Esta desconocida isla portuguesa situada en el océano Atlántico tiene un pozo de agua dulce

Entre murallas centenarias e historias de piratas, esta pequeña isla del norte de Portugal esconde un fenómeno poco común en el mundo: agua dulce rodeada por el mar. ¿La conoce ya?

Ínsua
Se ha convertido en uno de los secretos más fascinantes del norte de Portugal. Foto: Wikimedia

¿Has oído hablar de una pequeña isla en la desembocadura del río Miño, entre el límite de España y Portugal justo donde comienza el Atlántico? Se trata de Ínsua, junto a la costa de Caminha, uno de esos lugares que parecen sacados de un libro de aventuras.

Una mezcla perfecta entre historia, misterio y, quién sabe, unas dosis de piratería.

"No es de extrañar que se haya convertido en uno de los secretos más fascinantes del norte de Portugal: un pedazo de territorio nacional que combina patrimonio, naturaleza y leyenda, y que sigue siendo custodiado por la marea, el viento y las historias que resisten al paso del tiempo", escribe Travel MAGG.

Un islote con secretos sorprendentes

Ínsua, o para ser más formal, la isla de Santo Isidro, es una maravilla poco conocida, un auténtico tesoro portugués escondido entre las aguas del Atlántico y del Miño.

Para hacernos una idea de lo que se trata, debemos imaginar una isla de granito, con paredes de piedra que resisten el paso del tiempo y el mar; y pensar que, en un pasado lejano, por aquí pasaron monjes franciscanos en el siglo XIV. Entonces, sí, empezamos a percibir su encanto.

Ínsua
En medio del Atlántico, esta isla guarda agua dulce e historias antiguas. Foto: Wikimedia

Pero eso no es todo. En el siglo XVII, cuando el rey Juan IV decidió que este lugar debía ser un baluarte contra invasores y corsarios, ordenó construir el Fuerte de Ínsua. Y atención, porque no era un fuerte cualquiera.

Aún en la actualidad es posible pasear por sus murallas y sentir la historia latir bajo tus pies. Hay quien dice incluso que, en tiempos de batalla, las olas que rompían contra las rocas circundantes servían de banda sonora para quienes defendían la costa.

Y hay un detalle curioso que le da a Ínsua un toque casi mágico: en medio del mar, hay un pozo de agua dulce. Sí, has leído bien, agua dulce en una isla rodeada de agua salada. Algo muy raro que solo aumenta el misterio y el encanto de este pedazo de tierra.

Visitar Ínsua: una aventura entre historia y naturaleza

Si te gustan las leyendas, te encantará saber que la tradición oral local habla de piratas y tesoros escondidos. Viajeros intrépidos han intentado desvelar estos secretos, pero la verdadera magia de Ínsua reside en lo que no se ve: en el silencio de la isla, en las rocas desgastadas, en el viento que susurra historias antiguas.

Ínsua
Puede explorar la isla a través de varios tipos de visitas. Foto: Wikimedia

Para llegar allí, lo mejor es coger un barco desde Caminha o Moledo. El viaje es corto, pero ya empieza a crear esa sensación de estar entrando en otro mundo. Al desembarcar, le recibirá el faro, que vigila la isla desde el siglo XIX, y la pequeña iglesia que aún resiste, guardando recuerdos de fe y mar.

Hoy en día, se puede visitar Ínsua de varias formas. Se puede optar por visitas guiadas para quienes deseen explorar el fuerte y la isla con explicaciones detalladas, e incluso experiencias tipo Escape Room para los más aventureros. Todo ello con barco incluido y, por supuesto, siempre dependiendo del estado del mar y del viento.