Nubes de evolución diurna
A partir de primavera y durante el verano, la mayor insolación favorece el crecimiento y desarrollo vertical de nubes de evolución diurna. Si hay inestabilidad atmosférica, los cúmulos resultantes culminan en nubes de tormenta (cumulonimbos).
Con la llegada de la primavera, tanto durante esta estación como la del verano, la mayor insolación con respecto a la de los meses invernales, favorece que se generen sobre el suelo corrientes de aire cálido que asciende. Esa térmica culmina en muchos casos en la formación de un cúmulo, lo que en el argot meteorológico se conoce como una nube de evolución diurna. Si tenemos inestabilidad atmosférica, y ese aire cálido al ascender se va encontrando con aire más frío del normal, el citado cúmulo irá engordando, adquiriendo un gran desarrollo vertical, lo que puede llegar a culminar en un cumulonimbo, o nube de tormenta.