Unos científicos lo confirman en The Lancet: las superbacterias matarán a millones de personas en 2050 si no actuamos ya

Las superbacterias avanzan silenciosas, amenazan con millones de muertes y un impacto económico global sin precedentes. Frenarlas depende de un uso responsable de antibióticos y políticas sanitarias efectivas.

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El gasto económico y en vidas provocado por las superbacterias será inasumible en poco tiempo.

¿Te imaginas que una infección de muelas, una apendicitis o una neumonía vuelvan a ser sentencias de muerte? No es querer asustar: es el escenario que pintan los expertos si seguimos permitiendo que las bacterias se hagan cada vez más resistentes a los antibióticos. Y no solo hablamos de salud: hablamos de pérdidas millonarias para la economía mundial y de una crisis silenciosa que avanza mientras miramos a otro lado.

Según un estudio financiado por el gobierno del Reino Unido, si no actuamos ya, las superbacterias podrían causar millones de muertes adicionales cada año y costar casi 2 billones de dólares anuales para 2050. En términos de PIB, el golpe sería monumental: Estados Unidos, Reino Unido y la Unión Europea estarían entre los países más afectados, con pérdidas que superarían los cientos de miles de millones de dólares al año.

¿Y qué está pasando mientras tanto? Pues que se recortan fondos en programas que combaten la resistencia a los antibióticos (RAM) en países de ingresos bajos y medios. El Reino Unido ha recortado la financiación del fondo Fleming; Estados Unidos ha reducido su ayuda exterior en un 80 %; y varios países europeos han hecho lo mismo. Una bomba de relojería sanitaria y económica… sin el dinero para desactivarla.

¿Qué son las superbacterias y cómo se generan?

Las superbacterias son microorganismos que han aprendido a esquivar los antibióticos que antes las destruían. ¿Cómo lo logran?

  • Uso indebido de antibióticos: tomarlos cuando no toca (por ejemplo, para tratar un virus) o no terminar el tratamiento hace que algunas bacterias sobrevivan, se adapten y pasen esa información genética a otras.
  • Abuso en ganadería y agricultura: durante años se usaron antibióticos como promotores de crecimiento en animales. Aunque se ha reducido, el daño ya está hecho.
  • Transmisión global: las bacterias no necesitan pasaporte. Lo que surge en un hospital en un país puede propagarse al resto del mundo en cuestión de semanas.

Las bacterias son maestras del intercambio de información genética. Mediante plásmidos o pequeños trozos de ADN, una bacteria resistente puede compartir su superpoder con otra, incluso de otra especie. Resultado: infecciones que antes se trataban con un antibiótico barato y eficaz ahora requieren fármacos de segunda o tercera línea, más tóxicos, más caros y menos disponibles.

¿Por qué es tan grave?

Porque sin antibióticos eficaces, retrocedemos décadas en medicina. Una cesárea, un trasplante, una quimioterapia… todo procedimiento que dependa de evitar infecciones se vuelve más peligroso. Los hospitales ya están viendo cómo las infecciones resistentes alargan las estancias, encarecen el tratamiento y doblan los costes respecto a una infección normal.

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Pequeñas intervenciones pueden pasar a ser graves por culpa de una infección por estas bacterias resistentes. Se están intentando encontrar nuevos antibióticos, pero el proceso es largo.

El estudio citado estima que los costes sanitarios globales por resistencia a los antibioticos podrían aumentar en 176.000 millones de dólares al año. En Reino Unido pasarían de 900 millones a 3.700 millones, y en Estados Unidos de 15.500 millones a casi 57.000 millones.

Además, las tasas más altas de bacterias resistentes también significan menos fuerza laboral disponible: 0,8 % menos en el Reino Unido, 0,6 % en la UE, 0,4 % en EE. UU. Suena frío, pero cada decimal son vidas truncadas, familias rotas y sistemas sanitarios al límite.

¿Podemos hacer algo?

Sí. Mucho. Pero hay que hacerlo ya. La resistencia a los antibióticos no es un problema del futuro; es del presente.

  • Usa antibióticos solo cuando los prescriba un médico. No insistas en la consulta para que te los receten “por si acaso”. Los antibióticos no curan los virus, ni el resfriado ni la gripe.
  • Cumple el tratamiento completo. Aunque te sientas mejor, sigue hasta el final. Las bacterias más resistentes son las que sobreviven si abandonas el tratamiento antes de tiempo.
  • Evita la automedicación. Ese antibiótico que te sobró no es un comodín para la próxima fiebre. Podrías estar seleccionando bacterias más duras.
lavado de manos
Evitar infecciones y utilizar medicamentos sólo cuando es indicado son acciones que sí están en nuestra mano para frenar el avance de las super bacterias.
  • Cuida la higiene. Lavarse las manos, cocinar bien los alimentos, evitar la contaminación cruzada… las medidas básicas de prevención reducen el riesgo de infección y, por tanto, la necesidad de antibióticos.
  • Apoya políticas responsables. No es solo un tema de hospitales: los gobiernos deben invertir en investigación de nuevos antibióticos, vacunas y programas de control de infecciones. Cada euro que se invierte hoy ahorra millones mañana.
  • Infórmate y educa. Cuanto más sepamos, más difícil será que caigamos en falsas soluciones o pseudoterapias que no solo no funcionan, sino que empeoran la situación.

No es el momento de mirar hacia otro lado

Lo que parece un problema lejano se cuela ya en nuestras vidas. Las bacterias resistentes están detrás de infecciones urinarias recurrentes, heridas que no cicatrizan y neumonías difíciles de tratar. Y si no actuamos, ese problema crecerá hasta comprometer los logros médicos de todo un siglo.

Invertir en prevención, educación y desarrollo de nuevos tratamientos no es un gasto: es el mejor negocio del mundo. Según los modelos económicos, cada euro invertido en la lucha contra las superbacterias podría generar miles de millones en beneficios a largo plazo y, lo más importante: en vidas, que tienen un valor incalculable.

La ciencia lo tiene claro, los datos son contundentes y la responsabilidad es de todos. Porque, al final, una infección que hoy se cura con un antibiótico barato no debería ser la razón por la que alguien muera dentro de 25 años. Las superbacterias no descansan. Nosotros tampoco deberíamos.

A mi padre.

Referencia de la noticia:

GBD 2021 Antimicrobial Resistance Collaborators. Global burden of bacterial antimicrobial resistance 1990-2021: a systematic analysis with forecasts to 2050. Lancet. 2024 Sep 28;404(10459):1199-1226. doi: 10.1016/S0140-6736(24)01867-1. Epub 2024 Sep 16. PMID: 39299261; PMCID: PMC11718157.