Febrero de 1956: la ola de frío más potente desde la Pequeña Edad de Hielo

La ola de frío de febrero de 1956 es, por su magnitud, el episodio invernal más destacado desde que se miden temperaturas en los observatorios. Tendríamos que remontarnos a la Pequeña Edad de Hielo para encontrar envites de similares características.

Depósitos de hielo sobre las rocas en la costa de Cadaqués (Girona). Febrero, 1956. Autor: Joan Vehí Seriñana. Colección particular.

Febrero de 1956 fue un mes excepcional, no sólo por las temperaturas mínimas que se registraron ni por las nevadas que llegaron a caer, sino por la persistencia y la duración del intenso frío, que provocó unas heladas sin precedentes en nuestra historia reciente. En realidad, no se trató de una sola ola de frío, sino de tres consecutivas (las dos primeras intensísimas) que vinieron casi de la mano. En muchas estaciones se registraron temperaturas negativas en casi todos los días del mes, y en los observatorios más fríos las temperaturas medias diarias resultaron negativas en la mayoría de las jornadas. Las únicas capitales de provincia en las que no llegó a helar en febrero de 1956, al margen de las del archipiélago canario, fueron Málaga (1 ºC), Almería (1,2 ºC) y las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla (2 ºC en ambas).

Todo ello dio como resultado el récord absoluto de temperatura media mensual más baja, vigente en la actualidad, registrándose en 30 observatorios de la red principal más de 20 días de helada a lo largo de aquel gélido mes de febrero. Aparte de esto, destaca también otra importante efeméride, la de la temperatura mínima oficial más baja jamás registrada en un observatorio español: los famosos -32 ºC del lago Gento, en el Pirineo de Lleida, medidos el 2 de febrero de 1956, cuando tuvo lugar la primera de las tres oleadas.

Jardín de la Plaza de la Estación de Figueras nevado en Febrero de 1956. Fuente: Colección particular de Josep M. Bernils Mach.

La excepcionalidad de aquel febrero de 1956 está avalada por los registros climatológicos. Si tuviéramos que destacar algo sería la persistencia del intenso frío. La temperatura media de aquel mes de febrero fue hasta 8 grados inferior a la media en Guipúzcoa y el norte de Navarra, quedando en el resto de la Península (salvo en el SW) entre esos 8 y 4 grados por debajo de la media.

Tal y como indicaba en su descripción general del tiempo en España el Boletín Mensual Climatológico: "este mes de febrero ha sido el más frío del periodo 1901-1956, y comparable únicamente por sus temperaturas bajas al mes de enero de 1914". A día de hoy podemos ampliar esa información y afirmar que febrero de 1956 fue el mes más frío de la historia meteorológica de nuestro país.

Nevada en Málaga, 11 de Febrero de 1956. Fuente: Archivo fotográfico de la Fundación Unicaja.

Para finalizar, hay que destacar que algunas de las temperaturas más bajas registradas durante la potente entrada fría de febrero de 1956, fueron las siguientes: Los -32ºC del lago Gento (LL), -23,4ºC en Candanchú (HU), -18,6ºC en Navacerrada (M), -16,8ºC en el aeródromo de Vitoria (A), -16ºC en Reinosa (CA) y los -15,2ºC en Pamplona (NA), entre otras.