Último fin de semana de 2018... con gota fría

Más de una persona habrá pensado que este artículo se trata de una inocentada al leer el título y comprobar que este texto está escrito durante el día de los Santos Inocentes. También dudará debido a que en prácticamente ningún medio de comunicación se ha hecho referencia a los chubascos que podrían afectar, especialmente, al sureste peninsular y a la zona del Estrecho durante el fin de semana.

Ahora mismo se está descolgando una vaguada sobre la vertical peninsular, por el flanco oriental de la dorsal. Un ligero movimiento hacia la Bretaña por parte de las altas presiones favorecerá que esta 'onda' se desgaje durante el sábado sobre la vertical del sur peninsular, con circulación cerrada y seclusión de las isohipsas. Cuando eso pase, la DANA -o gota fría- ya será una realidad.

Esta gota fría avanzará de este a oeste -al contrario de lo que es habitual- vía Estrecho. Además, gracias a la ubicación del anticiclón, orientado de oeste a este y con máximo en la Bretaña, tendremos vientos de levante que aportarán humedad en capas medias y bajas. Por tanto, las lluvias visitarán a algunas zonas del sureste y del Estrecho antes de que 2018 se despida.

¿Serán lluvias intensas? De acuerdo con el modelo Europeo, durante el fin de semana las lluvias serán en general débiles o moderadas, y se concentrarán en Baleares, sur de la Comunidad Valenciana, Región de Murcia, Almería y en el Estrecho. En esta última zona, las precipitaciones podrían ser puntualmente intensas, con acumulados que podrían superar los 50 l/m2.

La inestabilidad se irá desplazando de este a oeste. Esta gota fría se moverá por el flanco meridional de la dorsal, e incluso conseguirá socavarla y romperla, alcanzando el Atlántico, donde será reabsorbida por una vaguada durante el lunes. Por desgracia, las altas presiones se rearmarán sobre el suroeste del continente e Islas Británicas, lo que de momento cierra la puerta a la llegada de borrascas desde el oeste.

Gota fría no es sinónimo de lluvias torrenciales

Esta última DANA del año nos sirve para insistir en algo que es básico: las gotas frías no son sinónimo de lluvias torrenciales y con consecuencias catastróficas. Realmente la lluvia no mata, las imprudencias y la ocupación de cauces y zonas inundables, sí. Una gota fría simplemente es un embolsamiento de aire frío en altura, y así viene definido desde finales del siglo XIX.

Este concepto de gota fría como desastre se remonta desde la Pantanada de Tous, y se trata de una idea equivocada transmitida por los medios de comunicación. Las gotas frías se descuelgan en todas las épocas del año, y en un número muy reducido de ellas tenemos lluvias intensas, ya que es necesario que se den una serie de factores a la vez. Además, podemos tener lluvias fuertes con más tipos de situaciones, como vaguadas o las lluvias cálidas.

¿Cambios a la vista a principios de enero?

De cara a los primeros días de 2019 existe cierta dispersión entre los modelos meteorológicos. Por ahora la opción mayoritaria (por desgracia) es que la dorsal se siga manteniendo fuerte sobre el suroeste del continente europeo. Algún mapa no descarta que el anticiclón pueda canalizar aire muy frío procedente de Europa del Este, donde sí tendrán un buena ración de frío, hacia la Península Ibérica. Toca tener paciencia y esperar.