La "isla" viral en redes sociales que no encontrarás en ningún mapa: los geógrafos aclaran el misterio

En el cruce del ecuador con el meridiano de Greenwich surge este islote creado por errores de datos geográficos. Un punto en el océano que se ha convertido en leyenda entre cartógrafos, programadores y curiosos del mundo digital.

Un misterio se oculta bajo las coordenadas terrestres 0°latitud, 0°longitud.

Quienes busquen en los mapas el lugar exacto donde el meridiano de Greenwich se encuentra con el ecuador terrestre —coordenadas 0° latitud, 0° longitud—, en pleno Golfo de Guinea, solo encontrarán el azul que representa al mar.

Sin embargo, justo en ese punto en el océano Atlántico se halla una curiosa “isla” que ha llamado la atención de cartógrafos, programadores y amantes de las rarezas geográficas: Null Island.

Se trata de un lugar completamente ficticio pero que se ha convertido en un fenómeno cultural y técnico.

¿Qué es Null Island?

Tal y como sugiere su nombre, Null (nulo en inglés) Island no existe en el mundo físico. Se trata de un concepto virtual que responde a la necesidad de manejar “puntos de error” de los sistemas de información geográfica (SIG o GIS, por sus siglas en inglés) y de las bases de datos cartográficas.

El nombre proviene de la práctica común en programación de representar valores desconocidos o vacíos con la palabra “null”. Así, cuando un sistema de geolocalización no sabe dónde situar algo —por falta de datos o errores—, suele asignarle las coordenadas (0,0) por defecto.

¿El resultado? Millones de ubicaciones “perdidas” terminan apuntando a este lugar en el Golfo de Guinea.

El origen del mito

Aunque la idea de Null Island como una isla fantasma e imaginaria circula desde hace años entre profesionales de datos geográficos, su fama creció a partir de 2011.

Ocurrió cuando el sitio web Natural Earth, un proyecto colaborativo que ofrece datos cartográficos libres, colocó allí una “isla” humorística de un kilómetro cuadrado. Incluso la acompañaron de bandera imaginaria.

Boya del programa PIRATA en el punto donde se sitúa Null Island.

En realidad, en ese punto exacto solo existe una boya meteorológica, la 13010, que forma parte del programa PIRATA (Prediction and Research Moored Array in the Tropical Atlantic), una red que recopila datos sobre corrientes oceánicas y temperaturas.

Con el tiempo, Null Island se convirtió en un meme técnico. Al revisar mapas de bases de datos defectuosas, los geógrafos y cartógrafos se encontraban con misteriosos “hoteles”, “tiendas” o incluso “accidentes de tráfico” localizados en medio del océano, todos ellos producto de coordenadas erróneas que se habían volcado automáticamente al (0,0).

Hogar de datos perdidos

Al final, este fenómeno tiene que ver con la forma en que se almacenan datos geográficos. Si un registro no tiene coordenadas bien definidas —por ejemplo, un usuario no activa el GPS al subir una foto—, el sistema puede dejar las coordenadas vacías (null).

En lugar de manejar estos valores como nulos, algunos programas los interpretan como ceros, enviando la ubicación al punto cero del sistema de coordenadas: el cruce del ecuador con el meridiano de Greenwich.

Este error, que puede parecer trivial a simple vista, ha tenido serias implicaciones en ciertos proyectos.

Grandes bases de datos de incidentes o propiedades han revelado centenares de registros concentrados en Null Island, obligando a los equipos técnicos a implementar filtros y validaciones más rigurosas para evitar confundir datos reales con fantasmas digitales.

El encanto cultural de un lugar inexistente

Lejos de ser solo un inconveniente técnico, Null Island se ha convertido en un guiño compartido entre quienes trabajan con mapas digitales que se han convertido en entusiastas de este inexistente lugar.

Existen camisetas, tazas y hasta pasaportes ficticios que celebran este “país” de coordenadas nulas. De hecho, en foros de geografía o de SIG, se usa como broma habitual para referirse a cualquier registro mal georreferenciado como proveniente de “Null Island”.

Además, el concepto que representa invita a reflexionar sobre la dependencia de sistemas digitales para representar el mundo. Así, un simple error de software puede hacer que un restaurante aparezca flotando en el océano, o que una alerta sanitaria se dispare en un lugar donde no vive nadie.

Al final, Null Island es mucho más que un punto remoto en el mar. Es un recordatorio divertido —y a veces problemático— del poder y de las limitaciones de los datos geoespaciales. Una isla imaginaria que, pese a no existir físicamente, vive en el corazón de programadores y curiosos de todo el mundo.