Olas de frío y temporales de nieve en Cantabria en los últimos cien años. Parte VIII y final

Fue este uno de los últimos temporales de nieve importantes que ha sufrido la región en los últimos quince años; después de los intensos fríos de enero de 1985 y de las fuertes nevadas de febrero de 1983, el año1987 nos dejará dos períodos de nevadas, uno en enero más importante y otro en febrero ya menos destacable.

Foto 1.- Olas de frío y temporales de nieve en Cantabria en los últimos cien años - Parte VIII
Paseo Pereda con la gran nevada de enero de 1985 última vez que Santander se vio cubierta por un manto blanco.

¿Un síntoma de cambio climático?

Parte VIII (y final)
José Manuel Puente Fernández
Licenciado en Geografía e Historia
por la Universidad de Cantabria
[email protected]

TEMPORAL DE ENERO DE 1987

Fue este uno de los últimos temporales de nieve importantes que ha sufrido la región en los últimos quince años; después de los intensos fríos de enero de 1985 y de las fuertes nevadas de febrero de 1983, el año1987 nos dejará dos períodos de nevadas, uno en enero más importante y otro en febrero ya menos destacable. A partir de entonces y salvo alguna entrada de aire muy frío que generó nevadas importantes aunque muy poco duraderas en el tiempo (febrero-marzo 1993 y febrero 1996), puede decirse que la tendencia a una suavización de los inviernos se hace cada vez más rápida y acentuada, las invasiones de aire frío son cada vez más espaciadas en el tiempo y su incidencia cada vez menor al perder rápidamente fuerza y dejar nevadas casi testimoniales en la mayoría de los casos; la nieve desaparece prácticamente de la zona costera (en Santander no ha vuelto a cuajar desde 1985, hace ya 20 años), las temperaturas medias de los meses invernales suben rápidamente y de forma continua invierno tras invierno y en definitiva los grandes temporales parecen destinados a desaparecer.

Pero en enero de 1987 hubo aún un ataque frío bastante importante, se desarrolló básicamente entre los días 10 y 15 del mes, dejó importantes nevadas en toda la provincia incluida su capital 1 y la media del mes fue de 8,5ºC 2.

Después de un inicio de mes bastante tranquilo, hacia los días 6/7 se inicia un ligero empeoramiento con vientos del norte y precipitaciones aisladas con nevadas débiles en las montañas. La situación se mantiene bastante indeterminada aunque estable en general hasta el día 10 en el que se informa de una futura “invasión de aire frío con precipitaciones a veces tormentosas y de nieve cerca de los 700 metros, con un flujo de aire continental frío sobre el NE del país y una aproximación por el oeste de una nueva perturbación que generalizará las precipitaciones”.

La situación atmosférica comienza a cambiar rápidamente el domingo día 11 con la entrada de vientos muy fríos de componente norte y el inicio de un régimen de importantes precipitaciones; así, “en Cantabria el temporal provocó que las temperaturas descendieran por debajo de los cero grados en algunos puntos, registrándose precipitaciones en forma de nieve por encima de los 700 metros, los puertos de montaña estaban abiertos al tráfico a última hora de la noche del lunes día 12, para hoy se espera un descenso paulatino de las temperaturas pudiéndose registrar precipitaciones de nieve incluso en la franja costera”.

El día 12 la nieve había también hecho acto de presencia en Castro Urdiales, así nos lo informa El Diario Montañés en su edición del día 13: “el temporal de frío provocó precipitaciones en forma de nieve en el propio casco urbano. Nevó desde las 10,30 horas de la mañana hasta las 11, aunque no se produjo dificultad alguna para la circulación rodada. Las cumbres de Ontón, Otañes, Sámano y puntos cercanos se cubrieron de nieve como consecuencia de la fuerte ola de frío”.

El mismo día 12 la situación se hacía cada vez más complicada en toda la provincia, así Tresviso estaba incomunicado y en Fuente Dé había 30 cms. de nieve y -6ºC. En Reinosa el espesor de nieve no era demasiado grande (unos 10 cms.) pero el frío hacía acto de presencia con una mínima de -5ºC.

Hacia el día 13 el anticiclón se asienta sobre Gran Bretaña y una borrasca se localiza sobre Córcega y el norte de Italia, canalizando aire muy frío del continente europeo que llega a la Península con vientos del NNE, así este día 13 la temperatura en Santander es de 9,5ºC la máxima y la mínima de tan sólo 0,4ºC, la precipitación fue de 4,2 litros por metro cuadrado en buena parte en forma de nieve o aguanieve. La situación de frío se hace más aguda y así se refleja en la prensa regional que titula de forma elocuente “Crudeza invernal. Nevadas casi generalizadas”, y describe la situación de la siguiente manera: “Cantabria quedó en la tarde de ayer (se refiere al día 13) incomunicada por carretera con el resto de comunidades autónomas como consecuencia del fuerte temporal de nieve. Las intensas nevadas registradas a cualquier nivel provocaron que unos 90 pueblos de la región quedaran aislados (…) Los principales puertos de montaña estaban cerrados debido a los intensas nevadas que había caído en cotas altas acompañadas de ventisca. El puerto de los Tornos, El Escudo y Pozazal quedaron cerrados a última hora de la tarde de ayer. En cuanto a la carretera 634, que une Irún con La Coruña, presentaba en su recorrido varios tramos que precisaban el uso de cadenas, como son Alto de Candina, Beranga, El Bosque (Solares), Alto de la Montaña, El Turujal y Alto de San Vicente de la Barquera. Asimismo en la 621, que va de Unquera a Potes el tráfico era muy difícil, iniciándose los problemas en Molleda a 8 kilómetros de Unquera, en donde ya eran necesarias las cadenas, por lo que Liébana está prácticamente incomunicada”. Esta era a grandes rasgos la situación en las carreteras, es de destacar las dificultades para circular por la nacional 634, lo que hoy es la autovía que une Santander con Bilbao, desde entonces no ha vuelto a darse una situación de colapso de la circulación como aquel año, salvo algún día muy determinado como en febrero de 1996 o el 1 de marzo de este año 2004, cierto es que actualmente tenemos una autovía muy diferente a la carretera nacional que había por el año 1987 pero no por eso dejaría de presentar grandes dificultades si las nevadas hubieran aparecido a nivel del mar como ocurrió en 1983, 1985 y 1987.

Por otra parte en la zona de Campoo la situación también empeoraba por momentos, en Reinosa “durante todo el día 13 se registraron nevadas en la ciudad y toda la comarca, en la capital a las 8 de la tarde, la temperatura era de -7ºC y el espesor de la nieve de 25 cms. En Brañavieja la temperatura era de -10ºC a las 5 de la tarde en la cota 1850. El espesor de la nieve estaba entre 40 y 90 cms”. Igualmente ocurría en Castro Urdiales, “en el casco urbano se registró aguanieve y en las zonas más altas nieve”. En Potes, “a las dos de la tarde comenzó a nevar de manera continuada. La nieve alcanzaba a las siete de la tarde un grosor de 5 cms. En Tresviso el espesor era de 40 cms y el pueblo seguía incomunicado”.

La misma situación se repetía a lo largo y ancho de la provincia, los puertos estaban cerrados, algunas zonas alcanzaban espesores de nieve de medio metro como Poblaciones donde toda la comarca se hallaba totalmente incomunicada, o la Vega de Pas también incomunicada al cerrarse los puertos de La Braguía y Estacas de Trueba.

El día 14 el ataque invernal se mantiene en toda su crudeza, con una profunda borrasca en el norte de Italia (985mb.) y un fuerte anticiclón sobre las Islas Británicas (1024mb). En Santander la temperatura es de 3,6ºC la máxima y de -0,6ºC la mínima, con una precipitación de 5,1 l/m2, siempre en forma de nieve. Toda la provincia se halla bajo un manto blanco y temperaturas sumamente frías, unos 50.000 cántabros se encuentran por aquellas fechas totalmente aislados, y la región se encontraba incomunicada con el resto del país, cerrados todos los puertos con la meseta y siendo preciso el uso de cadenas en toda la red autonómica de carreteras. El Diario Montañés lo describe perfectamente, “la comunidad autónoma tiene la totalidad de puertos cerrados, tanto de la red principal como secundaria, se hallan cerrados al tráfico, situación en la que permanecieron durante todo el día. Cantabria puede decirse que sólo estaba comunicada por carretera con el resto de España a través del País Vasco, aunque también con serios problemas en su recorrido y con la necesidad de usar cadenas en muchos puntos de sus tramos (alto de El Bosque, Alto de Laredo, Candina, etc.) Los trenes de RENFE de cercanías quedaron suspendidos debido a dificultades en el recorrido por la acumulación de nieve sobre las vías. En cuanto al largo recorrido el Expreso de Madrid que tiene la llegada a las 8 a nuestra capital, llegó a las 12,30 del mediodía. La situación climatológica dejó sin servicio el aeropuerto de Parayas. En Santander las temperaturas se mantuvieron durante toda la jornada en niveles muy bajos. La humedad fue del 95% registrándose a intervalos chubascos en forma de nieve o granizo y rachas tormentosas”.

El temporal atacaba toda la geografía peninsular, con temperaturas muy bajas en toda España, así a la 1 de la tarde del día 14 se registraban -7ºC en Burgos, -6ºC en Valladolid, -4ºC en Pamplona, -3ºC en Vitoria, etc. Volviendo a Cantabria podemos decir que las nevadas atacaban toda la provincia y hacían cada vez más difícil el normal desarrollo de las actividades cotidianas; “Reinosa y Brañavieja fueron los puntos más castigados con temperaturas de hasta -10ºC. A las 8 de la tarde en Reinosa se registraba una temperatura de -7ºC y la nieve alcanzaba los 58 cms. de espesor. El tráfico urbano se realizaba con dificultades y siempre con el uso de cadenas. La nieve alcanzaba los 45 cms. en Arredondo, en Vega de Pas los 50 cms. y la zona se hallaba incomunicada con el resto de la provincia. La franja costera oriental presentó graves dificultades para el tráfico con Castro Urdiales incomunicado con Santander y Bilbao. La tónica general de la zona occidental era de nieve cuajada en todos los puntos, alcanzando gran espesor en los pueblos altos, como Tresviso con más de un metro de nieve. En Potes las escuelas permanecieron cerradas y la nieve alcanzó los 50 cms. En Cabuérniga los vecinos de Ruente debieron ir a rescatar el ganado que se había quedado en el monte sin poder luego bajar a causa de la gran nevada. En Cabezón de la Sal la nieve alcanzó los 30 cms. En Medio Cudeyo la actividad comercial y escolar permaneció paralizada. La comunicación fue difícil con La Cavada y Liérganes, haciéndose indispensable el uso de cadenas a última hora de la tarde. La capa de nieve en la zona era de unos 45 cms. En Ampuero la nieve alcanzaba los 15 cms .y los 20cms en Ramales. La nevada en la zona de Torrelavega fue también muy importante haciendo muy difícil el tráfico rodado, una intensa cortina de nieve ensombreció el horizonte prácticamente desde las 2 de la tarde, haciendo inútiles los trabajos de limpieza municipal que trataron de despejar aceras y calzadas a base de arrinconar la nieve y arrojar sal en las aceras y calzadas”.

El día 15 persiste la fuerte inestabilidad, en Santander se registran 9 litros de precipitación, todos en forma de nieve, la mínima es de 0,8ºC y el viento se mantiene del norte. La región continúa incomunicada con el resto del país, aunque a medida que avanza la jornada comienza el restablecimiento del tráfico en algunos puntos de la red regional de carreteras. La cifra de cántabros aislados supera los 50.000 y el número de poblaciones incomunicadas ronda las 120. “Ayer día 15 desaparecieron las dificultades para circular por la N634, y se puede hacer ya libremente desde los límites con el País Vasco a Asturias. Sólo quedan cerradas carreteras comarcales de los pasos de Reinosa, Soba, Liébana, etc.” La nieve alcanzaba espesores de 50 cms en Puente Viesgo, 15 cms en Corrales de Buelna, 5 cms en Torrelavega, 1,10 metros en Tresviso…

A partir del día 16 se inicia una rápida mejoría con la llegada de un frente atlántico que suaviza rápidamente las temperaturas con vientos del oeste, a pesar de ello permanecen incomunicados todavía pueblos de Puentenansa, Soba, Campoo, Liébana, Polientes, etc. Los puertos de El Escudo y Pozazal continúan cerrados.

Así acaba un temporal que será de los últimos que azote Cantabria con importantes nevadas, aunque siempre muy lejos de aquellos que vimos en los años cuarenta o cincuenta o incluso en febrero de 1983.

EL TEMPORAL DE FEBRERO DE 1987

Después del temporal de enero de 1987, hubo aquel invierno un segundo temporal que se desarrolló entre los días 17 y 21 de febrero y que fue en todo caso menos intenso que el registrado un mes antes. Es de destacar que dejó en el caso de la ciudad de Santander 3 días de nieve, y aunque ésta no llegó a cuajar en ningún momento, unidos estos 3 días a los 4 del mes anterior da una cifra de 7 días de nieve que no ha vuelto a repetirse desde entonces.

El día 17 de febrero se inicia un “recrudecimiento del invierno, con penetración de masas de aire frío, que van a poner a prueba a muchos pueblos de media y alta montaña del norte y noreste de España”. Esta advertencia del Instituto Nacional de Meteorología era el preludio al inicio de las nevadas y el descenso de las temperaturas, que van a afectar sobre todo a las zonas catalana-aragonesa y comarcas pirenaicas, además de las cabeceras del Duero, el Ebro y el Cantábrico Oriental.

Ya el día 18 la temperatura máxima en Santander no supera los 6.0ºC y la mínima llega a tan sólo 1.6ºC, el viento del norte se hace presente y cobra fuerza a la vez que la nieve comienza a caer a media tarde. La prensa regional informa de la llegada del temporal a la región, con precipitaciones en forma de nieve y temperaturas cada vez más bajas; “las precipitaciones de nieve hicieron ayer su aparición en la costa (día 18)… Así en localidades como Laredo la nieve cubrió la playa durante prácticamente toda la mañana y tarde”. Sin embargo la normalidad en el tráfico y la ausencia de accidentes era la tónica general en las carreteras regionales. Hacia el interior de la provincia las precipitaciones de nieve se hacían más frecuentes y de hecho eran la tónica general en comarcas como Campoo o Liébana. En Reinosa la nevada alcanzaba los 10 cms. a última hora de la tarde.

El Diario Montañés nos describía la situación en algunos pueblos de la siguiente forma: “en Santoña se registraron alrededor de 2ºC de temperatura y a las 6 de la tarde se produjo una fuerte nevada que llegó a cubrir el suelo. En Santander se registraron precipitaciones de granizo y agua nieve y la temperatura no superó los 3ºC”. A última hora de la tarde El Escudo estaba cerrado para camiones y Los Tornos para todo tipo de vehículos, lo cual refleja el recrudecimiento paulatino del temporal.

Para el día 19 la previsión para Cantabria era de “cielos predominantemente nubosos, sobre todo en el interior, con chubascos relativamente frecuentes. Las precipitaciones serán de nieve o nieve granulada en todos los cordales montañosos y sus alrededores, fijándose en torno a los 300 metros, aunque ocasionalmente puede bajar hasta el borde litoral”. Efectivamente este día 19 va a ser bastante peor que el anterior, así se refleja en la información aparecida al día siguiente en los diarios regionales; “la nieve deja incomunicados 60 pueblos de Cantabria”; “unos 60 pueblos de la región se encontraban incomunicados desde ayer día 19 a causa del temporal de frío y nieve que azota el norte de España. Los principales puertos de la región se cerraron al tráfico rodado a media tarde y era necesario el uso de cadenas en los accesos a Reinosa desde Bárcena de Pie de Concha (…) El tren expreso de Madrid llegó ayer con 4 horas de retraso”. Y continuaba El Diario Montañés; “las bajas temperaturas y la nieve se mantuvieron ayer durante todo el día y en el interior los termómetros se situaron por debajo de los 0ºC. La nieve cayó con fuerza en Reinosa, donde se alcanzaba medio metro de espesor, dejando incomunicados los pueblos de Valderredible, Campoo de Yuso, Campoo de Suso, Valdeolea, Campoo de En medio y Las Rozas de Valdearroyo. Mientras en Potes se apreciaron 15 cms. de nieve y varios pueblos estaban incomunicados. Se alcanzaba una temperatura máxima de 4ºC y mínima de 1ºC. En Tresviso uno de los pueblos más altos de Cantabria, la nieve llegó a superar los 40 cms. con -3ºC de temperatura. En La Lastra la nieve alcanzo los 32 cms. En la costa las precipitaciones de granizo y nieve hicieron acto de presencia, acompañadas de fuertes heladas a ultima hora de la tarde”.

En la zona oriental de la región la situación era similar, en Castro Urdiales la nieve no llegó a cuajar aunque sí lo hizo de forma abundante en los altos próximos a la villa, en Solórzano y Hazas de Cesto el suelo permaneció cubierto la mayor parte del día por una fina capa de nieve. Entretanto el puerto de Los Tornos quedó cerrado para todo tipo de vehículos a media tarde del día 19.

El día 20 el temporal persiste con idénticas estampas invernales, la temperatura se mantiene muy baja, incluso desciende aún más en algunas zonas como la capital donde la temperatura máxima es de 4.7ºC y la mínima de 1.6ºC, la nieve cae de forma intermitente durante toda la jornada. Varias decenas de pueblos continúan esta jornada totalmente incomunicados del resto de la región y los puertos de montaña seguían presentando múltiples dificultades para circular por ellos. La mayoría de esas localidades se encontraban en la zona campurriana, en Liébana y en los valles pasiegos. El temporal que no fue excepcional aunque sí dejó algunas estampas y situaciones como en los mejores tiempos de las grandes nevadas, así fue que la Guardia Civil de tráfico de Reinosa tuvo que salir con una tanqueta hasta el pueblo de Fresno del Río para evacuar a una mujer enferma que una vez llevada hasta Reinosa fue conducida al Hospital Valdecilla en ambulancia.

Mientras en la zona oriental de Cantabria “la nieve no cuajó en la costa, si bien las montañas amanecieron nevadas”. A partir del día 21 y sobre todo del día 22 la situación mejora, sube la temperatura y las precipitaciones dejan de ser en forma de nieve o incluso desaparecen paulatinamente de la provincia.

LA NEVADA DE FEBRERO DE 1996

En febrero de 1996 se desarrollan unos días de intensas nevadas en la provincia de Cantabria, no es un temporal demasiado destacado pero debemos tenerlo en cuenta porque desde entonces (y salvo las últimas nevadas de finales de febrero de 2004), no ha vuelto a nevar de forma tan abundante, manteniéndose la tendencia de inviernos suaves y casi libres de olas de frío o nevadas destacadas. Por otra parte desde los temporales de 1987 prácticamente no hubo otros hechos reseñables. 3

Aquel mes de febrero se inicia con una primera quincena con vientos del oeste-noroeste y temperaturas normales para la época del año, entre 8ºC y 12ºC en la franja costera y un tiempo húmedo y suave en general. A partir del día 15 comienza la entrada de vientos del norte que hacen descender las temperaturas y la cota de nieve hasta los 300 metros. En Reinosa las temperaturas llegan a los -3.5ºC el día 14 con una precipitación de 23 l/m2 todos ellos en forma de nieve. Comienza a haber problemas con los puertos de la red viaria y Tresviso queda incomunicado con 20 cms. de nieve en sus calles. Posteriormente los días 16 y 17 hay una notable mejoría con cielos despejados aunque las temperaturas son muy bajas. Para el día 19 la previsión indicaba “temperaturas en descenso en la mitad norte peninsular; en Cantabria chubascos moderados localmente fuertes durante la tarde y acompañados de granizo. Viento del NO moderado, nevadas de intensidad moderada inicialmente a partir de los 1000 metros descendiendo la cota hasta los 400 metros al final del día”. Para el día 20 la previsión sitúa la nieve a los 100 metros con “cielos muy nubosos o cubiertos con chubascos moderados localmente fuertes acompañados de granizo, con nieve llegando incluso al litoral. Vientos del norte moderado”.

Y es que ya durante la jornada del día 19 se encuentran cerrados a última hora de la tarde los puertos de Lunada y San Glorio, siendo necesario el uso de cadenas La Sía, Estacas de Trueba, Palombera, Brañavieja, Piedrasluengas, Espinama-Fuente De y Alto del Bardal en Matamorosa. La nieve caía sobre los 800 metros en Liébana y Campoo, bajando a lo largo del día en todas las zonas y dejando aislados algunos núcleos de población como Caloca y Dobárganes.

El Diario Montañés titula el día 21; “El temporal colapsa la región y aísla varios pueblos”. Relataba luego, “el temporal cerró casi todos los puertos, incomunicando un centenar de pueblos y causó múltiples problemas en la red viaria, afectando también a la costa. La Comunidad Autónoma de Cantabria se encuentra prácticamente aislada por carretera con la Meseta debido a las fuertes nevadas que se vienen registrando en las últimas horas. El temporal cerró casi todos los puertos de la red viaria e incomunicó a un centenar de pueblos, todos localizados en la zona sur y suroccidental de la región (…) Las dificultades para el tráfico eran extremas en los accesos a la Meseta por Reinosa. Desde Molledo y hasta la subida de las Hoces se debía transitar con cadenas, de igual modo en el puerto de Pozazal. Durante la noche la circulación se bloqueó en el puente de Las Hachas, a 4 kilómetros de la capital campurriana donde casi un centenar de camiones quedaron retenidos por un trailer cruzado en la calzada. En la carretera 623 entre Santander-Burgos, el puerto del Escudo estuvo cerrado, salvo algunas horas que lo pudieron atravesar con cadenas los turismos y camiones normales. San Glorio y Los Tornos estaban cerrados al tráfico y en la 621 entre Potes y Unquera se recomendaba máxima precaución”.

Mientras tanto toda la red secundaria de carreteras estaba totalmente colapsada y sus puertos cerrados, mientras las cadenas eran necesarias en múltiples zonas del interior de la provincia como el collado Hoz, el collado Ozalba, La Braguía, Fuente Las Varas, Asón, Reinosa-Corconte, etc. En cuanto a municipios afectados por la incomunicación la mayoría se encontraban en municipios de alta montaña como Soba, Luena, San Pedro del Romeral, Polaciones, Vega de Liébana, Tresviso, Cillógio, Pesaguero, Valdeolea, Campoo de Yuso, Campoo de Suso… Renfe suspendía los trenes de cercanías entre Santander y Reinosa, circulando sólo hasta Corrales de Buelna. La actividad docente en los municipios de alta montaña se encontraba suspendida hasta que remitiera el temporal. En Reinosa la nevada alcanzaba los 30 cms. de espesor.

Buena parte del norte de España se encontraba en la misma situación que Cantabria; así en el País Vasco la nieve llega también a la costa y nieva intensamente en Vitoria. También nieva en Pamplona y toda la provincia riojana. Azota también el temporal el norte de Castilla, especialmente Burgos, Palencia y zonas norte de León y Soria. El temporal producía una fuerte caída de las temperaturas4 con vientos del nordeste, procedentes de Rusia y Centroeuropa. Eran los días más fríos del invierno después de unos meses suaves y con precipitaciones abundantes.

El día 21 el ataque frío alcanza su punto culminante, “Cantabria permanece bloqueada por carretera al recrudecerse el temporal”, titula en su tirada del día 22 el Diario Montañés. “Además del cierre de los accesos directos a la meseta, se bloquearon las rutas alternativas por la red de autopistas del País Vasco. La A68 Bilbao-Burgos y su ramal desde el Alto de Altube hasta Vitoria estuvieron cerrados para camiones y autobuses. En torno a un centenar de pueblos de la mitad sur de Cantabria continuaban aislados y los servicios de comunicaciones y energía básicos, caso de telefonía y electricidad presentaron dificultades ya que varios tendidos y estaciones de suministro se encontraban averiados. Por la autopista Santander-Torrelavega se debió transitar con precaución por los chubascos intermitentes de granizo, mientras en la A8 Santander-Bilbao, la circulación fue lenta e incluso se llegaron a producir retenciones por la presencia de placas de hielo en el enlace de Gama, Alto de Tarrezo y en Somorrostro (Vizcaya)”.

Prácticamente todos los puertos y altos de la red secundaria se hallaban cerrados mientras en la principal lo estaban el Escudo, Pozazal, San Glorio y Los Tornos. Entretanto Protección Civil alertaba de la situación de varios pueblos incomunicados en la región, “alrededor de un centenar de pueblos de la zona sur y suroccidental continúan incomunicados por las fuertes nevadas que persistían ayer (día 21)”. En las zonas más afectadas las clases seguían suspendidas y en muchos de estos pueblos la nieve alcanzaba espesores superiores al metro en zonas altas de Campoo y Liébana.

En Reinosa “el intenso temporal de nieve que se viene registrando desde el pasado lunes mantiene prácticamente paralizada la actividad en toda la comarca campurriana. En la tarde de ayer, miércoles, el casco urbano de Reinosa presentaba una corteza blanca de un metro de espesor, cantidad esta que mientras en determinados puntos era superior, puede verse incrementada por la persistencia del temporal de nieve que continúa afectando a la comarca. El ayuntamiento mantiene un servicio de palas mecánicas para intentar hacer viables las calles de la ciudad. La acumulación de nieve agrava los problemas que conlleva un temporal invernal, pueblos incomunicados, colapso del tráfico, problemas para el traslado de enfermos, suspensión de clases, dificultades para el abastecimiento del pan y recogida de la leche, paralización de servicios de Renfe, etc. Los primeros trabajos abordados por el ayuntamiento han sido el acceso a los centros de servicios, tales como el matadero, el cementerio, la residencia de ancianos, la clínica, el centro de salud”. Esta era la información aparecida en la prensa regional de aquellos días sobre la situación en Reinsa, una nevada que según se informaba era, junto con las de noviembre de 1991 y febrero de 1993, la de mayor relieve de la última década.

La situación tiende a mejorar a partir del día 22, aunque aún hay precipitaciones pero cada vez más débiles y la nieve comienza a subir de cota. El viento gira a componente oeste y a partir del día 23 comienza una subida importante de las temperaturas. Por aquellos días dos trenes TALGO quedaron retenidos durante toda una noche en la estación de Mataporquera con 430 pasajeros a bordo; “los viajeros vivieron una auténtica odisea, metidos en los vagones desde la noche del miércoles hasta las 12,30 del mediodía de ayer (día 22), cuando fueron trasladados a un solo tren impulsado por 8 locomotoras y una máquina explanadora para acelerar la salida hasta Venta de Baños. Desde esta localidad el tren se trasladó vía Burgos hasta Bilbao desde donde fueron trasladados en autobuses a Santander”. El primero de los trenes se había visto impedido de pasar Pozazal por los neveros de hasta 3 metros de altura, retrocediendo hasta Mataporquera. El segundo tren que procedía de Alicante vía Madrid, quedó atrapado en otra vía de Mataporquera al no poder seguir a las 22,08. Los viajeros debieron recibir avituallamiento a través de una tanqueta de la Guardia Civil con más de un metro y medio de nieve en las calles del pueblo.

El temporal fue breve y nada excepcional, pero es de resaltar porque se presenta en una década, la de los años noventa, que aparece como un período muy suave, con temperaturas muy templadas en general durante todo el período invernal.

Por último reproducimos una tabla que nos muestra las temperaturas que se registraron por aquellos días de febrero en dos observatorios cántabros, el de Santander y el de Reinosa. Vemos que no fueron especialmente bajas y que la precipitación caída tampoco fue especialmente importante.

Foto 2.- Olas de frío y temporales de nieve en Cantabria en los últimos cien años - Parte VIII
Temperaturas y precipitación de Santander y Reinosa durante la ola de frío de febrero de 1996.

CONCLUSIONES

Las conclusiones a las que aquí podamos llegar no tienen en ningún caso un carácter científico ni pretenden ser sistemáticas en su exposición, tan sólo destacar algunos elementos que caracterizan a los inviernos en los últimos años y compararlos con los antiguos períodos invernales en la provincia de Cantabria.

En primer lugar se observa un aumento de la temperatura media tanto anual como mensual. Ningún mes del año se libra de esta tendencia, además se produce de forma uniforme en todos los observatorios de la región y de manera gradual a partir fundamentalmente de la década de los años ochenta.Este aumento de la temperatura media tiene una incidencia muy especial en los inviernos que se han vuelto considerablemente más templados.Así en el observatorio de Santander con datos desde 1924, el mes de enero presenta una media para el decenio 1941-50 de 9.0ºC (siendo la más fría del período), mientras en la década 1991-00 esta media sube hasta 10.6ºC. Igualmente en febrero la temperatura media durante el período 1951-60 fue de 9.1ºC, para subir hasta 10.7ºC en la década 1991-00. Y es igual el período que se tome, sea este una década, un período de 30 años (como 1931-60 y 1961-90), o se coja año a año; el aumento de la temperatura es constante a partir de 1980, siendo para los años anteriores bastante uniforme el comportamiento de las temperaturas, con algunos períodos más fríos como los años cincuenta. Igual situación se da en Reinosa, con temperaturas muy bajas en la década de 1950 y un aumento rápido de la temperatura en los últimos años.

Foto 3.- Olas de frío y temporales de nieve en Cantabria en los últimos cien años - Parte VIII
Foto 4.- Olas de frío y temporales de nieve en Cantabria en los últimos cien años - Parte VIII

Los dos gráficos anteriores nos permiten ver la evolución de la temperatura media en la ciudad de Santander desde 1924 hasta el año 2000. La línea más oscura y con dientes de sierra más pronunciados nos representa la media de los meses de enero y febrero de cada año, la línea con los dientes de sierra menos marcados nos da la media de los últimos cinco años y por fin la línea con una suave inclinación representa la tendencia general de las temperaturas medias. Queda en cualquier caso claramente visible la elevación continua de la temperatura desde los años 80 muy especialmente, con algunos períodos más fríos hacia 1930-35, 1950-57 y a principios de los años 60.

Junto con esta tendencia al calentamiento general de los inviernos en Cantabria y como consecuencia directa de esto podemos afirmar que los temporales de nieve y las olas de frío en la región se han hecho cada vez más esporádicos, su frecuencia ha disminuido y la duración de estos fenómenos atmosféricos se ha reducido también sensiblemente. Hemos podido ver cómo a principios de siglo y hasta bien entrada la década de 1960, los temporales de nieve eran muy importantes no sólo por su intensidad sino también por su duración. Sin embargo a partir de 1970 comienzan a hacerse cada vez más esporádicos y cuando se presentan estas olas de frío su duración ya no es la de antaño. Singularmente en la última década del siglo pasado y los primeros años del nuevo milenio prácticamente han llegado a desaparecer estos episodios fríos. Memorables fueron aquellos temporales de principios de siglo, la tremenda nevada de febrero de 1907, el duro invierno de 1914, la espectacular nevada de febrero-marzo de 1917, las navidades blancas de 1926, los inviernos muy crudos de los años 30, los temporales de enero de 1941, febrero de 1944 y enero de 1945. Aquella década fría de 1950, con las grandes nevadas de 1953 y 1954, el febrero de 1956, y así hasta llegar a los años 70. Desde entonces ¿hay períodos fríos comparables a los que hemos nombrado? Sin duda sí, finales de diciembre de 1970, las nevadas de febrero de 1983, el frío siberiano de enero de 1985. Pero cada vez de forma más espaciada, cada vez con menos duración, cada vez con menos intensidad, prácticamente desaparecen los inviernos fríos, prácticamente desaparecen las semanas enteras con media provincia bajo la nieve. Los días de nieve se han reducido de forma brusca no sólo en la capital provincial sino y más llamativamente en las zonas donde antiguamente más nevaba como por ejemplo Reinosa, la nieve aparece cada vez más tímidamente, cada vez en alturas superiores, casi no se deja ver por la franja costera (de hecho lleva 20 años sin cuajar en Santander, desde enero de 1985 –ver gráfico-), cuando en otras épocas eran comunes nevadas importantes por debajo de los 300 metros.

Si esto es verdaderamente así, no es en este trabajo donde pretendamos dar una explicación o un por qué a estos hechos, tan sólo reseñar que parece auténtico aquel dicho que tanto se oye en nuestros pueblos “ya no nieva como hace años”, y aún siendo claro la mala memoria que a todos nos afecta en cuanto al tiempo se refiere, sí parece cierto que aquellos grandes temporales y nevadas de antaño están en un proceso de remisión y quién sabe si de desaparición que no sabemos si es irreversible e inducido en mayor o menor medida por la actividad humana, o es tan sólo una fluctuación más del clima.

Foto 5.- Olas de frío y temporales de nieve en Cantabria en los últimos cien años - Parte VIII

1 Nevó en Santander los días 12, 13, 14 y 15, sin llegar a cuajar la nieve en ninguna de estas jornadas, aunque sí puede decirse que los chubascos de nieve que descargaron sobre la ciudad tuvieron en algunos momentos una intensidad muy destacable.

2 Desde luego no es una temperatura media nada excepcional (sólo -1,2 por debajo de la normal para el período 1960-1990), pero sí debe destacarse porque a partir de entonces las medias de enero comenzarán a subir de forma continuada.

3 Podría destacarse la nevada que cae entre los días 28 de febrero y 1 de marzo de 1993. Después de un mes de enero extremadamente seco en toda la provincia (en Santander sólo cayeron 4.7 l/m2, junto con 1944 son los dos meses de enero más secos registrados en la capital; 6.5 l/m2 en Villacarriedo o 7.2 l/m2 en Solares), que se continuó con una primera quincena de febrero también seca y suave, hacia finales de mes el tiempo comienza a torcerse, y el día 28 llega una entrada de aire polar que deja nevadas importantes en el interior (un metro de espesor en Reinosa), e incluso llega la nieve a la costa, nevando en Santander la tarde del día 28 y la mañana del día 1 sin cuajar en ningún momento. La situación no se mantiene (siguiendo la tónica de los últimos años de rápidas mejorías) y el tiempo mejora a partir del 2 de marzo.

4 En Burgos la temperatura llega el día 22 a -8.6ºC, -6.0ºC en Segovia, en Teruel -7.6ºC el día 16, -5.4ºC en Pamplona el día 22, -2.8ºC se registraron en Lugo y -3.8ºC en Oviedo. No fueron temperaturas en ningún caso extremas pero marcaron una pequeña vuelta al frío después de varios años con inviernos muy suaves.

ALGUNAS EFEMERIDES (del siglo XX)

Mes de enero más frío: para la ciudad de Santander fue enero de 1945 con 6.2ºC, en Reinosa también fue enero de 1945 el más frío con -1.4ºC. Puede considerarse el mes de enero más frío que soportó Cantabria el siglo pasado.

Mes de febrero más frío: para la capital fue febrero de 1956 con una media de tan sólo 3.8ºC, en Reinosa también fue febrero de 1956 con -4.0ºC. Sin duda fue el mes más frío del siglo, con las temperaturas medias más bajas en Cantabria y en la mayor parte del territorio español.

Mes de diciembre más frío: en Santander diciembre de 1933 con 7.0ºC, en Reinosa sin embargo fue diciembre de 1917 con -0.1ºC, mientras diciembre de 1933 se quedó con 0.0ºC. Seguramente diciembre de 1917 fue en general más frío en toda la provincia dejando además unas espectaculares nevadas.

Temperaturas mínimas absolutas: en Santander capital fueron los -3.8ºC de febrero de 1956, en Reinosa los -24.6ºC de enero de 1971. En Torrelavega también se registró la mínima absoluta el 13 de febrero de 1956 de -10.ºC.

El invierno más frío: es difícil determinarlo, no obstante intentaremos establecer un criterio haciendo una media entre los meses del trimestre invernal, diciembre, enero y febrero. Para Santander capital sería el invierno 1933-34, con una temperatura media de 7.6ºC, seguido por el invierno de 1962-63 con 7.7ºC y 1952-53 con 7.9ºC. Para Reinosa el invierno más frío sería 1933-34 con 0.6ºC, luego 1952-53 con 0.8ºC de media y 1962-63 con 1.1ºC.

La mayor nevada: la nevada más intensa, aquella que dejó mayor cantidad de nieve acumulada en un mismo episodio, fue seguramente la de febrero de 1954. Ese año, entre enero y febrero hubo dos ataques fríos que dejaron un total de 28 días de nieve en Reinosa y un espesor acumulado superior a los 4 metros. En enero cayeron en Reinosa 2,80 metros y cuando aún no se había ido toda esa nieve un nuevo temporal entre el día 25 de enero y el día 8 de febrero dejó 1,25 metros, acumulándose sobre el suelo más de 2,50 metros. Los neveros superaban los 5 metros de altura. Fue por lo tanto para la zona alta de la provincia la mayor nevada del siglo, la más intensa. Ahora bien, hay otras que rivalizan con ella, por ejemplo la que se produjo durante la segunda quincena de diciembre de 1917, la de enero de 1945 o la de enero-febrero de 1953. También la de febrero de 1907 debió ser espectacular pues se habla de neveros de hasta 6 metros. En cualquier caso los datos indican que la de 1954 fue la más intensa del siglo, pero… ¿fue más grande que la de 1888? La tradición oral nos indica que no. En aquella ocasión la nieve acumulada en zonas de la región tan sólo sobre los 400 metros de altitud parece que superaba de forma general los 2 metros de espesor, algo nunca visto después.

La nevada que más duró: otra cosa es la nevada que más duró, aquella que más tiempo estuvo cubriendo el suelo. Hemos de distinguir aquella que más tiempo permaneció cubriendo los pueblos altos de la región, de aquella que llegó a la costa y cubrió las ciudades y villas costeras durante más tiempo. En el primer caso no cabe duda, las nevadas de enero-febrero de 1953 fueron las más duraderas, en Reinosa por ejemplo el suelo estuvo cubierto durante 80 días (del 28 de diciembre al 17 de marzo). Sin embargo las nevadas que cubrieron de forma general Cantabria en toda su extensión y durante más días, fueron las que se originaron en febrero de 1956, el mes más frío del siglo, en esta ocasión la nieve cubrió la parte alta durante la totalidad del mes, pero además en la costa ocurrió algo similar (en Santander nevó 13 días y la nieve aguantó cubriendo el suelo durante 8).

BIBLIOGRAFÍA

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  • Boletín Mensual Climatológico: enero-febrero 1953, enero-febrero 1954, marzo 1955, febrero 1956, enero 1957, diciembre 1962, enero-febrero 1963, abril 1973.
  • Números del Diario Montañés para el período 1903-1996.
  • Números de El Cantábrico para los años 1901 y 1902.
Esta entrada se publicó en Reportajes en 02 Feb 2006 por Francisco Martín León