Científicos del CSIC plantean el futuro de Las Médulas, León, tras los pavorosos incendios de agosto de 2025

La unión indisoluble de la riqueza vegetal y el legado histórico debe guiar los pasos de la recuperación del paraje, que debe contar con la participación activa de las poblaciones locales y de los grupos de expertos científicos, según expertos del CSIC.

Imagen de Las Médulas antes de los incendios de 2025. CSIC


Los días 9 y 10 de agosto de 2025 un gran incendio dejó calcinada una gran parte de la zona que ocupa el Bien de Interés Cultural (BIC) y Patrimonio Mundial de Las Médulas (Puente de Domingo Flórez, Carucedo y Borrenes, El Bierzo, León). Ese mismo incendio y otro iniciado en la zona de Llamas de Cabrera (Benuza, León) han proseguido su avance y, unidos ya desde el jueves 14, el frente se extiende hacia el oeste y ha pasado a la cuenca del Duero por la cabecera del río Duerna y otros puntos.

Es decir, el incendio ha afectado tanto a los canales de la red hidráulica septentrional de Las Médulas, en las proximidades de las propias Médulas y ahora en La Valdueza y el Valle del Silencio, como a los de la red meridional, desde las mismas Médulas y a lo largo de toda la comarca de La Cabrera.

¿Qué son Las Médulas?

Las Médulas es un Paisaje Cultural formado a raíz de la explotación de una mina de oro en época romana (1.200 ha transformadas) en los siglos I y II d.C. También entonces se introdujo el cultivo del castaño. Así, el paisaje característico de Las Médulas, con el verde de los castaños y el rojizo de los frentes mineros, era un claro ejemplo de unión de valores culturales y medioambientales. Esa visión integral del Bien de Interés Cultural y Patrimonio Mundial ha sido reducida a cenizas por las llamas. Solo se ha salvado una pequeña parte de los castaños en el interior del sector 3, el principal de la mina, y las zonas ocupadas por los pueblos.

Por esa unión indisoluble, el daño patrimonial causado no se reduce a la cobertura vegetal, que actuaba como protectora de todas las estructuras mineras, que ahora van a verse sometidas a una mayor erosión y degradación. Además, más allá de los valores estéticos, se ha perdido un recurso crucial, el llamado patrimonio cultural, tanto para sus habitantes, que viven allí y viven de él (de la restauración, del alojamiento o de la recogida y venta de castañas), como para los visitantes, que disfrutan de él.

Zona del incendio de Yeres, León, en agosto de 2025. CSIC
La recuperación del paisaje cultural va a ser casi de alcance generacional. Una vegetación en gran parte centenaria no se recupera fácilmente.

Según las valoraciones más optimistas, todavía provisionales, la superficie quemada es de unas 1.500 ha dentro sólo de la zona declarada BIC y Patrimonio Mundial (2.208 ha). A ello hay que unir una superficie muchísimo mayor, aún en crecimiento, que afecta a toda la red hidráulica. A raíz del gravísimo daño causado, la UNESCO podría incluir Las Médulas en la lista de patrimonio mundial en peligro, el paso previo para su desclasificación, si no se toman las medidas adecuadas de manera urgente.

Las actuaciones futuras de recuperación deberían regirse por las recomendaciones de la UNESCO, es decir, la elaboración de un plan integral de gestión que aborde de forma integrada soluciones para la valoración, difusión y prevención de los bienes culturales y medioambientales, que cuente con la participación activa y el beneficio de las poblaciones locales; y que tenga en cuenta las visitas planificadas de carga controlada; el fomento de los usos tradicionales del suelo, incluyendo la ganadería extensiva, el mantenimiento del monte y los caminos.

Zonas afectadas por los incendios de Las Médulas. CSIC

Este abordaje integral requiere una planificación interdisciplinar, una adecuada dotación de medios humanos y técnicos y una gestión territorial integrada tanto de los actores institucionales como de los actores sociales y económicos de los distintos sectores, incluyendo la academia y las redes de expertos científicos. Sólo así se podrá convertir Las Médulas en un recurso duradero y comunitario, es decir, sostenible.

F. Javier Sánchez-Palencia, profesor ad honorem del Instituto de Historia (IH-CSIC)

Almudena Orejas, profesora de investigación en el IH-CSIC

Brais Currás, científico titular en el IH-CSIC

Fuente: CSIC

Esta entrada se publicó en Noticias en 22 Ago 2025 por Francisco Martín León