¿Por qué el incremento de las olas de calor en España es tan peligroso?

El verano se acerca y con él las temidas olas de calor, pero... ¿por qué son tan peligrosas? Aquí te contamos algunos detalles sobre este gran rival del verano que cada año es más frecuente.

ola de calor
Cada año es más común que las olas de calor extremas y duraderas azoten España durante el periodo estival.

El próximo 21 de junio arranca el verano astronómico, la estación más esperada por muchos. Sin embargo, a pesar de ser tan deseada es una de las más peligrosas a causa del incremento de las olas de calor. Hace una semana la AEMET hacía público el "Informe sobre el estado del clima en España del año 2022". La tendencia es clara, cada vez hace más calor.

¿Qué es una ola de calor?

España, por su situación latitudinal, su proximidad al continente africano y por su dominio del anticiclón subtropical de las Azores durante el verano, se ve afectada con frecuencia por masas de aire tropical continental. Son bastante cálidas y secas, y suele aparecer con la presencia de una dorsal que se prolonga desde el norte del continente africano.

Las olas de calor no es un concepto científico invariable, ya que no se aplica por igual en todas partes. Dependerá siempre de las máximas registradas en los observatorios considerados durante julio y agosto del período de 1971 a 2000.

Se trata de la situación clásica de ola de calor, pero... ¿qué son? Según la AEMET, se trata de un episodio con temperaturas anormalmente altas que se mantiene varios días. Concretamente un período de tres días consecutivos, donde como mínimo el 10 % de las estaciones consideradas registran máximas por encima del percentil 95 % de su serie de temperaturas máximas diarias de los meses de julio y agosto del período de referencia de 1971 al 2000.

La importancia del cambio climático

El aumento de la temperatura media en el planeta va de la mano de un mayor episodio de temperaturas máximas. En nuestro país se nota claramente esa tendencia. Por ejemplo, la década pasada el número de días con récord de temperatura máxima aumentaron con creces a los de los días fríos. En un clima estable, sin aumento de la temperatura global, esto debería mantenerse estable, al menos en nuestra latitud.

La comunidad científica nos alerta sobre los preocupantes efectos mundiales que tendrían lugar a raíz de la subida de temperaturas. En España, una de las consecuencias es el aumento de olas de calor y sequías, la falta de agua dulce, la subida del nivel del mar, etc. No sólo está España inmersa en este problema, toda la región mediterránea que está considerada como un punto caliente.

Las consecuencias más graves

Las olas y rachas de calor se repiten ahora de manera mucho más frecuente que hace 40 años. La recurrencia de este tipo de sucesos es especialmente destacable en el verano, pero poco a poco se están adelantando. Ahora la probabilidad de que se produzca una ola de calor y de que ésta tenga mayor duración se ha incrementado. Como bien sabemos, todo es una cadena. Cuanto más calor haga, más graves serán los incendios forestales, ya que el calor facilita su propagación al igual que la ausencia de agua.

Además, las lluvias serán más irregulares y las sequías más intensas. Para el año 2040, España será uno de los países con mayores problemas de abastecimiento de agua, según afirma el World Resources Institute. ¡Atención! Hay que tener en cuenta que estas sequías se verán interrumpidas en ocasiones por episodios de precipitaciones torrenciales.

incendio forestal
Cuanto más calor haga, más devastadores serán los incendios forestales, ya que el calor facilita su propagación al igual que la ausencia de agua.

A nivel de salud, no es lo mismo pasar un episodio de ola de calor en un lugar con piscina y cubierto de muchos árboles que en la ciudad, sin apenas aire acondicionado y con noches tropicales y tórridas. Los colectivos vulnerables deben protegerse especialmente.

La exposición durante cierto tiempo a altas temperaturas puede empezar por provocar síntomas leves y temporales como náusea, mareo, fatiga, cefalea y sudoración profusa. Si la exposición es bajo temperaturas más elevadas, se puede llegar a sufrir un agotamiento por calor o golpes de calor, y en algunos casos puede derivar en muerte.

Según el estudio titulado “Heatwave intensity on the Iberian Peninsula: Future climate projections”, las proyecciones climáticas predicen eventos de calor extremo más intensos, prolongados y frecuentes en Europa en el siglo XXI, con un mayor impacto en la Península Ibérica y las regiones del Mediterráneo. En unas décadas, si no remediamos la situación, lo que ahora son olas de calor podrían ser condiciones térmicas normales.