La nieve en la ciudad de Santander (1880-2006)

Corría enero de 1985, yo me encontraba en un valle de la parte occidental de Cantabria, próximo a la comunidad autónoma de Asturias, cuando una de las mayores olas de frío del pasado siglo se abatió sobre toda la geografía española

Una imagen del Santander antiguo. Aparece un Sardinero casi irreconocible, con la antigua ermita de San Roque en primer término (construida en 1870) y una intensa nevada cubriendo las playas. (Foto de colección Samot).

José Manuel Puente
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Palabras clave. Nieve, nevadas, Santander, frío.

Artículo de mayo de 2009. Recuperado en enero 2012

El motivo de este artículo

Corría enero de 1985, yo me encontraba en un valle de la parte occidental de Cantabria, próximo a la comunidad autónoma de Asturias, cuando una de las mayores olas de frío del pasado siglo se abatió sobre toda la geografía española. Lo más sorprendente de entonces, aparte el intensísimo frío, fue enterarme que la capital de Cantabria, Santander, se hallaba cubierta por una capa de nieve que superaba en algunos sitios los 25 centímetros; algo desde luego poco usual en una ciudad bañada por las aguas del mar Cantábrico.

Desde entonces mi vida ha transcurrido por motivos profesionales más fuera de Cantabria que dentro, sin embargo mi afición por la meteorología me ha llevado a seguir con atención los fenómenos climáticos más destacados de la ciudad de Santander. Y algo que llama enseguida la atención es el hecho de que la nieve no ha vuelto a posarse sobre sus calles y a cubrir sus paseos y jardines desde aquella histórica nevada de enero de 1985. Veinte años han pasado, y se de muchos aficionados a la meteorología que vivieron aquel acontecimiento atmosférico con verdadera emoción, otros más jóvenes han visto fotos o escuchado los relatos de padres o hermanos mayores; y todos ellos cuando llegan los meses invernales escudriñan los mapas de predicción y miran al cielo buscando un copo perdido de nieve que les devuelva la esperanza de ver la ciudad en la que nacieron o en la que viven cubierta otra vez de un inmaculado manto blanco. Por todos ellos y para todos ellos es este pequeño trabajo, para rememorar juntos antiguas nevadas y para tener más datos con los que completar nuestros conocimientos sobre el clima de esta preciosa ciudad asomada al mar y a su bahía. Satisfacer en definitiva una pasión que a muchos nos ocupa gran parte de nuestro tiempo, la pasión por la meteorología.

Cómo he obtenido los datos y agradecimientos

Hace ya algunos años descubrí casi por casualidad el trabajo sobre la nieve en Santander de doña Carmen Gozalo de Andrés. Se publicó junto con el primer número del Boletín Climatológico de Cantabria y en él se detallaban los días en que se había dado el fenómeno de la nieve en Santander durante el período 1924-1987. Aquello fue para mí todo un hallazgo, permitiéndome descubrir que la nieve había cubierto la ciudad más veces de lo que muchos de sus vecinos recordaban o podían imaginar. Posteriormente este mismo trabajo fue ampliado en la Revista del Aficionado a la Meteorología ampliando el período de estudio hasta 2003. Estos artículos han sido la base de lo que ahora me dispongo a ofreceros, por tanto mi reconocimiento a Carmen Gozalo, esperando poder completar y ampliar aquellos primeros trabajos sobre la nieve en Santander. Por otra parte he tenido la posibilidad de acceder a los datos de la Sección de Climatología del Centro Meteorológico Territorial de Cantabria y Asturias, agradeciendo a quienes allí trabajan por facilitarme la búsqueda y ayudarme en ella, muy especialmente a Gonzalo Moreno.

Finalmente, y para los años anteriores a 1924, momento de inicio de las observaciones en el centro meteorológico de Santander, he utilizado la prensa regional para conseguir la mayor cantidad posible de noticias que me permitieran completar la serie retrocediendo en el tiempo hasta 1880. He utilizado también el trabajo “El Clima del País Vasco a través de la prensa”, allí aparecen reseñadas las noticias de los grandes frío y nevadas que afectaron Euskadi desde finales del siglo XIX, lo cual me ha servido como guía para descubrir noticias de esos mismos temporales en la prensa de Cantabria y hallar referencias a la nieve en Santander, también he hecho un exhaustivo recorrido por los excelentes mapas de Wetterzentrale desde 1880 hasta 1924 que me han permitido descubrir situaciones de frío y a partir de allí buscar más referencias de nieve en Santander. También he utilizado los datos que ya tenía de mi propio artículo sobre olas de frío y temporales de nieve en Cantabria, aparecido también en la RAM. La consulta de los diarios de aquellos años la he realizado en la Biblioteca Menéndez Pelayo que dispone de una excelente hemeroteca.

¿Qué período y qué datos?

El período elegido, 1880-2006, me parece lo suficientemente representativo aunque muy desigual en cuanto a cantidad y sobre todo calidad de los datos aportados. Para el período 1924-2006 no hay mayores problemas, los datos son los obtenidos de la serie climatológica de Santander del Instituto Nacional de Meteorología, utilizando los registros de las observaciones recogidas en el Observatorio Meteorológico de Santander, primero en su antiguo emplazamiento (1924-1987) de la Calle General Dávila (antiguo Paseo del Alta), en un entorno eminentemente urbano sobre todo a partir de la década de 1960, y posteriormente y desde abril de 1997 en su nueva ubicación en el barrio de Cueto, cercano a Cabo Mayor en un entorno rural próximo al mar.

Por lo que respecta a los datos anteriores a 1924, están tomados de las noticias aparecidas en la prensa regional de la época, teniendo a su vez distinta calidad y detalle según los años, así en muchos años posteriores a 1900 he conseguido rehacer tablas de temperatura y precipitación a partir de los datos proporcionados por los periódicos y que se obtenían de observatorios particulares que luego detallaré.

Imagen de la Ribera (actual Paseo Pereda) nevada hacia finales del año 1884. La nieve cubría por completo la ciudad.

Debe tenerse en cuenta que toda esa información es subjetiva, ya que son noticias que el cronista puede describir de forma más o menos veraz según el caso, debiéndose tener sumo cuidado a la hora de reflejar determinados datos tales como “espesores de nieve”. Por otra parte, para los años anteriores a 1900 tan sólo he conseguido reseñas de las noticias aparecidas en la prensa en las que se reflejaban las nevadas caídas en la ciudad. A medida que se retrocede en el tiempo los datos son más difusos y pierden fiabilidad, además ni que decir tiene que están reflejadas las nevadas más importantes, las que fueron dignas de mención a través de la prensa escrita, pero sin duda habrá habido más días de nieve e incluso en algunos pudo cuajar y no aparecer mención a ellas. Resumiendo puedo decir que están todas las grandes nevadas de 1880 a 1924, pero pudo haber alguna otra que no aparezca y que en todo caso haya tenido una importancia menor.

¿En qué situaciones puede nevar en Santander y cuándo puede la nieve llegar a cubrir el suelo?

Para que la nieve llegue a las costas bañadas por el mar Cantábrico deben invadir la geografía peninsular masas de aire muy frío, de origen continental (siberianas) o de origen marítimo polar o ártico (nortadas).

Las primeras llegan directamente de la meseta ruso-siberiana, son masas de aire sumamente frías y se canalizan a través de una borrasca en el Mediterráneo Occidental, entre Baleares e Italia y un anticiclón frío siberiano que se alarga por el Atlántico Norte, las Islas Británicas hasta llegar a las Azores, provocando un bloqueo de la circulación zonal. Son entradas de aire que en general vienen poco cargadas de humedad y dejan precipitaciones en forma de nieve en la cornisa cantábrica, Pirineos, Cataluña y zonas del Levante. Son estas advecciones del nordeste las ideales para ver la nieve caer en la ciudad de Santander e incluso cubrir de blanco sus calles. Así se han dado las grandes nevadas en la capital cántabra (noviembre 1890, febrero 1954, febrero 1956, enero 1985).

Una segunda situación propicia para las nevadas son las irrupciones de aire marítimo polar o ártico, son menos frías que las anteriores pero más húmedas debido a su largo recorrido atlántico. El flujo es claramente del norte (nortadas) entre un anticiclón de bloqueo sobre el Atlántico Norte y una borrasca con centro en Países Bajos, sur de Francia o Mediterráneo Occidental. Estas situaciones son el origen de las grandes nevadas en la región por encima de los 400-500 metros, sin embargo en la costa el fenómeno principal suele ser el granizo intercalado con fuertes chubascos de lluvia, aunque en ocasiones la masa de aire frío arrastra temperaturas lo suficientemente bajas como para generar nevadas copiosas que alcanzan incluso la franja costera y la ciudad de Santander. En estas situaciones aunque llegue a nevar abundantemente, es muy difícil que la nieve cubra totalmente la ciudad, si lo hace es de forma esporádica sobre las superficies más propicias como son parques, jardines, tejados o coches. El período de nevadas de enero de 1945 tuvo este origen, al igual que el inicio de la invasión fría de febrero de 1983.

27 de noviembre de 1890. La nieve cubre Santander en una típica ola de frío siberiano. Anticiclón sobre Rusia, Escandinavia e islas Británicas. Borrasca en el mediterráneo occidental. Sucesivas olas de frío llegaron a Cantabria aquel invierno. La nieve reapareció sobre las calles de la capital en enero de 1891. (Fuente Wetterzentrale).

Los temporales de frío que traen la nieve a Santander aparecen entre finales de noviembre y mediados de marzo, concentrándose estos fenómenos en la segunda quincena de diciembre y los meses de enero y febrero

11 de febrero de 1956.La nieve cubre durante 8 días la ciudad. Tres olas de frío siberiano sucesivas la azotan. Este mapa nos muestra la temperatura a 1500 metros (inferiores a -15º)
(Fuente, Wetterzentrale).
10 de enero de 1945. A lo largo de este mes se abate sobre Cantabria una de las mayores nevadas que se recuerdan. Los vientos del norte arrastran fuertes precipitaciones que llegan a ser de nieve en la capital durante varios días pero sin llegar a cubrir por completo la geografía urbana. (Wetterzentrale).

Una tabla de días de nieve en Santander

Seguidamente intentaré representar en una tabla y con el mayor detalle posible los días en que el fenómeno de la nieve llegó a Santander para el período 1880-2006. Algunas aclaraciones previas sobre los datos que aparecen en la misma nos ayudará:

  • Fecha: en este campo aparecen los días en que se produjo precipitación en forma de nieve, con independencia que durante la misma jornada haya precipitado también lluvia, aguanieve o granizo. Para los años anteriores a 1924, los días de nieve están tomados de las noticias de la prensa regional, evidentemente habrá habido más días de nieve, pero al ser nevadas poco importantes no aparecen reseñadas en los diarios de la época.
  • Suelo cubierto y espesor: aparecen representadas tres situaciones posibles, un asterisco (*) significa que nevó sin llegar a cuajar, dos asteriscos (**), que cuajó en determinadas superficies como tejados, jardines o coches, y tres asteriscos (***) para aquellos días en que la nieve cubrió totalmente el suelo de la ciudad. Sobre este dato de “suelo cubierto” habría que hacer algunas puntualizaciones. Las nevadas en Santander suelen cubrir el suelo de forma muy provisional, de hecho aunque en los boletines meteorológicos aparezca el símbolo de suelo cubierto, lo más probable es que la nevada haya cubierto el suelo durante unas pocas horas tan sólo. Así habría que diferenciar aquellas nevadas caídas muchas veces durante la noche o la madrugada y que cubrieron el suelo incluso de forma abundante pero que el manto blanco fue desapareciendo a medida que el sol de la mañana iba calentando el ambiente. Y de otro lado estarían aquellas nevadas que a veces no siendo muy intensas sí que han permanecido cubriendo el suelo durante días seguidos debido al intenso frío reinante, siendo el ejemplo más representativo la nevada de febrero de 1956 o las de febrero de 1963. En todo caso estas últimas son muy excepcionales ya que el clima de Santander marcadamente oceánico no permite una innivación duradera. En resumen, aunque el suelo quedó cubierto en algún momento del día y por lo tanto aparece como “suelo cubierto totalmente” (***) lo más probable es que el manto blanco tendiese a desaparecer con cierta rapidez como norma general.

Por otra parte el espesor refleja en centímetros el grosor del manto blanco en aquellas jornadas en que la nieve cubrió totalmente el suelo. No he encontrado referencias de este dato en los registros del INM, por tanto reflejo unos datos aproximados en base a la precipitación recogida, las temperaturas alcanzadas y lo que se reflejó en las noticias de la prensa de aquellos días. En todo caso intento hacerlo siempre “a la baja”, procurando no exagerar lo que realmente pudo ser la nevada en cada caso. Para los años anteriores a 1924 he utilizado sólo la prensa regional, en ella se hace muchas veces referencia a que “la ciudad amaneció cubierta de un manto blanco” o “nevó sin interrupción hasta cubrir por completo las calles”, sin aportar datos de espesor de la capa de nieve, en estos casos aunque reflejo *** (suelo cubierto totalmente), no se aportan posibles espesores. Sin embargo otras veces en la prensa de la época sí se menciona el espesor de la nevada, con frases como “alcanzó hasta diez centímetros en el Alta”, en estos casos he optado por poner por ejemplo 8/10 centímetros, teniendo siempre muy en cuenta que son datos “aproximados y subjetivos” ya que el cronista que escribe la noticia pudo percibirla de muy diferentes maneras; haciendo este ejercicio de prudencia estas informaciones nos pueden servir para hacernos una idea de lo que pudo ocurrir en la ciudad por aquellos días. Igualmente en otras crónicas se dice “la nieve cubrió los tejados de la villa”, entonces aparecerá ** (cubiertas ciertas superficies como jardines y tejados). Si la noticia sólo hace referencia a la caída de la nieve o se dice que ésta no llegó a cuajar, entonces tan sólo aparecerá un asterisco (*).

  • Temperaturas mínima, máxima y precipitación: me ha parecido interesante reflejar las temperaturas mínimas y máximas alcanzadas en la ciudad durante las nevadas más importantes que se han dado en Santander y especialmente si el suelo quedó totalmente cubierto. Para los años en que existen registros oficiales esto no entraña ningún problema y nos permite apreciar en qué condiciones la nieve consigue cuajar con más facilidad, en cuanto a los años anteriores al inicio de los registros oficiales he podido reconstruir algunos datos de temperatura y precipitación que he obtenido de tres fuentes distintas:
La nieve cubre un parque de la ciudad en las proximidades del barrio de Cazoña durante la nevada de febrero de 1983 (foto Diario Alerta).
  • Observatorio particular del óptico Señor García; recogía sus datos de temperatura a las 8:00, 12:00 y 18:00 horas, además de mínima y máxima.
  • Observatorio particular del óptico Señor Arce, estaba ubicado en la calle Blanca 10, calle que quedó arrasada durante el incendio de 1941; recogía los datos de temperatura a las 8:00, 12:00 y 16:00 horas, además de mínima y máxima diaria.
  • Observatorio Meteorológico del Instituto. Tomaba temperaturas a las 10:00 y 16:00 horas, también temperatura mínima, máxima al sol y a la sombra y precipitación recogida. Precursor del observatorio del Instituto Nacional de Meteorología en sus instalaciones de la Calle General Dávila. Funcionaba en las instalaciones del actual Instituto Santa Clara.

Los datos de los dos primeros se publicaban en la prensa regional, pero me ha sido imposible tener acceso a los originales seguramente desaparecidos. Son en todo caso datos orientativos no oficiales y tomados en condiciones seguramente precarias y desde luego no homologables.

También he decidido introducir el dato de precipitación en el que hay que tener especial cuidado porque muchas veces la nieve aparece acompañada de granizo o lluvia, pues en este último caso las cantidades recogidas en el pluviómetro aparecen distorsionadas. De esta manera podemos poner los datos de precipitación en relación con los espesores alcanzados por las nevadas.

  • Otros fenómenos: en el caso que además de nieve haya precipitado granizo o se hayan producido tormentas. Es interesante reflejar el granizo porque en las estadísticas del INM si un día de nieve aparece también el granizo sólo se contabiliza granizo que excluye así a la nieve y también a la lluvia. Por tanto si alguien quiere cotejar estos datos con los datos estadísticos que facilita el INM notará ciertas diferencias. Para poder ver todos los meteoros que se han producido en un día hay que ir a consultar directamente los libros de registros de los diferentes observatorios.
última gran nevada en 1985 en las proximidades del alto de Miranda (foto cedida por Fernando Ganzo).

Recordando las mayores nevadas

Los días de nieve sin más, la precipitación recogida o la temperatura son datos importantes pero hacer un breve repaso a las mayores nevadas que cayeron sobre la ciudad de Santander, y recordar lo acontecido durante aquellas jornadas es algo que ayuda a hacerse una idea de la intensidad de la nevada o de las dificultades que acarreó al normal desarrollo de la vida en la ciudad. Detallamos a continuación las más importantes por su intensidad, porque la nieve cubrió el suelo o bien porque al producirse muy lejos en el tiempo la mayoría de nosotros nunca a oído hablar de ellas y carecemos de referencias.

  • Enero 1881: Hacia mediados de mes nieva en la ciudad pero no hay referencias que llegase a cuajar. “La nevada que ha caído en las alturas de nuestra provincia debe haber sido terrible, la montaña de Cabarga se halla también cubierta de nieve y esta mañana han aparecido blancos los tejados de las casas de nuestra población”, relata El Aviso del día 15 de enero.
  • Marzo 1883: nieva a partir del día 9. Como en el caso anterior no parece que llegase a cubrir el suelo en ningún momento.
  • Diciembre 1884: importante nevada los días 21, 22, 23 y sobre todo durante la tarde noche del día 27 cuando cubre las calles amaneciendo el día siguiente con una gran capa de nieve sobre Santander. En enero de 1885 continúa el frío y la nieve reaparece hacia mediados de mes, cuajando nuevamente el día 16.
  • Febrero 1888: en medio de lo que se considera el mayor temporal de nieve de todo el siglo XIX en la provincia (y tal vez también de todo el siglo XX si exceptuamos la tremenda nevada de febrero de 1954), la nieve cubre Santander el día 24; “una espesa franja del cándido ropaje se extendió por calles y tejados, despertándose la ciudad como embozada en un sudario”, según relato del periódico El Aviso.
  • Noviembre 1890-enero 1891: un invierno durísimo, sucesivas olas de frío siberiano barren la península desde finales de noviembre de 1890 hasta finales de enero de 1891. La nieve cubre la ciudad en dos ocasiones, una hacia el 27-28 de noviembre, la otra el 7 de enero, cuando informa El Aviso, “la nevada que ha cubierto de blanca alfombra toda la ciudad no es menos que la caída en el mes de noviembre (…) quisiéramos que en Santander se estableciera la buena costumbre que tienen en día de nevada en otras partes, costumbre que consiste en barrer la nieve los dueños o dependientes de los comercios cada cual el frente del suyo respectivo”. El espesor habría rondado los 10 cms en las dos nevadas.
  • Diciembre 1894-enero 1895: la nieve cubre la ciudad la Nochevieja de 1894, amaneciendo la ciudad el día 1 del nuevo año totalmente de blanco.
  • Febrero 1901: una intensa ola de frío y nieve azota Cantabria durante la segunda quincena de este mes de febrero. Nieva en la capital desde el día 15 pero sin llegar a cuajar, haciéndolo el día 21, “en la madrugada de ayer cayó en esta capital una copiosa nevada que cubrió las calles, llegando a medir hasta 10 cms por el Paseo del Alta”, según información del Diario Montañés.
La nevada de enero de 1985 en la zona del Paseo Pereda y el muelle. Fue la última vez que la nieve cubrió totalmente la ciudad pero lo hizo con una intensidad inusual. (Foto Diario Montañés).
  • Diciembre 1903: inicio de mes sumamente frío y con importante nevadas en toda la región; “en casi toda la provincia cayeron grandes nevadas (…) también en Santander nevó ayer diferentes veces, pero sin llegar a cubrir por la mucha humedad que había en las calles, aunque fue lo bastante para que se resbalaran algunas personas y cayeran al suelo”.
  • Febrero 1906: la nieve llega a Santander varias veces durante este mes pero sin llegar a cubrir totalmente la ciudad. Se registraron también fuertes granizadas. “En Santander amaneció encapotado y frío. Por la mañana cayeron chubascos de granizo y por la tarde vimos la nieve en trapos”.
Nevada incipiente sobre Puertochico. El pintoresco paisaje urbano de la zona comienza a cubrirse de blanco. (Foto Diario Alerta).
  • Febrero 1907: imponente nevada en toda la provincia, de las más intensas que se recuerdan, en la capital nieva a partir del día 2 pero no tenemos noticias de que llegase a cuajar aunque el frío debió ser muy intenso; “uno de los días más fríos de este invierno, que parece va a sobrepujar, por la crudeza del tiempo a tros inviernos memorables en Santander”.
  • Enero 1914: en muchos observatorios peninsulares éste fue el mes de enero más frío del siglo XX, fue especialmente fría su primera quincena. En Santander nevó varios días desde el día de Nochevieja hasta el día 15 de enero, aunque en general de forma débil, y no parece que llegase a cuajar más que esporádicamente en las zonas verdes de la ciudad (en aquella época muy poco urbanizada); “el día de ayer fue el más frío de todos, la temperatura fue muy baja y nevó varias veces, aunque sin llegar a cubrir el suelo. Por la mañana nevó algunos ratos copiosamente, blanqueando los tejados pero sin cubrirse las calles”.
  • Marzo 1917: en un año sumamente frío y nevador en toda la provincia, el mes de marzo dejó una ligera nevada en la capital que no llegó a cuajar sobre las calles, el granizo hizo también acto de presencia en abundancia; “el tiempo está más revuelto que Europa y más loco que los hombres, el febrerillo loco ha dejado el cetro de la locura a su hermano marzo (…) ayer nos hizo pensar que estábamos en Siberia. Hubo su conato de nevada, sus cuatro o cinco copiosas granizadas y un airecillo que se clavaba en la carne como agujas…”
28 de diciembre de 1917. Una intensa ola de frío siberiano cubre la ciudad de Santander con un manto de nieve. (Wetterzentrale).
  • Diciembre 1917: ambiente gélido a finales de mes, sobre todo los días 28 y 29, momento en que la nieve cae con bastante intensidad sobre la ciudad, “hasta la ciudad amaneció ayer completamente cubierta con el manto invernal, con el desnieve algunas calles quedaron convertidas en verdaderos barrizales”, según informaba El Diario Montañés por aquellos días. La ola de frío se abatió sobre toda Cantabria dejando uno de los temporales de nieve más intensos de principios de siglo, prolongándose con fuertes heladas hasta mediados de enero de 1918.
  • Diciembre 1926: gran nevada en Santander los días de Nochebuena y Navidad. Se alcanzan espesores cercanos a los 15 cms. Buena parte del Levante Español sufría la mayor nevada de los últimos 100 años. La prensa regional informaba, “el tráfico en la ciudad resultó poco menos que imposible (…) el espectáculo que ofrecían los jardines del Boulevard de Pereda era realmente fantástico. Muchas personas se echaron a la calle sólo para presenciar el sugestivo espectáculo de la nieve, pues hace muchos años no se ha conocido otra nevada igual en Santander”.
  • Febrero 1930: los años veinte fueron poco nevadores en general. La nevada de febrero de 1930 junto con la de diciembre de 1926 fueron las más importantes en la capital por aquellos años. La nieve cayó el día 17 con cierta intensidad sin llegar a cuajar, también nevó el 18 y el 19, durante estas dos últimas jornadas sí se cubrió el suelo con espesores de unos 5 cms.
  • Febrero 1932: nevó los días 11, 12 y 13. Intenso frío y nieve cubriendo las aceras, aunque en escasa cantidad fueron los rasgos de aquel temporal de frío que azotó toda la región.
  • Diciembre 1933: mes de intenso frío. La nieve alcanza la capital los días 16 y 17; “no llegó a cuajar la nieve en la ciudad (…) por la tarde alrededor de la cinco el frío fue más intenso cayendo una copiosa nevada que blanqueó las calles durante un cuarto de hora”, según relato del Diario Montañés de aquellos días.
1 de diciembre de 1903. Nieva y graniza en abundancia en la ciudad de Santander. (Wetterzentrale).
  • Finales de enero y principios de febrero 1935: durante los últimos días de enero y la primera decena de febrero se desencadenó sobre toda Cantabria una gran temporal de nieve y frío. La nevada llegó a la ciudad de Santander el día 27 y se mantuvo durante cuatro días seguidos aunque no llegó a cuajar más que en algunos momentos sobre las áreas más propicias (tejados, parques y jardines). Cuando la nevada anterior aún cubría gran parte de la geografía regional, el día 6 de febrero se inició un nuevo empeoramiento nevando en Santander durante las jornadas del 8, 9 y 10 de febrero, cubriendo en esta ocasión totalmente el suelo de la capital; “durante la madrugada descargó una cellisca sobre la ciudad y el espectáculo fue sencillamente fantástico, los jardines de Pereda, el Sardinero, los tejados y todos los árboles de la población aparecieron vestidos de blanco”. Era 9 de febrero y la nevada que se desató fue lo suficientemente intensa como para cubrir las calles de la ciudad; “al final de la tarde una pausa en el temporal fue aprovechada por el personal de limpieza pública para hacer un intenso barrido con las mangas de riego, dejando expeditas y libres del riesgo de los patinazos las calles principales”.
21 diciembre 1884. Nieva intensamente sobre la ciudad. El día 22 la capital amanece cubierta de blanco. (Wetterzentrale)
  • Febrero 1938: intenso frío el de aquel mes de febrero en lo que fue uno de los inviernos más duros del siglo XX en toda España. En Santander la nieve cubrió la ciudad los días 15 y 16 manteniéndose sobre las calles debido al intenso frío reinante. Fue una nevada moderada en medio de una gran ola de frío continental, que se abatió sobre una población que sufría los rigores sociales y económicos de la guerra que por aquellos días enfrentaba a los españoles.
  • Enero 1940: aunque no fue un mes especialmente frío ni con grandes nevadas, el blanco elemento sí llegó a la capital en varias ocasiones cubriendo el suelo el día 22.
  • Enero 1941: una intensa nevada cubrió la ciudad el día 11 al final de una ola de frío que había comenzado el día primero de año. La nieve se dejaba ver a intervalos durante los primeros días de enero junto con el granizo y los chubascos de lluvia. Un empeoramiento del tiempo el día 10 hizo que “el día amaneciese encapotado y con un frío intensísimo, comenzando a nevar a las diez de la mañana en forma copiosa”. Así transcurrió aquel día, entre chubascos de nieve y ratos de bonanza hasta que a las ocho de la noche “comenzó a caer de nuevo la nieve en forma más copiosa y sin interrupción (…) alcanzando en las calles espesores de 20 cms”. Estos espesores de los que habla la prensa de la época parecen desmesurados a tenor de los datos del INM, la nevada habría sido bastante más modesta, con espesores de unos 5 cms de nieve sobre las calles de la capital.
  • Febrero 1944: durante la segunda quincena de este mes de febrero de 1944 intensas nevadas azotan la región. El día 21 nevaba a intervalos con cierta intensidad sobre Santander. Al día siguiente la ciudad amanece cubierta de nieve pero desaparece a lo largo de la mañana, durante la tarde el tiempo enfrió con vientos intensos del nordeste y la nieve volvía a caer a partir de las siete de la tarde. Esa noche caería sobre la ciudad la mayor nevada de aquel invierno alcanzando los días 23 y 24 cerca de 10 cms. en las partes altas de la ciudad. Por aquellas fechas nevaba intensamente en Oviedo (hasta 35 cms.), Bilbao, San Sebastián, Córdoba, Jaén, en la provincia de Alicante, Sevilla, etc.
El Paseo de Reina Victoria y la Magdalena cubiertos de nieve en febrero de 1944. (Foto Diario Alerta).
  • Enero 1945: el mes de enero más frío desde que se tienen registros en la ciudad de Santander y también en Reinosa. En la capital la nieve apareció 5 días, pero sólo cubrió el suelo totalmente durante la mañana del día 13 aunque desapareció a medida que avanzaba el día, “en Santander capital después de la helada del viernes siguió ayer por la mañana una nevada que cubrió las calles y tejados pero por poco tiempo ya que el sol volvió a lucir a primeras horas de la tarde”.
  • Enero 1947: después de una primera parte del mes con vientos del sur y temperaturas templadas, a partir del día 24 y durante 5 días consecutivos, la nieve hará acto de presencia en la capital cayendo de forma débil o moderada. El día 25 “alrededor de las nueve de la mañana comenzó a nevar, aunque con poca intensidad, continuando así toda la mañana y primeras horas de la tarde, la nieve cuajó sobre los tejados de las casas y los jardines de los paseos, principalmente en las partes altas de la ciudad”, según información del Diario Montañés. Durante la noche del domingo 26 y la mañana del día 27 la nevada alcanzó su punto máximo amaneciendo la ciudad completamente blanca y con unos 10 cms. de espesor en algunas de sus calles y jardines.
  • Febrero 1953: el primero de una serie de años que abarcan la década de los cincuenta en los cuales las nevadas serán frecuentes en toda la región y llegarán a la costa con bastante frecuencia. Enero y febrero de 1953 fueron sumamente nevadores, grandes temporales azotaron la provincia con persistencia inusitada, sin embargo la nieve llegó a la capital sólo en dos jornadas, los días 14 y 15 de febrero. “La mañana del domingo día 15 una intensa nevada se desató sobre Santander, duró más de dos horas y cubrió totalmente la ciudad con espesores de más de 20 cms. (…) la alcaldía ordenó la salida del personal de limpieza con mangas de riego para quitar la nieve de las calles, ordenando igualmente a los porteros la limpieza de las aceras correspondientes a cada portal”. Nuevamente los 20 cms de los que informa la prensa parecen exagerados, no habiendo seguramente más de 5/7 cms en las partes más altas.
  • Febrero 1954: una de las mayores nevadas en Cantabria en los últimos 150 años. El temporal se había iniciado ya a primeros de año pero la nieve que caía intensamente en toda la región no llegó a la ciudad hasta el 31 de enero en que “amaneció nevando, desde las siete de la mañana para desaparecer luego y volver a formarse y hacerse firme durante la noche en que nevó con más intensidad”. El día 1 de febrero toda la ciudad amaneció blanca para continuar así durante toda la jornada, “llegando a alcanzar en algunos lugares hasta 25 cms. de altura”. Estos espesores de nieve no parecen verosímiles al confrontarlos con los datos de precipitación registrados por aquellos días en el observatorio del INM en la calle General Dávila (ver tabla de días de nieve), más bien parece que la nevada que cubrió la ciudad fue muy persistente a causa del frío intenso pero en todo caso habría sido bastante más modesta (posiblemente no más de 10/15 cms), quedando lejos de lo que a mi parecer y comprobando datos serían las tres grandes nevadas de la ciudad en el siglo XX, la de marzo de 1955, la de febrero de 1956 por su duración y la de enero de 1985 por los espesores alcanzados. Esto desde luego contrasta con un hecho irrefutable, que en el interior de la provincia la nevada de 1954 fue, si no la mayor del siglo, al menos de las dos o tres más grandes que se han registrado en la pasada centuria (los datos de Reinosa lo demuestran), y también contrasta con las informaciones aparecidas en la prensa no sólo de Cantabria, también de Asturias y País Vasco que hablan de espesores de más de 40 cms en Bilbao y Oviedo y de más de 20 cms en la ciudad de Santander; y es que la memoria en meteorología falla y la percepción es muy subjetiva. En todo caso la nevada en la capital fue importante y continuó durante el día 2 y ya más débilmente los días 3, 4 y 5, “mientras empleados y bomberos municipales se afanaban en limpiar las calles”. La situación en la capital obligó al ayuntamiento a emitir un bando en el que “se recuerda la obligación en que se encuentran los porteros y dueños de establecimientos comerciales e industriales de limpiar de nieve las aceras…”
1 de febrero de 1954. Intensa ola de frío con temperaturas bajísimas a 1500 metros que provocaron el desplome de nevadas a cota 0 durante varios días. (Wetterzentrale).
  • Marzo 1955: gran nevada en Santander entre el 7 y el 10 de marzo, produciéndose además el día 10 un fenómeno por muchos conocido, el oscurecimiento casi total en pleno día debido al grosor de las nubes que descargaban fuertes tormentas en las proximidades de la Bahía de Santander y otras áreas próximas al litoral. El día 8 “estuvo nevando fuertemente durante todo el día casi dieciocho horas sin interrupción, quedando cubiertas las calles por una espesa capa de nieve de unos 10 cms de altura”.La nieve se amontonaba en las aceras y en las calles pero todavía no había llegado lo más intenso del temporal, así durante la noche del día 9 al 10 estuvo nevando y granizando amaneciendo la ciudad colapsada y los arenales de la Bahía cubiertos de blanco al estar la bajamar en su punto culminante. Aquella mañana del día 10, “las brigadas municipales salieron para ir limpiando las aceras y calzadas y cuando ya tenían realizada esta labor, a cosa de las once, se nubló el cielo aumentando la oscuridad en términos sorprendentes (…) obligando a encender el alumbrado público, el de los establecimientos y los faros de los coches”. En esos momentos cayó sobre la ciudad una intensísima nevada, de las más fuertes que se recuerdan en la capital. La nieve tenía que ser transportada en grandes camiones hasta el mar. Al anochecer de este día la temperatura subió y la lluvia hizo su trabajo barriendo los restos de nieve.

Los datos oficiales de aquellos días, las fotos que han llegado hasta nosotros, la información aparecida en la prensa, etc.; todo parece coincidir para que podamos pensar que estamos ante una de las mayores nevadas del siglo XX en la ciudad, curiosamente en el mes de marzo. Si bien los días 7 y 8 la humedad muy alta hacía difícil la acumulación de nieve, los días 9 y 10, el frío, las tormentas y la intensa precipitación hicieron que se cubriesen las calles de la ciudad con un manto blanco casi desconocido en Santander.

La nevada de marzo de 1955 sobre los jardines del Paseo Pereda. (Foto Diario Alerta).
  • Febrero 1956: poco se puede decir de este mes de febrero que no se haya dicho ya. Sólo recordar que en Santander nevó intensamente durante 13 días y la nieve permaneció cubriendo el suelo durante 8 jornadas, del 10 al 13 y del 19 al 22; la prensa de aquellos días informaba: “la nieve cae acompañada de fuertes ventiscas y en las primeras horas de la mañana una capa cubría la ciudad, que adquirió mayores proporciones durante la tarde”. Fueron tres intensas olas de frío siberiano que dejaron una temperatura media en Santander de tan sólo 3.8ºC, la más baja desde que hay registros. Las temperaturas extremas hicieron que la nieve caída se acumulase con gran facilidad. Así informaba el Diario Montañés el día 12: “Santander amaneció ayer con una capa de nieve de 5 cms. de espesor, nieve seca o mejor helada, que puso en peligro la integridad de los peatones (…) sobre las doce de la mañana un furioso temporal de nieve racheada, descargó sobre la ciudad, con una cortina tan tupida que no dejaba ver a pocos metros d distancia” La situación persiste el día 13 (la prensa informa de hasta 20 cms de nieve en las calles), mejora luego ligeramente hasta un nuevo empeoramiento el día 19 cuando la nevada se hace más intensa, continuando con breves intervalos hasta el día 23, la ciudad se mantiene cubierta de blanco estos últimos cuatro días del temporal.
  • Enero 1957: después de una mes de diciembre bastante suave, enero presentó las credenciales del invierno llegando la nieve a la capital el día 15 y persistiendo los días 16 y 17, llegando a cuajar en muchas zonas de la ciudad aunque no con la intensidad y la permanencia de años anteriores.
  • Enero 1960: nevada en Santander las jornadas del 10 y 11 de enero de 1960, “casi toda la noche del domingo al lunes nevó copiosamente, cuajando en las calles, jardines y tejados (…) desde primeras horas las brigadas municipales trabajaron con gran intensidad para dejar expeditas las calles de más tránsito y los lugares que podían ofrecer mayor peligro en la circulación de peatones. A partir de las tres de la madrugada el cielo fue cubriéndose y la temperatura bajó aún mas tras fuertes rachas de viento del norte y el este, comenzó a chispear nieve sobre la ciudad (…) La ciudad contempló el espectáculo de la nevada, cubriéndose todas las zonas no transitadas, como jardines…”. El temporal se recrudeció el día 14 pero en esta ocasión al igual que en las dos jornadas siguientes en las que también nevó, no llegó a cubrirse el suelo en ningún momento.
  • Diciembre 1962: el día de Nochebuena de 1962 nevó en Santander, “durante toda la mañana y en algunos momentos de manera intensa padecimos copiosas precipitaciones de nieve granulada, acompañada de fuerte cellisca que impedía en algunas zonas como la marítima el tránsito de peatones”. El día de Navidad la ciudad amaneció cubierta de un manto blanco. Todo ello en medio de uno de los inviernos más duros que se recuerdan en Cantabria, con sucesivas olas de frío siberianas que azotaron la región desde la segunda quincena de diciembre para recrudecerse nuevamente en febrero. Aunque la nevada no fue de las más intensas, el frío dejó temperaturas bajísimas, en la capital se registraron -2.8ºC, siendo la mínima absoluta para un mes de diciembre desde que existen registros.
  • Febrero 1963: siguiendo con la tendencia del durísimo invierno que padecía toda la región, el mes de febrero se presentó frío y desapacible. Nevó en la ciudad los días 2, 3, 4 y 5; lo hizo de forma no muy intensa pero el frío extremo hizo que la nieve cubriese las calles con facilidad. El día 2 comenzó a nevar “en seco” hacia las once de la mañana, luego amainó para volver a hacerlo con más fuerza a las seis de la tarde. La nieve cubrió las zonas menos transitadas. Los días siguientes se mantuvieron las mismas características en el tiempo. El día 4 volvió a ser un día muy duro, “con precipitaciones de nieve que cubrieron tejados, calles y jardines manteniéndose una temperatura fría que obligó a nuestros convecinos a quedarse en sus casas”, según relato del Diario Alerta. Lo más destacado al igual que en la nevada de diciembre fue el intenso frío más que la cantidad de nieve caída que fue bastante débil aunque cuajó con suma facilidad debido a la temperatura glacial.
  • Marzo 1964: intensa nevada la caída los días 7, 8 y 9. Comienza cayendo aguanieve en la tarde-noche del día 6. El día 7 nieva ya sobre la ciudad de forma intermitente cubriéndose con una ligera capa las zonas más apartadas, la nevada se registra primero en forma granulada para pasar luego a copos de gran tamaño. Al finalizar la jornada unos 5 cms cubrían muchas zonas de la capital. La mayor intensidad en la nevada se producía en la madrugada del día 8; “durante toda la noche del sábado y principalmente en la madrugada del domingo fueron especialmente copiosas las precipitaciones de nieve que cayeron sobre el casco urbano hasta tal punto que los madrugadores pudieron contemplar un Santander totalmente nevado”. La nieve siguió cayendo durante aquella jornada pero cada vez con menos intensidad. El día siguiente, día 9, el blanco elemento comenzó a licuarse poco a poco en medio de algún chubasco ocasional de nieve.
11 de enero de 1960. Nieva intensamente en Santander, los vientos del noreste marcan la tónica. La temperatura a 1500 metros alcanza los -10ºC en la vertical del Cantábrico. (Wetterzentrale)
  • Febrero 1969: nevada caída los días 14 y 15 que cubrió totalmente la capital después de unos años en los que la nieve no fue noticia en Santander, aunque en 1967 había habido en enero y diciembre alguna nevada que de forma efímera había cuajado sobre parques y jardines. En esta ocasión la nieve cayó con cierta intensidad y la ciudad se cubrió de blanco.
  • Enero 1971: la gran ola de frío de finales de diciembre de 1970 y principios de enero de 1971 fue una de las más intensas del siglo XX en España y Cantabria no fue la excepción. Comenzó a nevar el día 26 de diciembre aunque sin cuajar, siguió haciéndolo los días 29 y 30 momento en el cual el temporal se recrudecen en toda la península y el frío se hace cada vez más intenso; el día de Nochevieja tocando ya con el nuevo año, la nevada se intensifica, “en la ciudad comenzaron a caer los primeros copos a las once de la noche, poco a poco fue espesando la nevada de tal suerte que al sonar las doce campanadas una capa blanca cubría ya todas las calles y tejados de la población”. La nevada persistió hasta la mañana del nuevo año cuando los vecinos de Santander descubrieron el magnífico espectáculo que rápidamente disfrutaron “para lanzarse por las zonas verdes de la ciudad a practicar el deporte favorito del esquí”. El frío persistió hasta el día 5, para entonces la nieve se había licuado en la capital, pero la provincia seguía cubierta de blanco.

Entre la nevada caída el día de año nuevo de 1971 y la gran nevada de febrero de 1983 hubo muy pocas ocasiones de ver el blanco elemento caer sobre la capital de Cantabria y menos aún cubrir sus calles. Cabría destacar los tres días de nieve de marzo de 1971 en los que a pesar del frío reinante no llegó a cuajar la nevada más que muy puntualmente en parques y jardines. Posteriormente es de reseñar por lo tardía la nevada caída los días 9 y 10 de abril de 1973 cuando la nieve y las granizadas llegaron a cubrir ocasionalmente las calles de la ciudad. Hubo pocos días de nieve y en ningún caso se cubrió el suelo los años 1974, 1975, 1976, 1977 y 1978. En 1979la nieve caída el día 16 de febrero llegó a cubrir las calles aunque la mejoría de la situación fue rápida y la nieve desapareció también muy rápidamente. En 1980 se deben destacar por lo tempranas las nevadas de los días 5 y 30 de noviembre.

  • Febrero 1983: los siete días de nieve que se registraron en febrero de 1983 cierran un período de casi 10 años en los que se produce la práctica desaparición del fenómeno de la nieve en las calles de la capital cántabra. La nevada fue intensísima en toda la región por encima de los 200 metros, comenzó el día 8 y no cedió hasta finalizar la primera quincena del mes. El día 8 ya nevaba “a primeras horas incluso en Santander, si bien sus calles no llegaron a verse afectadas, las playas del Sardinero quedaron completamente nevadas, un espectáculo insólito y desacostumbrado”. El día 9 el temporal arreció nuevamente por la tarde, la nieve cayo con intensidad durante toda la noche y primeras horas del día 10, cuajando en sitios poco transitados de la ciudad aunque se licuó a medida que avanzaba la mañana. La situación mejoraba el día 11 para empeorar nuevamente las jornadas de los días 12 y 13 de febrero en que las calles volvieron a verse cubiertas de blanco durante breves intervalos conforme se sucedían los chubascos de nieve. A partir del día 14 el temporal remitió de forma paulatina y las nevadas fueron dejando paso a las heladas, muy intensas en todo el interior provincial.
  • Enero 1985: última gran nevada en Santander durante la cual la ciudad se cubrió de un espeso manto blanco. El espesor de la nieve alcanzó más de 20 cms en las zonas altas de la capital durante el día 15, momento de máxima virulencia del temporal. Pero ya el día 6 de enero se había iniciado una de las olas de frío más intensas del siglo en todo el país. Algunos copos caían ya en medio de temperaturas gélidas, impropias de la capital cántabra, la jornada siguiente la nieve cayó algo más intensamente, llegando a cuajar en muchos sitios del casco urbano debido sobre todo al frío glacial. Llegamos así a los días 8 y 9 en los cuales las temperaturas se mantienen muy frías aunque la precipitación es casi inapreciable. Luego mejoró ligeramente hasta el día 14, las temperaturas ascendieron algo e incluso llovió sobre la capital. Sin embargo el frío arreció nuevamente en la tarde del día 14 al final de la cual la nieve comenzó a caer con intensidad cada vez mayor amaneciendo el día siguiente con una de las mayores nevadas del siglo pasado; “los servicios municipales de limpieza de la ciudad de Santander procedieron durante el día de ayer a esparcir sal en las principales vías de la ciudad sobre todo en el centro (Calvo Sotelo, Paseo Pereda…)con el fin de facilitar el tráfico de vehículos y personas (…) ciudad desacostumbrada a este tipo de acontecimientos (más de 20 cms de nieve en muchas parte de la ciudad)”, según informaba el Diario Montañés de aquellos días. El transporte público quedó paralizado por la nevada quedando atrapados los vehículos en Gral. Dávila, Alto de Miranda o Cautelar. Una nevada memorable y muy añorada por muchos santanderinos que no han vuelto a ver nada igual desde entonces.
Más fotos de la nevada de enero de 1985. Las playas del Sardinero nevadas al atardecer. (Foto Diario Montañés).
  • Enero 1987: cuatro días de intensos chubascos de nieve dejó este mes de enero de 1987. La nieve cayó con intensidad y llegó a cuajar en algunos momentos el día 15 aunque lo hizo sólo en las zonas más propicias de parques y jardines con una fina capa de no más de 2 cms.
  • Febrero 1987: otros 3 días de importantes nevadas cayeron sobre la ciudad durantes tres jornadas consecutivas del 18 al 20 de febrero. Llegó a cuajar muy ligeramente la madrugada del día 20 según aparece en los registros del INM. Sin embargo en mi opinión fue tan débil la capa de nieve que puede decirse que la última vez que la ciudad se cubrió de blanco fue en enero de 1985, esa es además la que todos recordamos como nevada memorable en la ciudad. En algunos momentos el granizo se entremezcló con la nieve y el aguanieve.

A partir de este año se abre un nuevo período con un fuerte descenso de los días de nieve en Santander. De hecho no se ha vuelto a ver la capital cubierta por el blanco elemento. Hubo ligeras nevadas mezcladas con granizo en febrero de 1988 y diciembre de 1990. La nieve cayó más intensamente la tarde del 28 de febrero de 1993 y durante la mañana del día 1 de marzo momento en el cual algunas zonas verdes amanecieron ligeramente nevadas. Fueron prácticamente 10 años de ausencia total de nevadas de alguna importancia sobre la capital.

  • Febrero 1996: tres días de nieve en Santander que cubre ligeramente algunas superficies (tejados, jardines y coches) durante los días 20 y 21. La nieve cayó intercalada de fuertes granizadas. Fue el mes que registró mayor número de días con precipitación de nieve en toda la década de los años noventa.

Entre 1997 y 2003, tan sólo se registraron 6 días de nieve en la capital, y en ninguno de ellos cuajaron las nevadas, que fueron siempre muy débiles, en general en forma de nieve granulada y la mayoría de las veces el granizo hizo también acto de presencia. Fueron años con inviernos muy templados siguiendo con la tendencia iniciada a finales de los ochenta.

  • Inviernos 2004-05 y 2005-06, ¿final de una tendencia?: estos dos inviernos han sido más fríos de lo que era habitual durante los últimos 15 años. Las temperaturas medias del trimestre invernal descendieron notablemente, hasta 7.5ºC en febrero de 2005, tendríamos que retroceder hasta 1965 para encontrar una temperatura media similar. Como consecuencia de esta tendencia y de las sucesivas olas de frío que invadieron la región sobre todo durante el invierno 2004-2005, el número de días de nieve ha sufrido una inflexión al alza, registrándose 5 días en 2005 y 2 días en 2006. En ninguna de estas jornadas la nieve cubrió la ciudad, aunque sí lo hizo en otras localidades costeras, pero el frío fue moderadamente intenso, las precipitaciones en forma de nieve copo reaparecieron, aunque débiles en general, siendo algo más importantes durante los días 27 y 28 de enero de 2006, cuando podría hablarse de la mayor nevada desde 1996 o incluso antes.

Todo ello podría marcar el inicio de una vuelta a inviernos más fríos, nevadas más frecuentes en la ciudad (en la provincia las nevadas de los tres últimos años han sido intensísimas sobre todo por la persistencia sobre el suelo de la nieve caída), olas de frío más intensas, en definitiva la posible ruptura de una tendencia al alza en las temperaturas y una práctica desaparición de la nieve en la ciudad de Santander.

Algunos gráficos: los siguientes gráficos están hechos en base al período 1924-2005 por ser el “oficial”, antes de esa fecha tan sólo he intentado hacer una aproximación a lo que pudo ocurrir con los períodos de nevadas en la ciudad.

Gráfico 1

GRAFICO 1

En este primer gráfico aparecen representados los días en los que se presentó el fenómeno de la nieve en el período 1924-2005, con independencia que en esa jornada también haya habido precipitación de granizo, lluvia o aguanieve. Se observa un gran pico en los años 50, muy fríos y nevadores en general en toda la región, posteriormente la tendencia va descendiendo hasta principios de los años 80 durante los cuales hay un nuevo repunte basado sobre todo en las nevadas de 1983, 1985 y 1987, a partir de entonces y hasta 2005 la tendencia es a la baja hasta la casi desaparición de la nieve en Santander.

En el gráfico 2 aparecen representados por décadas y para el período 1924-2006, los días en que se produjo el fenómeno de la nieve en Santander y los días en que el suelo quedó cubierto por el blanco elemento. Se observa un incremento de los días de nieve en las tres primeras décadas, sin contar el período 1924-30 por no ser de diez años completos. Este incremento tiene su punto álgido en la década de los 50 cuando se llegan a registrar 45 días de nieve en la ciudad, lo que nos daría una media de 4,5 días por año. Después se inicia un descenso hasta los años 80 que marcan un nuevo repunte sobre todo marcados por las nevadas de 1983 y 1985. A partir de ahí el descenso se hace más marcado en el “templado” decenio de 1991-2000, para acabar con los 9 días de nieve de la actual década que es meramente aproximativo al no haber finalizado aún.

Gráfico 2

GRAFICO 2

Por lo que respecta a los días en que la nieve cubrió el suelo, está claro también el ascenso paulatino de días en que el suelo estuvo cubierto hasta llegar a los años 50 con un total de 21 días, lo que nos da una media de 2,1 días al año con las calles vestidas de blanco. Después se inicia un descenso que se hace brusco en los años 70 con tan sólo 2 días y se corta de forma bastante radical en los 80 cuando sube otra vez hasta 9 días. A partir de ahí la desaparición de la nieve sobre las calles de la capital es un hecho.

En el gráfico 3 se representan los días de nieve por meses y décadas. El mes de febrero se muestra como el más nevador en todos los decenios, excepto en los años 40 cuando fue enero el que más días de nieve registró. Resaltar los 26 días de nieve en febrero de los años 50. Marzo registra 5 días en 1951-60 y 1971-80, en esta última década supera a enero con tan sólo 4 días de nieve y en unos años que registraron en general pocas nevadas, sin embargo fueron éstas bastante tardías, dándose incluso 3 días de nieve en abril. El descenso desde 1960 queda patente como en los demás gráfico, con el repunte del decenio 1981-1990, sobre todo para la nieve en enero y febrero con 12 días cada uno.

Gráfico 3

GRÁFICO 3

Un gráfico muy interesante es el de los días que se cubrió el suelo de la ciudad distribuidos por meses y por décadas (gráfico 4). Se ve perfectamente cómo los años 50 se llevan la palma en cuanto a cuajar la nieve en la capital, sobre todo durante los meses de febrero y marzo con 13 y 5 días respectivamente. En los años 30 y 60 también fue febrero el que mantuvo las calles de la ciudad cubiertas más número de días. Sin embargo enero lo fue en los 80, con un total de 6 días con suelo cubierto. Como ya sabemos en los dos últimos decenios, los 90 y la actual década, la nieve ha desaparecido del suelo urbano de Santander.

Por último, en el gráfico 5 aparece el total de días de nieve y suelo cubierto para los meses en que se ha registrado este fenómeno en la ciudad. Enero y febrero son los más propicios a la nieve, luego diciembre y marzo, en este último destaca la alta posibilidad de que la nieve caída cuaje sobre el suelo (21 días de nevada y 9 de ellos cubrió el suelo), en último lugar aparecen abril y noviembre.

Gráfico 4

GRÁFICO 4

Gráfico 5

GRÁFICO 5

La nieve en Santander entre 1880 y 1924:

  • He conseguido contabilizar 66 días de nieve en la ciudad en los 44 años que van de 1880 a 1924, lo que significa 1,5 días de nieve al año, frente a 2,7 del período 1924-2006. Sin embargo debemos tener en cuenta que sólo aparecen los días que la nieve se reflejó como noticia en la prensa de aquellos días, pudiendo haber muchos más días en que nevó pero lo hizo de forma escasa o mezclado con lluvia o granizo y el fenómeno no fue recogido en las noticias del día. No es por lo tanto un dato exhaustivo, tan sólo pretende ser algo orientativo de una situación de temporal o nevada más general.
  • La nieve habría cuajado unas 7 veces en ese período, aunque es posible que lo haya hecho más veces, esta cifra seguramente se acerca más a la realidad que la anterior de días de nieve, por la sencilla razón que el hecho de que la nieve cubra la ciudad es algo bastante excepcional y por tanto más “noticiable”.
  • Parece haber cuajado al menos 5 veces entre 1880 y 1895, coincidiendo con un período de inviernos muy fríos en toda la Península.
  • La primera decena del siglo XX nos habría dejado bastantes días de nieve pero pocas grandes nevadas, que se reactivarían en enero de 1914 y diciembre de 1917.
  • Muy a destacar el invierno 1890-91, muy frío y con dos nevadas importantes que cubrieron el suelo de la capital, la primera destaca por lo temprana, en noviembre, y por lo intensa; la segunda en enero entra más en lo que es habitual.
  • Los primeros años 20 fueron muy poco pródigos en nevadas coincidiendo con lo que fue una década en general bastante templada, de hecho los años 1921, 1922 y 1923 destacaron por inviernos templados y con vientos dominantes del sur.
  • Muy frío fue enero de 1914, aunque con poca precipitación y muy frío también el final de 1917 y principios de 1918.
  • Me gustaría destacar también lo extraordinariamente fríos que resultaron ser los meses de mayo de 1881, 1887 y 1902, sin embargo y a pesar de las fuertes granizadas que azotaron la ciudad (incluso la nieve llegó con intensidad a Reinosa en mayo de 1902), no he encontrado referencias a nevadas en la ciudad de Santander.

Veinte años sin una nevada cubriendo la ciudad…

Efectivamente, desde 1985 la ciudad de Santander no se cubre totalmente de nieve, podríamos decir que desde 1987 cuando durante algunos momentos la capital se cubrió con una fina capa de nieve. En cualquier caso son ya 20 años sin ver el paisaje urbano cubierto de blanco.

Ante ello debemos preguntarnos si este período tan largo es algo normal o excepcional a tenor de lo que conocemos del clima de Santander. La respuesta parece bastante clara, resulta excepcional un período de más de 20 años sin ver cuajar la nieve sobre la ciudad. Analizando un poco vemos que en el período que contempla este artículo, 1880-2005, la nieve cubrió el suelo de la ciudad en 38 ocasiones y como entre 1880 y 1924 los datos son aproximados y pueden faltar algunas nevadas ese dato es en todo caso “mínimo”, esto representa una nevada cada 3,2 años aproximadamente. Pero si excluimos los últimos 20 años, o sea aquellos en que el suelo no se ha llegado a cubrir, este período de retorno se reduce a tan sólo 2,8 años. Por lo tanto las nevadas cubriendo el suelo en mayor o menor medida no han sido un hecho inusual en Santander.

Lo segundo a destacar es que esas nevadas no fueron como es lógico de igual intensidad y las décadas que hemos estudiado se presentan algunas como más nevadoras que otras como ya hemos podido ver. Por ejemplo en los años 50 se presenta un período entre 1953 y 1958 en los cuales la nieve cubrió la ciudad todos los inviernos y durante varias jornadas; importantes nevadas fueron las de febrero de 1954, febrero de 1956 o marzo de 1955. En los años 40 también se cubrió la ciudad en 5 ocasiones, incluso en los poco nevadores años 20 la nieve cubrió 2 veces Santander, una de ellas en forma abundante; y así podríamos seguir en la década de 1960, en la cual hubo inviernos con dos nevadas (1962-1963), en los 70 o en los 80.

En definitiva, no puede decirse que sea Santander una “ciudad de nieve”, eso parece claro, no podemos esperar nevadas de 50 centímetros todos los inviernos, pero de ahí a pasar 20 años sin ver una nevada cuajando sobre suelo… parece que hay una gran diferencia.

Debemos preguntarnos entonces el por qué está ocurriendo esto. Mis conocimientos de meteorología seguramente no son suficientes para dar una respuesta adecuada y sólida a este interrogante, por tanto sólo pretendo plantear algunas preguntas, abrir un posible debate o dar algunas opciones de respuesta.

Creo que habría que considerar tres puntos fundamentales:

  • El desarrollo urbano. Desde luego la ciudad ha crecido, se ha urbanizado de forma acelerada y ha cambiado su fisonomía sobre todo a partir de los años 60, la circulación de vehículos y personas es hoy muy superior a la que era hace tan sólo 20 o 30 años y ni hablar si lo comparamos con la pequeña ciudad de provincias de 1940 o 1950. Todo ello hace que una nevada moderada tenga grandes dificultades para cubrir el suelo, a no ser sobre las superficies más propicias como son parques, jardines, tejados… Esto es cierto pero no parece suficiente explicación, sobre todo porque hemos de decir que en los últimos años esa nevada moderada de la que hablamos no se ha producido, ya hemos visto cómo los días de nieve han disminuido y se han dado de forma aislada, a veces entremezclada la nieve con lluvia o granizo.
  • Otro elemento a tener en cuenta es el hecho mismo de las características climatológicas de Santander; una ciudad sobre una península, una ciudad rodeada de mar, “hiperoceánica” en sus rasgos climáticos, que se encuentra en lo que podríamos llamar “el umbral de la nieve”, en el límite justo para que se de una nevada pero que al final por una causa u otra no se produce. Lo hemos dicho antes, Santander no es un sitio propicio para grandes nevadas, sin embargo hemos visto que con estas mismas características climáticas, la ciudad disfrutaba cada cierto tiempo de la visita del blanco elemento sobre sus calles y aceras. Por tanto no parece ser, al menos por si sola, una explicación suficiente.
  • Por otro lado, tenemos el dato de la subida general de las temperaturas en los meses invernales dentro del contexto de calentamiento que experimenta la Península Ibérica en los últimos 15 o 20 años. Esta subida ha sido muy marcada en los meses de diciembre, enero y febrero, los más propicios para la nieve, y aunque parece haberse roto en los últimos dos inviernos ha sido un dato muy a tener en cuenta durante los años finales de la década de los 80 y los años 90, que presentaron en general inviernos muy benignos, con temperaturas medias elevadas y pocas o ninguna ola de frío digna de ese nombre, con la práctica desaparición del fenómeno de la nieve en la ciudad.
  • Por último, y potenciando esa suavización general de los inviernos, estaría el efecto de “la isla de calor” que Santander, como otras ciudades de tamaño medio experimenta con una elevación de la temperatura en el área urbana que es más acusada en la estación invernal y en los valores mínimos1.

Este último dato unido a los anteriores (mayor urbanización, elevación general de las temperaturas, condiciones climáticas) explica seguramente el descenso en el número de días de nieve en los últimos años y la desaparición de la nieve del paisaje urbano. Santander es una ciudad siempre en el límite de la nevada, todas las condiciones necesarias para que precipite la nieve sobre su suelo son difíciles de alcanzar, y cualquier alteración en alguno de esos factores (intensidad del viento, temperatura demasiado elevada en superficie, no suficiente frío en altura, humedad excesiva…) hacen que el fenómeno de la nieve se frustre, que en su lugar aparezca la lluvia o el aguanieve, o incluso granizadas que pueden ser intensas pero en todo caso esporádicas. Así es que si ya esos factores son difíciles de conseguir, tanto más si añadimos un aumento de las temperaturas como consecuencia de inviernos más benignos y de la llamada isla de calor.

Todo ello explica seguramente que los jóvenes de menos de veinte años no hayan tenido la oportunidad de ver su ciudad nevada. Para todos ellos y para los muchos aficionados a la meteorología es este pequeño trabajo, esperando que las nevadas de antaño vuelvan a visitarnos.

Espero les guste.

BIBLIOGRAFÍA

  • Prensa regional:
    • Diario Montañés (1902-2005)
    • Diario Alerta (1937-2005)
    • Periódico El Aviso (1874-1889)
    • Diario El Cantábrico (1895-1937)
  • Serie climatológica del Centro Meteorológico Territorial en Cantabria y Asturias del Observatorio de Santander (1924-2005)
  • La nieve en Santander. Carmen Gozalo de Andrés. RAM Nº 18.
  • El clima del País Vasco a través de la prensa. Eugenio Ruiz Urrestarazu.
  • El clima de las ciudades españolas. Varios. Coord. Antonio López Gómez.
  • Notas para una climatología de Santander. INM.
  • Los mapas que aparecen en este artículo son de Wetterzentrale.

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Esta entrada se publicó en Reportajes en 30 Ene 2012 por Francisco Martín León