Un nuevo concepto en el Ártico, la "borealización": nuevas plantas de bosques colonizan cada vez más la tundra ártica

Los investigadores muestran que la vegetación del Ártico está cambiando rápidamente a medida que las especies de los bosques cercanos se extienden a la tundra. Es la "borealización" del Ártico.

Las montañas de Grövelsjö, en el extremo norte de Dalarna, albergan la mayor colonización de especies boreales en las montañas desnudas. Foto: Tage Vowles

Un nuevo estudio internacional en el que participaron investigadores de la Universidad de Gotemburgo muestra que la vegetación del Ártico está cambiando rápidamente a medida que las especies de los bosques cercanos se extienden a la tundra. Este cambio se produce en la mitad de las 1100 áreas estudiadas y se debe principalmente a las especies que ya existen en la zona de transición entre el bosque y la tundra.

Borealización del Ártico

En un mundo cada vez más cálido, la tundra ártica se está volviendo más parecida a un bosque. Este proceso, conocido como borealización, está particularmente extendido en Eurasia y en las regiones montañosas del Ártico, donde la distancia al bosque boreal (norteño) es menor. Muchas especies de hierbas y arbustos que pueden vivir tanto en la tundra como en el bosque están ganando terreno en la tundra. Así lo demuestra un nuevo estudio a gran escala de 1100 sitios de muestreo en todo el bioma ártico.

Consecuencias

Si esta tendencia continúa, podría tener diversas consecuencias. Por ejemplo, podría acelerar el derretimiento del permafrost o alterar la migración estacional de los renos. También podría afectar los medios de vida tradicionales de los pueblos indígenas del Ártico, que dependen de la caza, el pastoreo de renos y la recolección de plantas como parte de su subsistencia y práctica cultural, afirma Robert Björk, investigador de ecosistemas árticos en la Universidad de Gotemburgo.

Cuando los arbustos y otras especies arbóreas se expanden, retienen más nieve en invierno y cubren el suelo en verano. Esto altera la temperatura del suelo y puede acelerar el deshielo del permafrost. Como resultado, podrían liberarse grandes cantidades de carbono que han permanecido congeladas durante miles de años, contribuyendo así al calentamiento global.

El sauce lanudo arbustivo es una especie cada vez más común en las montañas desnudas de Suecia, aquí en Latjnajaure, cerca de Abisko. Fotografía: Anne Bjorkman

Cerca de la línea de árboles

Sin embargo, el estudio muestra que los efectos del cambio climático son complejos y difíciles de predecir.

Vemos que la borealización es más fuerte cerca de la línea de árboles, en lugares cálidos y húmedos, y en áreas con un cambio climático limitado, lo que sugiere que la borealización no ocurre necesariamente donde el calentamiento es mayor, sino donde las condiciones son más favorables para el establecimiento de las plantas”, dice Anne Bjorkman, investigadora en ecología vegetal en la Universidad de Gotemburgo.

Más evidente en Dalarna

En Suecia, la tendencia a la borealización es más intensa en las montañas de Dalarna, al sur, que en las montañas de Abisko, al norte, lo que constituye un buen ejemplo de cómo la borealización también está progresando en general. Además, la continua colonización de especies forestales en el mundo montañoso puede tener varias consecuencias:

Los líquenes pueden desaparecer a la sombra de los arbustos, lo que reduce el suministro de alimento para los renos en las montañas. Esto puede afectar el estilo de vida de los pastores de renos al alterar sus rutas migratorias y reducir el acceso a las plantas tradicionales.

Ciertos animales como los alces, los zorros rojos, los castores y los topillos forestales pueden propagarse a nuevos hábitats y afectar así a los ecosistemas.

Más arándanos rojos

El estudio también analizó las características que permiten a ciertas plantas propagarse con mayor éxito que otras. Se demostró que las especies boreales bajas se extienden con mayor facilidad en la tundra que las altas. Además, las hierbas y los arbustos colonizaron más áreas que las flores, en parte debido a una absorción más eficiente de nutrientes en el suelo. Algunos ejemplos de especies boreales que lograron alcanzar un gran número de áreas son la juncia de Bigelow y los arándanos rojos.

Esto sugiere que aún se requiere un cierto grado de adaptación al hábitat de la tundra (en forma de especies de crecimiento corto y ya establecidas) para poder aprovechar inicialmente el nuevo hábitat creado por el cambio climático.

Referencia

Mariana García Criado et al, Borealisation of Plant Communities in the Arctic Is Driven by Boreal-Tundra Species, Ecology Letters (2025). DOI: 10.1111/ele.70209

Fuente Universidad de Gotemburgo

Esta entrada se publicó en Noticias en 24 Sep 2025 por Francisco Martín León