Monitorizando las islas de calor y resiliencia climática

En algunas ciudades de los EE.UU. tratan de involucrar a la ciudadanía para monitorizar los efectos de isla de calor y toma de medidas en un mundo cada vez más cálido

Efecto de isla de calor en las grandes ciudades. OMM Iberdrola

Isla de calor urbano y efectos

En muchas grandes ciudades el asfalto, los edificios, materiales de construcción etc., captan la radiación solar calentado el aire de las ciudades. Además, los motores y sistemas de los aires acondicionados, coches , camiones, etc., son otras fuentes de calor urbano. La contaminación del transporte y fábricas generan NO2, CO2, SO2, etc., son gases efecto invernadero a nivel local.

Los edificios de las grandes ciudades inhiben las brisas locales que refrescarían las temperaturas diurnas y nocturnas en las grandes ciudades. Las zonas verdes de jardines y arboledas atenuarían estas islas de calor en las grandes ciudades.

El fenómeno de isla de calor se está volviendo cada vez más peligroso debido a la crisis climática global, especialmente, en los meses más cálidos: veranos más largos, con temperaturas más altas y extensas, olas de calor más frecuentes, etc.

Ciudadanos involucrados en la toma de datos en las ciudades

En los Estados Unidos, donde los huracanes, los tornados y las inundaciones son una realidad, el fenómeno meteorológico que más mata no es otro que el calor.

Ahora muchos americanos pueden participar en una campaña destinada a mapear estas islas de calor en el condado de Montgomery, justo al norte de la capital estadounidense.

La iniciativa está encabezada por la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), que desde hace seis años ha permitido estudiar unos 70 condados de todo el país, con la ayuda de los residentes.

Muchas personas de estas zonas cuelgan un sensor, que parece una lata en el extremo de una barra, en el lado del pasajero de su automóvil familiar gris. Una vez encendido, el dispositivo registra la temperatura, la humedad, la hora y su posición exacta cada segundo. Los participantes deben recorrer rutas predeterminadas de forma rutinaria cubriendo gran parte de las ciudades.

En total, más de cien personas participaron en el experimento ese día: 57 equipos de dos recorrieron 19 rutas diferentes, cubriendo una amplia zona. La temperatura se mide a lo largo de cada ruta tres veces durante el día: a las 6:00 am, 3:00 pm y 7:00 pm.

El programa fue un éxito que sorprendió incluso a sus organizadores: cerca de 600 residentes se habían registrado para participar, lo que significa que 500 tuvieron que ser rechazados.

Luego, los sensores se enviaron a la empresa asociada, CAPA Strategies, que en unas pocas semanas analizará los datos y los transformará en mapas detallados, indicando los puntos más calientes.

Adaptación de las ciudades y resiliencia climática

Adaptarse a episodios de calor cada vez más extremos, alimentados por el cambio climático, se está volviendo esencial.

Las islas de calor urbanas se forman porque el calor del sol es absorbido más por las superficies impermeables como el hormigón, las carreteras y los edificios que por la hierba o el agua, por ejemplo.

Más zonas verdes reducirías los efectos de isla de calor urbana. Imagen PXHERE

Por lo tanto, plantar árboles es fundamental, pero también se están desarrollando otras soluciones, como las pinturas ultrarreflectantes.

Gracias a las campañas de monitorización realizadas en los últimos años, se han construido parques en algunas de estas comunidades, ha habido cambios en los techos, un techo oscuro versus un techo claro.

Esta entrada se publicó en Noticias en 21 Ago 2022 por Francisco Martín León