Murcia está entre las ciudades más afectadas por el cambio climático: su temperatura ha subido 2 ºC en 5 años
En solo cinco años, Murcia ha registrado un aumento de 2 °C en su temperatura media. El calor se dispara en las ciudades y deja cientos de víctimas cada verano.

La ciudad de Murcia ha registrado un aumento de dos grados en su temperatura media en solo cinco años, una cifra que la sitúa como una de las urbes más afectadas por el cambio climático en España. Así lo indica el último informe del Observatorio de la Sostenibilidad, que ha analizado la evolución térmica en los principales núcleos urbanos del país.
Efecto isla de calor
El informe advierte de que el calentamiento global se está acelerando en las ciudades, donde el efecto isla de calor y la falta de adaptación urbanística amplifican el impacto de las altas temperaturas.
El caso de Murcia es significativo, no solo por la rapidez con la que se ha producido el ascenso térmico, sino también por sus condiciones estructurales. Se trata de una ciudad con escasa vegetación urbana, calles densamente pavimentadas y un parque de viviendas mal adaptado a los nuevos extremos climáticos.
Según el informe, dicha combinación de factores convierte al municipio en un entorno altamente vulnerable ante el calor extremo, cuyas consecuencias ya son palpables.
Sevilla, Madrid o Zaragoza, las otras afectadas
Murcia no es un caso aislado. El informe también recoge subidas de temperatura similares en otras grandes ciudades españolas. Sevilla, por ejemplo, ha visto cómo sus veranos se han convertido en los más cálidos de Europa occidental, con noches tropicales cada vez más frecuentes.

En Madrid, el ascenso térmico ha sido continuo en los últimos años, y la capital ha registrado varios récords históricos tanto en máximas como en mínimas. También Zaragoza y Valencia presentan aumentos térmicos superiores al grado y medio desde 2019, una tendencia que amenaza con intensificarse si no se implementan medidas estructurales.
Estos datos revelan una transformación acelerada del clima urbano. Mientras las temperaturas medias suben progresivamente a escala global, en las ciudades ese proceso se amplifica por la presencia de superficies duras, la escasez de sombra y la concentración de actividad humana e industrial. El resultado es un entorno más hostil, donde la exposición prolongada al calor supone un riesgo real para la salud.
El calor agudiza las desigualdades
Las altas temperaturas no afectan a toda la población por igual. El informe del Observatorio de la Sostenibilidad estima que un 33,6% de los españoles no puede mantener una temperatura adecuada en su vivienda durante el verano, ya sea por falta de medios, por deficiencias estructurales en los edificios o por la imposibilidad de acceder a sistemas de climatización.
En ciudades como Murcia, este porcentaje podría ser incluso mayor, dada la antigüedad de muchas construcciones y la falta de políticas públicas centradas en la rehabilitación energética.
Además del deterioro de las condiciones de vida, el calor extremo se ha convertido en una de las principales amenazas para la salud pública. En lo que va de año, más de 1.100 personas han fallecido en España por causas directamente relacionadas con las altas temperaturas, una cifra que supera a la de fallecimientos por frío y evidencia el cambio de patrón en los riesgos climáticos.
La adaptación urbana, una tarea pendiente
Ante este panorama, el informe plantea la necesidad de transformar las ciudades para hacerlas más habitables en un contexto de calentamiento global. La solución pasa por aumentar la presencia de zonas verdes, mejorar el aislamiento de los edificios, reducir la superficie asfaltada, instalar cubiertas solares y establecer sistemas de alerta temprana para proteger a la población más vulnerable.

En el caso de Murcia, también se recomienda reforzar la resiliencia frente a fenómenos extremos como las danas y las lluvias torrenciales, que podrían intensificarse con el cambio climático.
El aumento de temperatura en ciudades como Murcia, Sevilla o Madrid es una señal clara de que el cambio climático ya está aquí, y lo hace de forma desigual, amplificando las brechas sociales y sanitarias. El tiempo para actuar se agota, pero aún es posible revertir la tendencia si se toman medidas desde ahora.