¿Cómo sabemos que el clima está cambiando?

Los científicos han observando al planeta Tierra durante mucho tiempo a través de satélites y otros instrumentos meteorológicos, con el objetivo de recopilar diferentes tipos de información sobre la superficie terrestre, la atmósfera, el océano y el hielo.

Existen especies en peligro de extinción derivado del cambio climático y a su difícil adaptación a climas más cálidos, Oso polar sofocado por temperaturas cálidas en el Ártico. Fotografía: Andy Brunner.

Durante millones de años, el clima de la Tierra ha tenido grandes variaciones. Sin embargo, hoy nuestro planeta se está calentando demasiado rápido. Las temperaturas del aire global cerca de la superficie de la Tierra han subido alrededor de 1.5 ºC. De hecho, los últimos cinco años han sido los mas cálidos del registro histórico. Este cambio tiene un impacto nocivo en la salud de los seres vivos.

Los gases adicionales de efecto invernadero en la atmósfera son la razón principal por la que nuestro planeta se está calentando. Excesos en la emisión de dióxido de carbono (CO2) y el metano atrapan más calor del Sol en la atmósfera. Sabemos que es normal que existan gases de efecto invernadero en esta última, ya que ayudan a mantener la Tierra cálida con una temperatura adecuada para vivir, pero el incremento notable de estos gases ha comenzado a causar un calentamiento irregular.

La quema de combustibles fósiles como el carbón y el petróleo aumenta la cantidad de dióxido de carbono en nuestro aire. Esto sucede porque el proceso de combustión combina al carbono con el oxígeno en el aire y entonces se genera el CO2. No podemos tomar la temperatura del planeta Tierra directamente, pero tenemos mucha información de estaciones meteorológicas, boyas oceánicas e instrumentos de detección remota.

Los climatólogos han estudiado cómo era el clima hace cientos de años. Por ejemplo, la Dendroclimatología estudia la variabilidad en el clima con el paso de los años, ya que se analiza el interior de los anillos que componen el tronco de árboles y arbustos. Otra técnica científica es el estudio de los núcleos de hielo y el de la sedimentación que proviene del fondo de lagos y océanos. Estas se obtienen por medio de la perforación en lugares profundos como el Antártico, para después analizar cada capa de hielo con tal de cuantificar el CO2 de las burbujas de aire atrapadas, año con año, en las diferentes capas.

Derretimiento de los polos por calentamiento global

Los océanos absorben el calor y, por tanto, también se calientan. Esto ayuda a que el hielo marino vaya derritiéndose en el Ártico y Antártico. Gracias a la información de los satélites que fueron enviados para el monitoreo y observación de nuestro planeta, se puede observar que cada verano una parte del hielo de dichas regiones se derrite y encoge.

Con el análisis de imágenes y estudios de observación en campo se ha descubierto que desde 1979 el hielo, especialmente durante la época de verano y otoño, se ha ido haciendo cada vez más pequeño y delgado. El mismo efecto ha sucedido con los glaciares polares, que cada año se muestran menos frondosos y suelen tener fracturas importantes arrojando grandes pedazos de hielo al océano, acciones que contribuyen al incremento de nivel del mar en diferentes partes del mundo.