Capa de Ozono”, aprobado por la Asamblea General de las Naciones Unidas (Resolución 49/114 del 23/01/95) promovido el 16 de septiembre.

Esta entrada se publicó en Reportajes en 26 Nov 2018 por Francisco Martín León