La espeluznante capilla de huesos a 20 minutos de España que tiene su origen en una catastrófica tormenta
En esta pequeña ciudad portuguesa junto a la frontera con España se encuentra una capilla cubierta por huesos que según la tradición popular tiene su origen en un desastre provocado por una gran tormenta.

Campo Maior es una pequeña y bonita ciudad portuguesa situada en el distrito de Portalegre, en la región del Alentejo y a unos 20 minutos en coche desde la ciudad de Badajoz. Con unos 8000 vecinos censados en la actualidad, su precioso núcleo histórico domina las dehesas de los alrededores de la Raya, como allí se conoce la frontera entre España y Portugal.
Aunque sin duda la iglesia motriz y el castillo son los monumentos más conocidos de esta localidad alentejana, hay otro lugar mucho menos conocido que pone los pelos de punta y que su origen, según la tradición, está en una poderosa tormenta eléctrica que azotó la zona hace varios siglos. Como veremos a continuación, las consecuencias para la villa fueron catastróficas.
Una gran catástrofe provocada por la caída de un rayo
Hablamos de la Capilla de los Huesos de Campo Maior, uno de los ejemplos más importantes del arte funerario cristiano en Portugal, aunque también las hay algunas similares en España. Eso sí, esta capilla en absoluto tiene las dimensiones y la fama de la de Évora, probablemente la más visitada del país luso.

¿Y qué relación tiene la de Campo Maior con la meteorología? Las crónicas cuentan que el 16 de septiembre de 1732 una gran tormenta estalló en este rincón del Alentejo, persistiendo la misma hasta altas horas de la madrugada. No hay muchas referencias a la lluvia, pero sí a los vientos extremos que se produjeron y a la gran actividad eléctrica, con numerosos rayos que impactaron en tierra.
A las 3 de la madrugada, la tormenta dio de lleno a Campo Maior. Un poderoso rayo entró en la torre del homenaje del castillo, donde por aquel entonces se encontraba el polvorín con sesenta toneladas de pólvora y más de cinco mil cartuchos. En un momento, todo saltó por los aires, acallando el rugido de la tormenta.
Testigos y fuentes de la época explicaron que la gran explosión masacró a las dos terceras partes de la población y las pequeñas casitas encaladas estallaron en la noche, derrumbándose sobre sus habitantes, que en ese momento dormían. Del millar de viviendas que formaban la villa en la primera parte del siglo XVIII, sólo quedaron en pie doscientas.
Cuando se entremezclan realidad y leyenda
Según la leyenda popular, unos 30 años más tarde los cuerpos de las personas que perecieron en esta tragedia se usaron después para construir esta capilla de los huesos, en memoria de las víctimas de aquella fatídica tormenta y de sus almas. Incluso existe la creencia de que algunos de los esqueletos que se mantienen enteros aún conservan restos de carne chamuscada.

Sin embargo, y como ocurre en muchas ocasiones, la realidad y la leyenda se entremezclan. En los últimos años, durante el reciente proceso de restauración y posterior estudio antropológico y arqueológico, se ha comprobado que los huesos del interior de la capilla no muestran signos de impacto violento, lo que pone en duda al menos parte de la creencia popular local.
Actualmente el osario se ha convertido en una de las principales atracciones turísticas de Campo Maior, y hasta cuenta con un pequeño museo y centro de interpretación. Su visita no deja a nadie indiferente, y más cuanto uno se fija en una frase muy contundente entre calaveras y esqueletos: "En los huesos que aquí estamos esperamos los tuyos…".