Este es el motivo por el que Madrid cierra el Parque de El Retiro cuando hace mucho calor
El cierre del Parque de El Retiro durante los episodios de calor intenso provoca indignación ciudadana. ¿Seguridad o exceso de precaución? Madrid debate una medida que genera más preguntas que respuestas.

La ciudad de Madrid vuelve a ser escenario de una discusión que se repite cada verano. Justo cuando el calor aprieta y el asfalto arde, el Ayuntamiento activa el cierre de algunos de los parques más emblemáticos de la capital, entre ellos el Parque de El Retiro. Aunque la intención es garantizar la seguridad de quienes los visitan, la medida no deja de levantar ampollas entre vecinos y visitantes.
Lo curioso es que los cierres se dan en los momentos en que estos espacios verdes resultan más necesarios: cuando la ciudad alcanza temperaturas extremas y el cuerpo pide sombra, árboles y un poco de frescor natural. Sin embargo, el protocolo es inflexible, y cada vez que se aplica resucita el debate.
¿Qué hay detrás del cierre de El Retiro por calor?
El protocolo que permite cerrar parques como El Retiro no se aplica por capricho. Y no solo el calor dispara los cierres. Según el protocolo, se tienen en cuenta también el viento, la humedad y otros indicadores meteorológicos que proporciona la AEMET. A partir de esos datos se determina un nivel de alerta —verde, amarilla, naranja o roja. Si alguno de ellos alcanza ciertos umbrales, como en verano, el protocolo entra en acción. Así de simple, y así de poco negociable.
Este miércoles 16 de julio, de 00:00 a 09:00h se activa la alerta amarilla por condiciones meteorológicas adversas según previsiones de @AEMET_Esp
— Ayuntamiento Madrid (@MADRID) July 15, 2025
El Retiro y otros ocho parques de la ciudad mantendrán zonas balizadas
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No todos estos niveles implican cierre total. Sin embargo, cuando se llega al nivel rojo, las puertas se cierran sin excepción. ¿La razón? Evitar incidentes como “caídas de ramas o árboles” que podrían poner en peligro a los paseantes, ya que en los últimos años se han producido algunos accidentes mortales.
La medida, aunque técnica, deja un regusto amargo entre quienes acuden a estos espacios buscando precisamente lo que se les niega: un respiro frente a las temperaturas extremas del verano. Porque una cosa es la seguridad, y otra muy distinta quedarse sin sombra cuando más se necesita.
¿Qué parques se ven afectados y cómo funciona el protocolo?
No sólo es el Parque de El Retiro el que se cierra. Hay una lista completa de parques madrileños que, según el nivel de alerta meteorológica, pueden sufrir desde cierres totales hasta restricciones parciales. En la lista de clausura total están también el Parque Juan Carlos I, la Quinta de los Molinos o la Rosaleda del Oeste. La alerta roja implica cierre inmediato, sin margen de maniobra.

Otras zonas verdes, como Madrid Río o la Casa de Campo, suelen mantenerse abiertas, pero con partes acordonadas. En la Dehesa de la Villa o el Parque del Oeste, directamente se suspenden actividades y eventos.
Para saber cómo afecta la previsión a cada espacio, el Ayuntamiento ha puesto en marcha un mapa interactivo en su Geoportal. Ahí, con colores muy visuales, se puede consultar el estado de cada parque. Verde significa libre acceso. Amarillo, restricciones. Rojo, cierre.
Eso sí, la medida es igual de polémica año tras año, especialmente cuando cae como un jarro de agua fría sobre eventos organizados, como la Feria del Libro 2025, que en una ocasión fue cancelada a mitad de jornada por este motivo.
¿Cierre total o medidas más flexibles? Lo que pide la gente
Cada vez son más las voces que claman por una revisión de este protocolo. “¿Cerrar parques cuando hace calor? Justo cuando el asfalto quema y lo único que apetece es una sombra bajo un árbol”, decía un usuario indignado en redes sociales. No se cuestiona tanto la intención, que es la seguridad de todos, como la forma de aplicarla.
No ha empezado el verano y el alcalde de Madrid ya ha cerrado 14 días el parque del Retiro por el calor.
— AntonioMaestre (@AntonioMaestre) June 21, 2025
Con los días de calor en aumento no descartemos que el año que viene cierre de mayo a octubre. https://t.co/hR9mHViASJ
Muchos vecinos proponen soluciones intermedias: permitir el acceso parcial a las zonas consideradas seguras, reforzar el mantenimiento de los árboles o, al menos, informar con mayor antelación. Lo que no se entiende es el cierre súbito y generalizado de espacios que, para muchos, son la única escapatoria frente al calor urbano.
Otros apuntan que hay una falta de inversión continuada en el mantenimiento de la vegetación. Con mejores cuidados y podas regulares, se podrían reducir los riesgos que hoy llevan al cierre total de los recintos.
Madrid no está sola en esta encrucijada. Otras ciudades españolas, como Sevilla, Córdoba o Valencia se enfrentan a situaciones similares cuando el calor aprieta. Y en todas ellas, la tensión entre seguridad y bienestar ciudadano está sobre la mesa.