Estudio climatológico de las precipitaciones en la estación de Santander-Ojaiz nº 1112-e

La estación comenzó sus observaciones el día 1 de Enero de 1.984 remitiendo datos de precipitación junto con las observaciones fenológicas. Al año siguiente de su puesta en funcionamiento se añadieron los termómetros de extremas y el evaporímetro, con lo que la estación pasó a ser Termopluviométrica.

Foto 1.- Estudio climatológico de las precipitaciones en la estación de Santander Ojaiz
Instalaciones exteriores de la estación de Santander-Ojáiz

José Luís Pelayo Arce
Colaborador voluntario del INM.
Centro Meteorológico Territorial de Cantabria y Asturias
www.ojaizmeteo.tk

Aspectos generales y descripción del observatorio

En la mitad septentrional de la Península Ibérica, bañada por las aguas del mar Cantábrico, se encuentra la Comunidad Autónoma de Cantabria. Su extensión es de 5.209 kilómetros cuadrados y una población, aproximada, de 540.633 habitantes.

Al norte de dicha provincia, y a unos pocos kilómetros de Santander, su capital, nos encontramos hacia el SW con el pueblo de Peñacastillo; en uno de sus barrios se halla la Estación Meteorológica de Ojáiz.

Su situación geográfica exacta viene marcada por las coordenadas siguientes: Longitud: 03º 53’ 03” W, Latitud, 43º 26’38” N, encontrándose a una altitud de 40 metros sobre el nivel del mar.

La estación comenzó sus observaciones el día 1 de Enero de 1.984 remitiendo datos de precipitación junto con las observaciones fenológicas. Al año siguiente de su puesta en funcionamiento se añadieron los termómetros de extremas y el evaporímetro, con lo que la estación pasó a ser Termopluviométrica. Con el paso del tiempo la estación inicial se fue ampliando, unas veces con equipos cedidos por el Centro Meteorológico Territorial de Cantabria y Asturias y otras adquiriéndolos en el comercio.

Foto 2.- Estudio climatológico de las precipitaciones en la estación de Santander Ojaiz
Mapa del Instituto Geográfico Nacional. Escala 1:50.000, en donde se muestra la ubicación de la estación de Santander-Ojáiz, así como su distancia al mar en línea recta.

En la actualidad es una de las estaciones más completas con las que cuenta la Red Climatológica Básica del Centro Meteorológico de Santander en la cual tiene la denominación de SANTANDER-OJAIZ siendo su número hidrológico 1112-E. También colabora con una estación automática Davis Vantage Pro en la Red de Estaciones de Meteoclimatic y en otras redes internacionales como AWEKAS y Citizen Weather Observers. Su web puede visitarse en www.ojaizmeteo.tk.

Su cometido fundamental consiste es observar y anotar las distintas variables climatológicas y entre éstas las de precipitación y temperaturas diarias que son las principales. Hay registros también de velocidad, dirección y recorrido del viento, horas de sol, humedad relativa, presión atmosférica, estado del cielo, tipos de nubes, etc. Mensualmente todas estas observaciones se remiten a la Sección de Climatología del Centro Meteorológico del que depende.

1. La precipitación atmosférica

Se entiende como “precipitación” la caída hacia la tierra, procedente de las nubes, de todas las formas de agua líquidas o sólidas (lluvia, nieve, granizo, rocío...etc), aunque tan sólo la nieve y la lluvia contribuyen significativamente a los totales de precipitación.

Para la recogida de datos referidos a ésta variable se cuenta con un pluviómetro oficial Hellmann cuya boca está situada a 1,50 metros del suelo cubierto de césped. También se dispone de un pluviógrafo de sifón de recorrido diario, también del tipo Hellmann, con el que se controla la precipitación en cada hora y de cuyas bandas se extraen múltiples parámetros como intensidades máximas, tiempo de lluvia, precipitación media, etc.

En la estación de Ojáiz tanto lluvia como precipitación se pueden emplear simultáneamente ya que prácticamente la totalidad de las precipitaciones lo son en forma líquida; se dan muy pocos casos de nieve dado su baja altitud y proximidad al mar, siendo los chubascos de granizo algo más frecuentes.

Foto 3.- Estudio climatológico de las precipitaciones en la estación de Santander Ojaiz
Pluviógrafo oficial de recorrido diario.

1.1. El régimen pluviométrico

Los datos de precipitación atmosférica con los que cuenta la estación de Ojáiz, se refieren a un periodo que comienza el 1 de Enero de 1.984 hasta la actualidad.

No hace falta decir que ni todos los años llueve lo mismo ni se reparten por igual las cantidades mensuales de lluvia. El promedio anual de precipitación es de unos 1128,4 litros por metro cuadrado; llueve más durante la primavera y el otoño (abril y noviembre son los meses más lluviosos) siendo el verano la estación más seca del año y Julio el mes con menos precipitación. En la época invernal (tomando el año oficial y no el hidrológico) es durante el mes de Enero cuando más llueve, con un promedio de 110,0 litros; en éste periodo, Marzo es el que registra menos lluvias.

La precipitación media mensual se ha calculado promediando los valores totales mensuales desde 1.984. La siguiente tabla nos lo muestra con todo detalle:

Por descontado existen excepciones y refiriéndonos al mes de Abril fueron especialmente significativos los registros de los años 1.984, donde se alcanzaron 33,1 litros; 1.987, con 39,4 y 1.997 que representa el valor más bajo de la serie para los meses de Abril con tan sólo 19,3 litros. La precipitación máxima recogida en este mes fue durante 1.990 con 276,9 litros. En lo que respecta a Noviembre tan sólo en 1.988 se registró un valor extremadamente bajo para lo que nos tiene acostumbrados este mes; en dicho año sólo se midieron 13,4 litros. La mayor precipitación medida en este mes fue en 1.990, donde se alcanzaron 293,4 litros. Durante el verano las precipitaciones suelen ser más escasas, pero también ha habido excepciones con algunos periodos en los que se registraron lluvias bastante por encima de la media de los meses estivales. Así tenemos por encima de los 200 litros entre los meses de Julio, Agosto y Septiembre, los años 1.984, 1.986, 1.988, 1.992 (el máximo valor con 320,7 litros), 1.994, 1.995, 1.996, 1.997, 2.001 y 2.002, siendo 1.989, con 39,9 litros el mínimo registrado.

Por años (datos hasta el 2.004), la distribución de la precipitación total y media, es la siguiente:

La imagen de la página siguiente nos muestra de una manera más gráfica los datos reflejados en la tabla anterior. Como se verá, no existe una tendencia generalizada en cuanto a los totales anuales de precipitación (ni ascendente ni descendente), si no que los registros son bastante aleatorios, alternándose unos años con mayor precipitación que otros.

Sin embargo si se puede observar un hecho curioso que se repite en periodos de tres años durante los doce primeros de la serie: Si nos fijamos en los valores de 1.984,1985 y 1.986 y los comparamos con los tres años siguientes observamos un descenso notable de precipitación que se mantiene durante ese segundo período de tres años; nuevamente los años 1990, 1991 y 1992 superan en cantidades de lluvia al trienio precedente y vuelve a descender en el nuevo periodo trianual que sigue a 1990-1992. A partir del año 1996 la gráfica inicia una línea quebrada ya que se alternan años con mayor precipitación que el siguiente.

1.2. Tendencia de la precipitación

    Si tomamos como referencia el total anual y lo comparamos con la media interanual del periodo (1.984 – 2.004), tendremos un gráfica en la que podremos representar las anomalías anuales de precipitación respecto a ésa media general.

    En el diagrama anterior se han representado en tanto por ciento, estas desviación o tendencia de la precipitación, que siguen una pauta parecida a la que vimos en la gráfica de los totales anuales. Se repiten pues esos periodos pero esta vez con porcentajes positivos y negativos que se alternan cada tres años y que a partir de 1.996 oscilan anualmente.

    La desviación de mayor valor (40,8% por encima de la media) tuvo lugar en el año 1986 que también fue el año con mayor cantidad de precipitación. En 2.000, el total de precipitación coincide casi exactamente con la media general, sólo queda un poco por debajo y el año que menos ha llovido en esta serie de observaciones podemos comprobar que fue en 1.989, donde se registró un 24.7% menos de precipitación. Este año fue también el más seco de este periodo de observaciones.

    1.3. Intensidad de la lluvia

    En toda precipitación se produce siempre un momento en el que se alcanza la mayor intensidad. En precipitaciones de granizo o nieve determinar la cantidad que cae en el momento de máxima intensidad puede resultar un problema, pero en el caso de la lluvia se conoce con total exactitud a través del registro que nos dan los pluviógrafos.

    La duración que tiene ese tiempo en el que se alcanza el máximo es diferente en cada ocasión; entonces para poder comparar mejor los datos, la cantidad precipitada se evalúa por hora, es decir, se obtiene el dato teórico de la cantidad de precipitación que hubiera caído si la lluvia se hubiese mantenido constante o con la misma intensidad.

    La forma en que se producen las precipitaciones durante un periodo de tiempo determinado, es decir su intensidad, es de enorme importancia para la hidrología ya que este conocimiento es vital para la prevención de avenidas fluviales, establecimiento de periodos de retorno y la adecuación de obras públicas y servicios; también es de suma importancia para el conocimiento de la causas y la prevención de la erosión y los arrastres de suelos.

    En la tabla siguiente se muestran los valores de intensidad máxima anual especificándose el valor que alcanzó y el mes correspondiente. La intensidad máxima se calcula en un promedio de diez minutos aplicando la formula siguiente:

    Intensidad máxima en 10 minutos * 6 / 10

    El valor máximo de las intensidades de precipitación se alcanzó en el mes de Octubre de 2.003 con 115,2 litros por metro cuadrado, lo que quiere decir que si hubiese seguido lloviendo con la misma fuerza que lo hizo en 10 minutos, cada hora se habrían recogido 115 litros por metro cuadrado.

    Observando la tabla anterior vemos cómo incluso en los meses de verano se alcanzan intensidades apreciables debido sobre todo a fenómenos convectivos, las famosas tormentas de verano o tormentas de calor que aunque de corta duración pueden descargar precipitaciones intensas en un corto periodo de tiempo. Este tipo de fenómenos suelen ser los más peligrosos ya que causan crecidas repentinas en ríos o arroyos, con el consiguiente riesgo para los núcleos de población que estén próximos a estas corrientes de agua.

    En la página siguiente se muestran dos bandas del pluviógrafo. En una de ellas quedan reflejados el comienzo y fin de la lluvia, su duración, la distribución horaria de la precipitación y la intensidad de la misma. Las bandas están divididas en horas y dentro de cada hora la división es de 10 minutos. Para su colocación deben enrollarse alrededor de un sistema de relojería que da una vuelta cada día, quedando sujetas por una pinza especial.

    A continuación insertamos una banda corresponde al mes de octubre de 1.997 durante un intenso chaparrón entre las 23:00 y 24:00 horas del día 6 (hora oficial).

    1.4. Horas de lluvia

    Desde Abril de 1.989, mes en el que se instaló el pluviógrafo en la Estación de Ojáiz, hasta Diciembre de 2.004, se han contabilizado un total de 7677,0 horas de lluvia, lo que corresponde a una media anual de 480,20 horas. La máxima anual correspondió al año 1.990 con 567,46 horas y la mínima (exceptuando al año 1.989 al no contar con la serie anual completa) a 2.001 con 398,48 horas. El diagrama siguiente nos lo muestra de una manera más gráfica:

    En lo que respecta a la repartición horaria de la precipitación, es decir, lo que se ha recogido en cada hora, se ha observado que llueve con más frecuencia durante las horas de madrugada y de la noche; por el contrario la precipitación disminuye durante las horas de la mañana y la tarde excepto un tramo horario comprendido entre las 11:00 y 12:00 horas.

    1.5. Fenómenos atmosféricos

    En este apartado repasaremos tanto los fenómenos atmosféricos que han dado lugar a las precipitaciones como los que no entrañan una precipitación en sí misma, pero que se consideran importantes a la hora de estudiar la influencia con la que aparecen.

    No hay duda de que la principal causa de la precipitación en Ojáiz esta motivada por la lluvia. En cada año hay un promedio de 244 días de lluvia, lo que viene a representar, aproximadamente, un 67,1% del total de días del año.

    Otro aspecto importante son los días de rocío, también muy abundantes y que por término medio aparecen en 205 días, representando algo más del 56% del total.

    El siguiente elemento a destacar son las tormentas aunque se presentan bajo condiciones completamente diferentes según la época del año. En invierno acompañan en ocasiones a los frentes fríos y en verano su formación es diferente debidas a la acumulación de humedad, evaporación y calor en una atmósfera inestable: Las tormentas de calor. Como media, aparecen unos 25 días al año; en los meses de invierno, Febrero es el más proclive a la aparición de fenómenos eléctricos asociados al recorrido de los frentes atlánticos. En verano este “privilegio” le corresponde al mes de Julio en el que son bastante frecuentes las tormentas, a veces con gran aparato eléctrico e intensos aguaceros de corta duración.

    Rayo “cazado” en la estación de Ojáiz. Foto del autor.

    La niebla también es un elemento a destacar pero no precisamente por los registros que deja en el pluviómetro (la mayoría son inapreciables), sino por la incomodidad que presenta para varios aspectos de nuestra vida diaria. También suelen formarse bajo condiciones atmosféricas completamente diferentes: La niebla de radiación, que se origina en las noches serenas y claras de invierno, forma bancos de pequeño espesor que se asientan en las depresiones del terreno, siempre en contacto con el suelo y que desaparecen poco después de la salida del sol.

    Las de advección, más frecuentes la época estival, casi siempre proceden de la costa y se producen cuando una masa de aire húmedo atraviesa una superficie fría (el mar) y se condensa. Su aspecto es el de una nuble blanquecina que avanza rápidamente empujada por las brisas marinas. En ocasiones es tal su persistencia que aún en pleno verano la temperatura desciende varios grados; es muy probable que tierra adentro siga luciendo un sol espléndido mientras que playas y zonas próximas a la costa estén sumidas en una niebla cerrada que impide el paso de los rayos solares. En ocasiones, con este tipo de fenómeno, el cielo puede quedar cubierto varios días seguidos hasta que se modifican las condiciones atmosféricas que dieron lugar a su origen.Este agente atmosférico suele presentarse unos 22 días al año, independientemente de cual sea su origen.

    Junto con la niebla, la escarcha o helada es otro de los agentes atmosféricos a tener en cuenta, pero a diferencia de la niebla que puede presentarse en cualquier época del año, la escarcha es un fenómeno típicamente invernal. A veces es tan intensa que a pesar de la proximidad a la costa de la estación de Ojáiz, la temperatura ha descendido varios grados por debajo de cero. Enero y febrero son los meses en que se manifiesta con más asiduidad.

    Niebla de advección “saltando” la Sierra de Liencres. Foto del autor.

    La aparición del granizo está limitada al periodo invernal, cuando las masas de aire frío irrumpen con fuerza en el norte peninsular. Frecuentemente es acompañado de fenómenos tormentosos y el tamaño de los granos de hielo raramente excede de los 10 mm. Tiene una frecuencia de aparición de 13 días al año.

    Por último, la nieve y los días en que éste agente cubre el suelo, son prácticamente inexistentes, pero hay que considerar que en temporadas muy frías, asociadas a olas de frío importantes sí aparece este blanco elemento. Dado la baja altitud de la estación es difícil que la nieve llegue a cuajar en el suelo. Sin embargo no deja de ser un hecho curioso ver los campos totalmente cubiertos de nieve (incluso las playas), lo que no quita para que también represente algunos problemas para los que no estamos acostumbrados a su presencia más o menos regular.

    Ocurren otros fenómenos que aunque no son contabilizados en los cuadernos de registro oficiales de la estación, no por ello son menos importantes. Entre los más peligrosos, la aparición de las Galernas es sin duda el fenómeno más espectacular. La del 7 de Junio de 1.987 o la más reciente del 2 de Mayo de 2.005 (aunque de mucha menos intensidad) ponen de manifiesto el inmenso potencial energético de la atmósfera. Pueden aparecer con mayor frecuencia entre los meses de Abril a Octubre. Hay años que, aún dándose las condiciones para su formación, no se manifiestan; y en otras ocasiones se presentan tan rápidamente que es casi imposible predecirlas o se cuenta con un mínimo margen de tiempo para poner en marcha los dispositivos de seguridad ciudadana. Precisamente esa característica es lo que las hace tan peligrosas sobre todo para la navegación. Antaño estos fenómenos se cobraban muchas vidas humanas entre los pescadores de los puertos del Cantábrico, siendo la más luctuosa de todas ellas la famosa Galerna del Sábado de Gloria, que ocurrió el 20 de abril de 1.878.

    Otro de los fenómenos a tener en cuenta son las “mangas” o trombas marinas, que se forman en el mar cuando la actividad convectiva es especialmente intensa. Afortunadamente hasta la fecha ninguna de ellas ha entrado a tierra y ha causado destrozos, si no que nacen y desaparecen en el mar. Este año 2.005 ha sido muy propicio para su observación. El hecho más reciente ocurrió en el mes de Septiembre pasado, pero anteriormente también se vieron muchas mangas a la altura de las zonas de San Vicente de la Barquera, Comillas, Cóbreces y Santander (Zona de Cabo Mayor).

    Es muy curioso observar la especie de “nube” que se forma cuando el embudo hace su contacto con el agua. A esta zona se la conoce con el nombre de “matorral”. Antes de que la tuba llegue a la superficie marina, ya se observa un extraño fenómeno parecido a cuando el agua comienza a hervir y que no es más que la agitación, muy localizada, de las aguas provocadas por el efecto de succión de la tromba marina.

    El primer período en la formación de una manga marina pasa por la fase de “tuba” que no es mas que una protuberancia que sale de la base de las nubes y que aún no ha tocado la superficie del mar.

    Formación de una tuba cerca de la costa. Foto del autor.
    Arco Iris durante un chubasco de tormenta. Foto del autor.

    Por último, y para terminar este resumen dedicado a la precipitación en la estación de Ojáiz, ponemos a continuación una tabla de distribución quinquenal con los totales de los distintos agentes atmosféricos y una gráfica con el total general.

    (*)NCSs=sNievescubreselssuelo

    Estudio Climatológico De Las Precipitaciones En La Estación De Santander-Ojaiz Nº 1112-E

    1.6. Índices climáticos

    Para la estación de Ojáiz, se han calculado los siguientes índices climáticos:

    Índice de Lang:80,24
    Clasificación: Zona húmeda de bosques y lagos

    Índice de Datín Revenga:1,25
    Clasificación: Zona húmeda

    Índice de Vernet:-1,59
    Clasificación: Clima pseudooceánico

    Índice de Gorezynski:5,80
    Clasificación: Clima oceánico

    Índice de aridez estival bimensual:1,58

    Intervalo de sequía:0.0 meses

    Intensidad de la sequía:0.000

    Periodo de actividad vegetativa:11-12 meses

    Meses de heladas estimadas: Diciembre a Febrero

    JOSE LUIS PELAYO ARCE
    Encargado de la Estación Meteorológica de Santander-Ojáiz (1112-E)
    Cantabria

    Esta entrada se publicó en Reportajes en 29 Dic 2005 por Francisco Martín León