Granizadas, tornados, crecidas y olas de calor: las sorpresas que junio nos da cada año

Junio es el primer mes del verano climatológico, por lo que el calor intenso es uno de los grandes protagonistas de nuestro país. Pero también se producen otros fenómenos que pueden provocar grandes impactos, como reflejan las efemérides meteorológicas.

Junio efemérides
Junio es un mes de calor... y de grandes tormentas. En España hay numerosos reportes de pedrisco catastrófico en dicho mes, así como de otros fenómenos extremos.

Junio es el primer mes del verano climatológico, que transcurre del día 1 de dicho mes hasta el 31 de agosto. En este trimestre se registran las temperaturas más altas del año en España, y además es la estación más seca, aunque con matices: en ciertas zonas de montañosas de la Península es la época más lluviosa gracias a las tormentas.

Precisamente, en junio podemos encontrar diversas efemérides sorprendentes y curiosas que reflejan que es el primer mes del verano, con diversos récord de temperaturas extremas, que se están volviendo más frecuentes en los últimos años; pero también muestran la violencia de las tormentas y de las granizadas, asociadas al paso de ondas o danas. En el refranero encontramos muchas pistas del tiempo y fenómenos típicos de esta época.

Lluvias torrenciales en junio, episodios más destacables

Aunque las precipitaciones torrenciales se suelen asociar al litoral mediterráneo en otoño, esto no es así en muchos casos. Por ejemplo, el 1 de junio de 1997 se midieron 168 l/m² en una hora y 251 en el día civil en el observatorio San Sebastián - Igueldo, registrándose además el dato más alto de intensidad de lluvia en el País Vasco. Esta situación recuerda mucho a la que se produjo hace unos días en el norte de Navarra.

Baleares ha sufrido diversos episodios de aguaceros muy intensos en junio. Durante el 8 de junio de 1959, el 10 de junio de 1975 y el 16 de junio de 1976 se acumularon entre 150 y 200 l/m² en algunos observatorios del archipiélago, y especialmente en Mallorca, donde los daños materiales fueron puntualmente muy importantes. Además, se reportaron importantes granizadas.

En el mes de junio hay varios eventos de lluvias torrenciales muy localizadas y de corta duración en España, con registros de más de 150 l/m² en pocas horas, registrados en puntos del norte y de la vertiente mediterránea.

También en Cataluña hay varios eventos de lluvias torrenciales en estas fechas, como por ejemplos los más de 200 l/m² que cayeron en El Bruc y Callús (Barcelona) durante el 9 de junio del 2000, destacando también los más de 100 en Montserrat del 24 de junio del 2014.

Tormentas muy violentas, granizadas y crecidas repentinas

No son pocas las efemérides asociadas a tormentas cortas, pero muy intensas y que provocaron graves daños materiales e incluso algunas muertes. Durante el 17 de junio de 2021 las tormentas dejaban más de 100 l/m² en puntos de la provincia de Huelva. Las crónicas nos hablan de varios casos de impactos de rayos en diversas localidades españolas por las fechas, destacando el suceso del 16 de junio de 1710 en Granátula (Ciudad Real), donde varias personas murieron en una tormenta.

Las tormentas de junio suelen ser de carácter irregular y local, pero pueden dejar grandes acumulados y provocar graves daños. No son desconocidas las grandes granizadas o crecidas súbitas.

Destacan las inundaciones repentinas de ramblas y pequeños ríos, especialmente en la mitad oriental y en el norte. La cuenca del Segura ha vivido unas cuantas crecidas súbitas en junio, situación que por ejemplo acabamos de vivir en el mes de mayo en algunas localidades suresteñas. También hay reportes de tornados o de galernas muy potentes en el litoral cantábrico.

Y como hemos explicado en Meteored, el granizo es uno de los grandes protagonistas de dicho mes, con varios eventos catastróficos. En tiempos recientes las más salvajes fueron las del 21 de junio de 2013 en Calamocha (Teruel), con 51 l/m² en una hora y piedras del tamaño de una nuez, que también castigaron a las comarcas castellonenses del Alto Palancia y la Plana Baixa, con espesores de granizo de hasta 10 cm y tamaño de pelotas de ping-pong.

Una misteriosa tempestad en un pueblo de Burgos

Una de las efemérides más curiosas que recopila AEMET es la de la extraña tormenta que arrasó la aldea de Quintana del Pino el 11 de junio de 1800. Se cuenta que apareció una nube de color azul claro con forma de culebra o tromba que tocaba el suelo, del que saltaron numerosos chispazos de fuego que calcinaron el terreno en una franja de 70 pasos de anchura, arrancando huertos, vides y una encina del grueso de dos cuerpos humanos hasta sus más penetrantes raíces. ¿Un tornado, un rayo, o serían las dos cosas? Sin duda, es intrigante.

Calor intenso, cada vez más frecuente

Entre los eventos meteorológicos singulares destacan los episodios de temperaturas muy altas u olas de calor, pero también encontramos algunos valores bastante bajos en junio, aunque son cada vez menos habituales. En la segunda quincena de dicho mes de 2003, un año recordado por las altísimas temperaturas del verano, se batieron récords de temperaturas en Galicia, la Meseta Norte y en puntos de la vertiente mediterránea.

El 29 de junio de 2015 se midieron 44 ºC en Linares y 43,6 ºC en Andújar, ambas localidades de la provincia de Jaén. Tampoco los archipiélagos se libran del calor extremo, y por ejemplo el 21 de junio de 2001, en el aeropuerto de Palma registraban 41,4 ºC. El mismo día, pero de 2011, Canarias estaba bajo una importante ola de calor, que dejó una máxima de 41,9 ºC en Tías (Lanzarote).

La ola de calor de junio de 2022

Por último, no nos podemos olvidar de la extraordinaria ola de calor de junio de 2022, una de las más tempranas desde que hay registros. Sin duda, la sucesión de oleadas cálidas del pasado año fue algo excepcional. Comenzó el 12 de junio y tuvo una duración de siete días y una anomalía de 3,2 ºC, dejando valores máximos y nocturnos escandalosamente altos, batiéndose muchos récords. En Andalucía por ejemplo se superaron localmente los 44 ºC y algunas noches no bajaron de los 26. Y a todo ello, se le sumó la gran ola de calor marina del Mediterráneo. Fue el adelanto de lo que vendría ese verano.