El Niño y La Niña, un fenómeno cíclico cada vez más extremo

El Niño y La Niña forman parte de la Oscilación del Sur, un fenómeno natural caracterizado por la fluctuación de las temperaturas de la superficie del océano en la parte central y oriental del Pacífico tropical, alterando el clima no sólo en el Pacífico, sino en todo el planeta y que se agrava con el calentamiento global.

En 2016 se produjo el fenómeno de El Niño más fuerte desde 1997, provocó sequías en Indonesia, Australia y sur de África.

Estos fenómenos, conocidos por todos, son eventos cíclicos caracterizados por la fluctuación de la temperatura superficial del océano en el Pacífico ecuatorial, capaces de alterar la temperatura global y causar efectos atmosféricos extremos en todo el planeta.

El Niño, también conocido como el evento caliente o fase caliente del ENSO, y La Niña, evento frío o fase fría del ENSO, pueden darse aproximadamente cada 2 a 7 años y aunque no tiene una periodicidad regular, pueden durar entre 12 a 18 meses.

¿Qué ocurre en el episodio El Niño?

Durante El Niño, los vientos alisios del Pacífico tropical se debilitan, dando lugar a un calentamiento, de hasta 12 grados más de lo normal, en la parte central y oriental del Océano Pacífico. Como la superficie del agua es más caliente de lo normal, la atmósfera también se calienta, hecho que provoca que el aire cálido y húmedo se eleve, forme nubes y se produzcan lluvias intensas.

A pesar de que estas alteraciones afectan a todo el Pacífico, Sudamérica se lleva la peor parte. En Perú y Ecuador el calor se vuelve insoportable, y las continuadas lluvias pueden ocasionar graves inundaciones. Al mismo tiempo, se originan devastadoras sequías en Australia, el sur de África y Brasil.

En los últimos meses temperaturas superficiales del mar inferiores a la media, por lo que estamos en la fase de La Niña.

El aumento de la temperatura en las costas sudamericanas disminuye el nivel de nutrientes disponibles, dando lugar a la pérdida de especies y afecta de manera negativa a la industria pesquera. Este aumento de la temperatura del océano también eleva las probabilidades de tifones en el océano Pacífico, a la vez que reduce las posibilidades de su formación en el Océano Atlántico.

¿Y durante La Niña?

Durante el fenómeno de La Niña ocurre todo lo contrario. Los vientos alisios se fortalecen y las anomalías en la temperatura de las aguas superficiales del mar son esencialmente opuestas a las observadas durante El Niño, con aguas superficiales del mar más frías de lo normal en el Pacífico tropical oriental y más calientes sobre el Pacífico tropical occidental.

En consecuencia, la atmósfera se enfría por el contacto con las frías aguas superficiales del océano, por ello, el agua no se evapora y el aire no se eleva, así que el nivel de lluvias y tormentas disminuye de forma anómala en Perú y Ecuador, mientras que Australia e Indonesia experimentan más humedad de lo normal en el ambiente.

Las temperaturas inusualmente frías afectan positivamente al sector pesquero sudamericano, mientras pone en riesgo al Atlántico Norte por el aumento de huracanes durante la temporada.

¿En qué fase estamos?

Actualmente, el Pacífico Tropical se encuentra bajo los efectos de La Niña, dado que se han registrado durante los últimos meses temperaturas superficiales del mar inferiores a la media.

Las predicciones de los modelos indican que hay una probabilidad del 90 % de que persistan las condiciones de La Niña en los próximos días, así como una probabilidad entre el 70-80 % de que esos niveles persistan durante el primer trimestre de 2022.

¿Cómo afecta el cambio climático a este fenómeno?

Según los expertos, el cambio climático puede crear escenarios diferentes a los que estamos acostumbrados a ver en los diferentes episodios de El Niño y La Niña. El aumento de la temperatura global del planeta, tanto del aire como la de los océanos, podrían generar mayores impactos en futuros episodios. No sólo por el hecho de que el humano los haya generado, si no porque el escenario sobre el cual se desarrolla este fenómeno se ha alterado.

El cambio climático está alterando los episodios de El Niño y La Niña, algo que se traducirá en mayores impactos en futuros episodios.

Aún así, debemos aprender a convivir con ello y aprovechar, de manera razonable, los recursos naturales que nos ofrecen estos episodios.