Los Grandes Lagos se encuentran en una nueva era extrema, con implicaciones para el clima, la economía, la ecología, etc

Los Grandes Lagos son zonas muy sensibles al cambio climático favorecido por el ser humano y un grupo de científicos ha mostrado los grandes cambios experimentados sobre ellos en los últimos años.

Zona de los Grandes Lagos en Norteamérica, donde viven millones de personas. Imagen de NASA-Wikipedia

Las olas de calor y las olas de frío son parte de la vida en los Grandes Lagos. Pero una nueva investigación de la Universidad de Michigan demuestra que esto es cierto hoy, de una manera fundamentalmente diferente a como era hace 30 años.

"La aparición de estas temperaturas extremas está aumentando", afirmó Hazem Abdelhady, investigador postdoctoral de la Escuela de Medio Ambiente y Sostenibilidad de la UM (SEAS). "En la mayoría de los lagos, la aparición ha aumentado más del 100 % en comparación con antes de 1998".

Ese momento es significativo porque coincide con El Niño de 1997-1998, uno de los más fuertes registrados, añadió.

La frecuencia e intensidad de las olas de calor y de frío en los Grandes Lagos, que se observan como picos en estos gráficos, alcanzaron un nuevo nivel en la década de 1990, según una nueva investigación dirigida por la Universidad de Michigan. Utilizando una medida llamada grados-día, que combina la magnitud y la duración de una anomalía de temperatura, los investigadores demostraron que el valor medio se duplicó con creces tras un "desplazamiento de fase" representado por una línea roja (el estudio dispone de gráficos similares para todos los Grandes Lagos). Crédito: Communications Earth & Environment (2025). DOI: 10.1038/s43247-025-02341-x

Para revelar esta tendencia, Abdelhady y sus colegas desarrollaron un enfoque de vanguardia para modelar la temperatura superficial de los Grandes Lagos, lo que les permitió estudiar las olas de calor y las olas de frío que se remontan a 1940.

Cambios significativos en los Grandes Lagos en años recientes

La temperatura superficial del agua de los Grandes Lagos influye significativamente en el tiempo, lo cual es una preocupación evidente para los residentes, viajeros y compañías navieras de la región. Sin embargo, el aumento de las temperaturas extremas también podría afectar de forma más sutil los ecosistemas y las economías que sustentan los lagos, afirmó Abdelhady.

El trabajo se publica en la revista Communications Earth & Environment.

"Este tipo de eventos puede tener un gran impacto en la industria pesquera, que, por ejemplo, mueve miles de millones de dólares", afirmó Abdelhady. La pesca tribal, recreativa y comercial en los Grandes Lagos representa un valor total de más de 7 mil millones de dólares anuales, según la Comisión de Pesca de los Grandes Lagos.

Si bien los peces pueden nadar hacia aguas más frías o más cálidas para tolerar cambios graduales de temperatura, no siempre ocurre lo mismo con los cambios repentinos en cualquier dirección, explicó Abdelhady. Las huevas de pez son particularmente susceptibles a picos o descensos anormales de temperatura.

Las rachas de calor y frío también pueden alterar los ciclos naturales de mezcla y estratificación de los lagos, lo que afecta la salud y la calidad del agua de los lagos de los que la gente depende para su recreación y para beber.

Ahora que los investigadores han revelado estas tendencias en cada uno de los Grandes Lagos, están trabajando para predecir futuros eventos de temperaturas extremas a medida que la temperatura promedio de los lagos y del planeta continúa calentándose. Al estudiar estos eventos y su conexión con fenómenos climáticos globales, como El Niño y La Niña, podemos prepararnos mejor para su impacto, afirmó Abdelhady.

"Si podemos comprender estos acontecimientos, podremos empezar a pensar en cómo protegernos contra ellos", afirmó Abdelhady.

El estudio se llevó a cabo a través del Instituto Cooperativo para la Investigación de los Grandes Lagos (CIGLR).

Los recuadros rojos muestran la intensidad de las olas de calor, mientras que los recuadros azules muestran la intensidad de las olas de frío en el Lago Superior, el período de calentamiento más rápido de los Grandes Lagos desde 1940. Las líneas negras indican puntos de quiebre o cambios significativos en las tendencias (el estudio dispone de gráficos similares para todos los Grandes Lagos). Crédito: Communications Earth & Environment (2025). DOI: 10.1038/s43247-025-02341-x

Uno de los desafíos de este trabajo fue la magnitud del problema en sí. Si bien los investigadores han desarrollado modelos informáticos que pueden simular procesos en la mayoría de los lagos del mundo, los Grandes Lagos no son la mayoría de los lagos.

Para empezar, son un sistema interconectado de cinco lagos. Además, contienen más de una quinta parte del agua dulce superficial del mundo. Y la longitud de su litoral es comparable a la de toda la costa atlántica de Estados Unidos, incluyendo los estados del Golfo.

En muchos aspectos, los Grandes Lagos tienen más en común con los océanos costeros que con otros lagos, dijo la coautora del estudio Ayumi Fujisaki-Manome, quien es científica investigadora asociada de SEAS y CIGLR.

Los satélites han permitido la observación directa y rutinaria de los Grandes Lagos desde hace unos 45 años, afirmó Fujisaki-Manome. Sin embargo, al hablar de tendencias y épocas climáticas, los investigadores necesitan trabajar con períodos más largos.

Referencia

Hazem U. Abdelhady et al, Climate change-induced amplification of extreme temperatures in large lakes, Communications Earth & Environment (2025). DOI: 10.1038/s43247-025-02341-x

Esta entrada se publicó en Noticias en 13 Jun 2025 por Francisco Martín León