¿A qué temperatura debemos poner el aire acondicionado para que refresque y consuma menos?

No todos los hogares disponen de él, pero sin duda el aire acondicionado se ha convertido en parte indispensable de nuestro día a día. Sin embargo, ¿hacemos buen uso de él? Te lo contamos aquí.

Aire acondicionado
Muchos aparatos de aire acondicionado modernos permiten controlar la temperatura y el consumo desde el móvil mediante apps, lo que facilita un uso más eficiente y programado incluso cuando no estamos en casa.

El verano de 2025 está dejando cifras de calor difíciles de soportar en buena parte del país. Desde junio y hasta hoy, muchas ciudades españolas han registrado temperaturas máximas por encima de los 40 grados.

Un verano de récord de calor en España

Córdoba, Sevilla, Badajoz, Murcia o Zaragoza han sufrido temperaturas muy altas de forma sostenidas, y en Madrid o Barcelona los termómetros no han bajado de los 35 °C durante varios días consecutivos. Las noches tropicales se han multiplicado, con mínimas por encima de los 25 °C en algunas capitales, haciendo casi imposible dormir sin algún sistema de refrigeración.

Ante este escenario, el uso del aire acondicionado se ha convertido en una necesidad para millones de hogares, pero con él también llega una pregunta habitual. ¿A qué temperatura debemos ponerlo para sentir frescor sin que la factura de la luz se dispare?

A pesar de los veranos cada vez más extremos, sólo el 35% de los hogares españoles dispone de aire acondicionado instalado, según datos del Instituto Nacional de Estadística. La cifra ha crecido en los últimos años, pero sigue siendo baja si se compara con otros países mediterráneos. Eso sí, en las comunidades del sur y en el Mediterráneo, como Andalucía, Región de Murcia o la Comunidad Valenciana, el porcentaje supera el 60%.

La preocupación por el consumo energético y la salud está muy presente entre quienes sí disponen de este sistema de climatización. Y es que, mal regulado, el aire acondicionado no solo consume en exceso, sino que también puede generar problemas respiratorios.

La temperatura óptima: confort, salud y ahorro energético

La clave está en no abusar del frío. Los expertos coinciden en que la temperatura ideal para el aire acondicionado en verano debe situarse entre los 23 y los 26 grados centígrados, especialmente si estamos en un espacio cerrado, como una vivienda o una oficina, y no realizamos actividad física intensa.

Desde la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) recomiendan mantener el aire entre los 22°C y los 24°C durante el día, y elevarlo uno o dos grados durante la noche, para evitar enfriamientos bruscos mientras dormimos.

Es importante controlar también la humedad ambiental, que debe situarse entre el 35% y el 60%, para evitar sequedad en las mucosas o irritaciones respiratorias.

Una diferencia superior a 10 grados con respecto a la temperatura exterior puede provocar malestar térmico, dolores de garganta, contracturas musculares y otros efectos negativos en el organismo. Además, un uso adecuado del termostato puede traducirse en hasta un 20% de ahorro energético.

Los riesgos del uso incorrecto del aire acondicionado

Lo que muchos desconocen es que un uso excesivo o mal mantenido del aire acondicionado puede provocar problemas de salud. Según la SEPAR, hasta un 20% de los casos de laringitis, faringitis o bronquitis en verano están relacionados con el uso inadecuado de estos aparatos.

El motivo no es solo el frío seco, pues los sistemas de aire acondicionado eliminan humedad del aire y, si no se revisan correctamente, pueden acumular polvo, hongos y bacterias en los filtros, que luego se dispersan por el ambiente. Por eso, los especialistas insisten en la importancia de limpiar los filtros con frecuencia y seguir las recomendaciones del fabricante para su mantenimiento.

Consejos para un uso eficiente del aire acondicionado

Para utilizar el aire acondicionado de forma eficiente y saludable, los expertos recomiendan no bajar la temperatura del termostato de los 23 °C. Cuanto más baja sea la temperatura, mayor será el consumo energético y el riesgo de sufrir enfriamientos o molestias musculares.

También es importante mantener cerradas puertas y ventanas mientras el aparato está en funcionamiento, para evitar pérdidas de aire frío y mejorar el rendimiento del sistema. Si el equipo lo permite, conviene activar el modo ECO o utilizar temporizadores, ya que estas funciones ayudan a reducir el gasto eléctrico sin renunciar al confort.

Otro aspecto clave es el mantenimiento: los filtros deben limpiarse al menos una vez al mes durante los meses de uso intensivo, ya que tienden a acumular polvo, humedad y microorganismos que pueden afectar a la calidad del aire. Por último, se recomienda ventilar la casa a primera hora de la mañana o al anochecer, cuando las temperaturas son más suaves, para renovar el aire interior sin necesidad de gastar energía adicional.