Las "cinco sequías" y radiografía actual del estiaje en nuestro país

La sequía tiene decenas de definiciones, distintas caras y varias fases con afectaciones distintas en el territorio y la sociedad. Las repasamos todas y evaluamos la situación actual con el experto Martín Vide.

Sequía en los cultivos
La sequía en la agricultura sucede cuando hay una ausencia importante de agua, que primero ya repercute en los embalses


La sequía se define como la "ausencia de algo" y en meteorología se aplica en la falta de precipitación en un territorio o región. Dicho de otra manera, cuando llueve poco o cae mucho menos lluvia de lo que sería habitual según los registros climáticos de la zona.

El Ministerio para la Transición Ecológica define ese término como una "anomalía transitoria, más o menos prolongada, caracterizada por un periodo de tiempo con valores de las precipitaciones inferiores a los normales en el área".

No hay una definición de sequía universalmente aceptada porque difiere de un lugar a otro. La literatura científica contempla más de 150 definiciones de sequía.

A pesar de esa multitud y amalgama de expresiones para designar un mismo concepto, nos centramos en explicar las cinco tipologías de sequía principales:

  1. Meteorológica: se produce cuando la precipitación registrada es inferior a la media.
  2. Hidrológica: afectación o consecuencia de la ausencia de lluvia en el agua embalsada. Se produce cuando los embalses se encuentran por debajo de lo habitual. Cada cuenca hidrográfica tiene sus particularidades en relación a los indicadores para cuantificarlo.
  3. Agrícola: ausencia de agua en el suelo, con efectos en los cultivos y las cosechas.
  4. Ecológica: la falta de agua se nota en los ecosistemas, básicamente en la flora y fauna de los distintos medios naturales.
  5. Socioeconómica: no está garantizado el suministro de agua, con restricciones para los usos industriales y domésticos.
La sequía meteorológica es la que tiene menos afectaciones en la sociedad y los ecosistemas. El punto extremo se da en la sequía socioeconómica, cuando los embalses, los cultivos y los ecosistemas sufren una falta de agua muy significativa.

Durante los últimos años, en nuestro país hemos sufrido distintas tipologías de sequías, que se corresponden en cierto modo a la gravedad y prolongación de la ausencia de lluvias. A principios del 2022, la sequía ya tenía las "tres caras": meteorológica, hidrológica y agrícola debido a un potente anticiclón de bloqueo que nos dejó cielos totalmente despejados y sin ni una gota.

Si miramos hacia atrás, la precipitación oculta de las nieblas persistentes en noviembre y diciembre no fue suficiente para apaciguar el déficit hídrico y la situación de los embalses era preocupante el pasado diciembre, cuando teníamos un 43% de agua embalsada. En otoño la situación era incluso peor, con un 12% menos de agua respeto la media de los últimos 10 años.

Adiós a la sequía en el mediterráneo

Las abundantes precipitaciones del mes de marzo han paliado un poco la sequía en algunos puntos del país, con acumulaciones muy importantes de agua en la Comunidad Valenciana, que han superado los 1000 litros. Así pues, esa falta de lluvia en el este peninsular no es tan grave ni agonizante. En Cataluña, la Comunidad Valenciana o la Región de Murcia ya no tienen sequía meteorológica ni hidrológica.


Sin embargo, en las cuencas del tercio sur peninsular aún siguen con sequía hidrológica y meteorológica. En puntos del Valle del Guadalquivir o del Guadiana aún persiste la sequía, según nos cuenta Javier M. Vide, catedrático de geografía física de la Universitat de Barcelona. Veremos si se confirma esta tendencia húmeda de marzo y abril para llegar a verano un poco más tranquilos y podemos esquivar todas estas sequías.