La extraordinaria explosividad de la erupción del Hunga Tonga

La poderosa onda expansiva fue de tal calibre que se registró en lugares tan lejanos como Alaska (EEUU). Varios científicos sugirieron que esta explosión pudo haber sido la más violenta de los últimos 30 años

Una gran columna de humo, vapor y cenizas se eleva en el cielo tras la erupción de un volcán submarino a unas 34 millas náuticas de la costa de Nuku'alofa (Tonga), en una foto de archivo, el 18 de marzo de 2009. Crédito: EFE / Lothar Slabon.

Ahora dos investigadores franceses lo confirman tras calcular el tamaño de la erupción con ayuda de algoritmos y ecuaciones matemáticas.

La erupción

El 15 de enero de 2022, la erupción de un volcán submarino del archipiélago de Tonga, en el Pacífico, destruyó el 90% de la isla deshabitada de Hunga Tonga Ha'apai y formó una columna de cenizas de la mitad del tamaño de Francia.

La fuerte explosión generó una onda de choque atmosférica que dio varias vueltas a la Tierra, así como gran cantidad de ondas sísmicas que fueron registradas por las estaciones de vigilancia de todo el mundo. Al analizarlas, dos investigadores del Centro Nacional de Investigación Científica de Francia (CNRS) pudieron diseñar un algoritmo que permite detectar y localizar una erupción volcánica casi en tiempo real y, con la ayuda de ecuaciones que describen las erupciones explosivas, calcular su tamaño. Hasta ahora, este tipo de evaluación requería trabajo de campo y llevaba varias semanas o meses, ya que era necesario estimar el volumen de ceniza y lava producido.

Registros de la erupción del volcán Hunga Tonga por las estaciones de la red sismológica mundial. El primer "estallido" corresponde al registro de las ondas sísmicas de superficie (ondas P y Rayleigh), mientras que las ondas que llegan después se deben a las ondas sonoras que viajan por el aire (ondas de aire). Crédito: © Piero Poli.

El estudio, publicado en la revista Geophysical Research Letters, muestra que la erupción del Hunga Tonga expulsó un volumen de unos 10 km3 de magma, lo que la convierte en la mayor erupción explosiva del siglo XXI, equivalente en fuerza a la de la devastadora explosión del Pinatubo (Filipinas) en 1991.

Esta nueva metodología podría facilitar el estudio de las grandes erupciones explosivas en regiones remotas. Además, permitiría ayudar a predecir las zonas susceptibles de ser afectadas por la ceniza, que puede suponer un riesgo para la salud de las personas e impide realizar algunas actividades tanto en tierra como en el aire.

FUENTE: SINC (Servicio de Información y Noticias Científicas)

José Miguel Viñas Rubio

Esta entrada se publicó en Noticias en 04 May 2022 por Francisco Martín León