Aguas profundas ascienden en espiral rodeando la Antártida

Científicos del MIT y varias universidades de EE.UU. han creado un modelo en tres dimensiones de las corrientes del Océano Austral, observando espirales por las que las aguas profundas ascienden alrededor de la Antártida.

Este agua cálida, procedente de las tres cuencas oceánicas (Pacífico, Índico y Atlántico) penetra en las aguas que rodean la Antártida, y se desplaza hacia el sudeste a la vez que asciende alrededor del continente, antes de llegar a la capa mixta del océano donde interactúa con la atmósfera.

Modelo tridimensional desarrollado por los autores del estudio al que hace referencia la información.

Así se completa el ciclo de circulación global, que es importante para la captación oceánica de carbono y calor, el reabastecimiento de nutrientes para su uso en la producción biológica, así como la comprensión de cómo se derriten las plataformas de hielo.

El estudio, en que ha participado la NASA, ha sido publicado en la revista Nature Communications y también revela que fuertes remolinos, causados por las interacciones topográficas en cinco lugares dentro de la actual Corriente Circumpolar Antártica, juegan un papel clave en este proceso de ascenso del agua. Los investigadores también fueron capaces de determinar la cantidad de agua procedente de cada cuenca del océano arrastrada a lo que llaman la “escalera de caracol”, y creen que este proceso sucede mucho más rápido de lo que las estimaciones anteriores sugieren.

Simulaciones de los caminos que siguen las aguas australes procedentes de las tres cuencas oceánicas (Atlántico, Índico y Pacífico).

Los autores del estudio también encontraron que la mitad del agua que llegó a la capa mixta se originó en el Océano Atlántico. La mayoría de estas aguas cruzaron este umbral después de 28-81 años. “Esto demuestra que las tasas de afloramiento podrían ser críticas para el derretimiento del hielo antártico con relación al cambio climático futuro”, dice Adele Morrison, coautora de la Universidad Nacional de Australia.

“Seguimos a millones de estas partículas mientras emergen, luego trazamos sus caminos y podemos determinar y separar el volumen de transporte -cuánta agua se está moviendo- por estas corrientes”, dice el coautor Henri Drake, estudiante de posgrado en el Departamento de Ciencias de la Tierra, Atmosféricas y Planetarias (EAPS) del MIT y miembro del Programa de Atmósferas, Océanos y Clima. También se observó el tiempo que tomó a la partícula llegar a la capa mixta, así como las ubicaciones de las espirales ascendentes.

Nature Communications

Esta entrada se publicó en Noticias en 02 Oct 2017 por Francisco Martín León