Los 5 destinos de Europa de los que nadie habla, pero que todos deberían visitar

Son lugares encantadores, llenos de historia y autenticidad, fuera de los circuitos habituales en Europa. Perfectos para quienes buscan experiencias genuinas, ofrecen vistas impresionantes lejos de las multitudes.

La localidad española de Albarracín forma parte de esta selecta lista.

Al planificar un viaje, la mayoría de la gente elige ciudades con monumentos mundialmente famosos, museos abarrotados de turistas y colas casi épicas. Pero, ¿y si te dijéramos que en Europa hay destinos encantadores, ocultos a la vista de todos, que merecen su atención, y tal vez incluso su próximo billete de avión?

5 destinos de gran belleza y desconocidos en Europa

Con este espíritu de descubrimiento, los autores del blog "Volto Já" elaboraron una lista con 5 ciudades europeas que pasan desapercibidas para muchos viajeros, pero que merecen un lugar destacado en su mapa personal. La lista fue publicada por el portal "Sapo Viagens" y contiene maravillosas sorpresas, entre ellas dos ciudades portuguesas que, sin duda, merecen cada paso que se da por sus calles.

¿Nos acompañadas a conocer mejor algunas de estas pequeñas grandes maravillas?

Albarracín, España

Imagina un lugar donde el tiempo parece haberse detenido. Albarracín es un pueblo amurallado en el corazón de la provincia de Teruel, con calles de piedra roja, casas suspendidas en las laderas y un encanto medieval difícil de resistir.

Es ideal para quienes disfrutan perderse por callejuelas estrechas y dejarse seducir por la historia que se esconde en cada esquina. Ah, ¿y las vistas desde lo alto? Son impresionantes.

Bled, Eslovenia

Sí, esa imagen de postal con una iglesia en una pequeña isla en medio de un lago cristalino... está aquí. Bled es todo lo que esperarías de un cuento de hadas: un castillo encaramado en un acantilado, senderos verdes que se pierden en el horizonte y pasteles de nata eslovenos que, por sí solos, son motivo suficiente para viajar.

El entorno del lago Bled no deja a nadie indiferente.

Una joya tranquila, perfecta para quienes buscan naturaleza y paz.

Mostar, Bosnia y Herzegovina

El puente viejo (Stari Most) es el icono más conocido, pero Mostar es mucho más que eso. Es un punto de encuentro entre culturas, sabores e historias.

Hay quien dice que es la ciudad más bella de Bosnia-Herzegovina.

Las mezquitas, los bazares y los restaurantes a orillas del río hacen de esta ciudad un escenario vibrante y sorprendente, donde la hospitalidad se sirve en generosas dosis.

Bergamo, Italia

A menudo eclipsada por su vecina Milán, Bérgamo es una estrella por derecho propio. Dividida entre la ciudad baja y la ciudad alta (Città Alta), es un encantador laberinto de murallas venecianas, empinadas escaleras y heladerías irresistibles.

Una ciudad italiana aún auténtica, donde el tiempo pasa al ritmo de la buena vida.

Portree, isla de Skye, Escocia

Colorida, bulliciosa y deslumbrante. Portree, la capital de la isla de Skye, es el punto de partida ideal para explorar paisajes escoceses que parecen sacados de una película de fantasía.

Las casitas de Portree parecen de cuento.

La bahía con casitas en tonos pastel es solo el principio: desde aquí parten senderos hacia acantilados espectaculares, montañas misteriosas y leyendas gaélicas que aún resuenan en el aire.

La lista no acaba aquí

Otras ciudades que merecen un lugar en tu itinerario son la mágica Cesky Krumlov, en la República Checa, con su imponente castillo y sus calles de cuento de hadas; la encantadora Annecy, en Francia, conocida como la «Venecia de los Alpes»; y la blanca y luminosa Ostuni, en el sur de Italia, que parece sacada de un cuadro mediterráneo.

En Rumanía, no te pierdas Brasov, con sus tejados rojos y las leyendas de Drácula. Bath, en Inglaterra, es sinónimo de baños romanos y encanto georgiano. En Polonia, tanto Poznan como Gdansk ofrecen historia y modernidad en dosis equilibradas. La impresionante Brujas, en Bélgica, sigue encantando con sus canales y su chocolate artesanal.

Los paisajes que rodean Zermatt son de gran belleza.

Para los más aventureros, Koman, en Albania, es el punto de partida de una de las rutas fluviales más bonitas de Europa. Novi Sad, en Serbia, combina espíritu juvenil con patrimonio cultural. Ronda, en España, sorprende con su monumental puente sobre un desfiladero. Zermatt, en Suiza, es sinónimo de montañas y tranquilidad, con el Matterhorn asomando al fondo. Por último, Burdeos, en Francia, es un constante homenaje al vino y a la buena vida.

Si aún no lo has hecho, tal vez sea el momento de cambiar los circuitos habituales por destinos menos conocidos, pero increíblemente gratificantes.

Si ya conoce algunas de estas ciudades, enhorabuena. Estás claramente por delante de la mayoría. Al fin y al cabo, como dicen los autores del blog "Volto Já", a veces, cuantas menos expectativas tenemos, mayor es el encanto del descubrimiento.