Se monitoriza por primera vez la trayectoria global de los microplásticos a través de sistemas oceánicos

La presencia de plásticos en los mares del mundo constituye en sí misma una crisis global, mientras millones de toneladas métricas de plástico llegan a los océanos cada año desde todos los continentes habitados por los seres humanos.

Plásticos flotando a la deriva en aguas oceánicas. NASA

La contaminación marina por plástico es una crisis global, con entre 9 y 14 millones de toneladas métricas de plástico que llegan al océano cada año. Los microplásticos, fragmentos diminutos que miden entre 1 micrón y 5 milímetros, constituyen la gran mayoría de los fragmentos de plástico encontrados y representan graves riesgos para la salud de los océanos.

La mayoría de las investigaciones se han centrado en las aguas superficiales , generalmente muestreando solo los primeros 15 a 50 centímetros mediante arrastres de red. Sin embargo, los microplásticos se presentan en diversas formas con diferentes propiedades, lo que influye en su movimiento e interacción con el entorno.

Monitorización global de los microplásticos

Un investigador de la Universidad Atlántica de Florida forma parte de un equipo internacional de científicos que han ido más allá de simplemente "arañar la superficie", marcando un punto de inflexión en nuestra comprensión de cómo los microplásticos se mueven e impactan en el océano global.

Por primera vez, los científicos han cartografiado la distribución de microplásticos desde la superficie hasta las profundidades marinas a escala global, revelando no sólo dónde se acumulan los plásticos, sino también cómo se infiltran en sistemas oceánicos críticos. Para el estudio, los investigadores sintetizaron datos de perfiles de profundidad de 1885 estaciones recopiladas entre 2014 y 2024 para cartografiar los patrones de distribución de microplásticos por tamaño y tipo de polímero, a la vez que evaluaron los posibles mecanismos de transporte.

Observaciones de microplásticos subsuperficiales en el océano. Crédito: Nature (2025). DOI: 10.1038/s41586-025-08818-1

Los resultados, publicados en Nature, revelan que los microplásticos no son solo contaminantes superficiales, sino que están profundamente arraigados en la estructura del océano.

Su tamaño, con unas pocas partículas por metro cúbico hasta miles, determina su movimiento. Los microplásticos más pequeños (de 1 a 100 micrómetros) se distribuyen de forma más uniforme y penetran a mayor profundidad, mientras que los más grandes (de 100 a 5000 micrómetros) se concentran cerca de la superficie, especialmente en los primeros 100 metros de los giros. Los giros actúan como enormes remolinos de movimiento lento que atrapan y concentran residuos flotantes, especialmente plástico.

Sorprendentemente, los microplásticos se están convirtiendo en una parte medible del ciclo del carbono oceánico, representando tan solo el 0,1 % de las partículas de carbono a 30 metros, pero aumentando al 5 % a 2000 metros.

Esto sugiere que los microplásticos no solo son contaminantes persistentes, sino que también podrían estar alterando procesos biogeoquímicos clave en las profundidades marinas .

"Los microplásticos no solo flotan en la superficie, sino que están profundamente incrustados en todo el océano, desde las aguas costeras hasta el mar abierto", afirmó la Dra. Tracy Mincer, coautora y profesora asociada de biología y bioquímica en el Harriet L. Wilkes Honors College de la FAU.

Los investigadores identificaron más de 56 tipos de polímeros plásticos en su conjunto de datos de microplásticos sintetizados. Si bien los plásticos flotantes predominan en general, los microplásticos más densos son más frecuentes en alta mar, probablemente porque se fragmentan con mayor facilidad. Los polímeros densos se vuelven frágiles y se descomponen más rápidamente, especialmente tras una exposición prolongada a la intemperie. Estas pequeñas partículas persistentes, a menudo procedentes de aparejos de pesca y contenedores como botellas de poliéster, pueden permanecer en el océano durante décadas.

El polipropileno, presente comúnmente en artículos como envases de yogur y cuerdas, se fotodegrada más rápidamente que el polietileno, utilizado en bolsas de plástico y botellas de agua. Esto podría explicar su menor abundancia en aguas costeras. No obstante, persisten importantes incertidumbres en los datos sobre microplásticos del subsuelo debido a la inconsistencia de las técnicas de muestreo y la cobertura limitada, lo que pone de relieve la necesidad de equipos especializados y una mayor colaboración para mejorar la fiabilidad de los datos.

La columna de agua del océano —el hábitat más extenso de la Tierra— desempeña un papel crucial en el ciclo global del carbono, sustentando la mitad de la producción primaria del planeta y absorbiendo el CO₂ generado por el ser humano . A medida que los microplásticos se desplazan por este vasto espacio, interactúan con partículas y procesos naturales, lo que podría afectar el funcionamiento del océano.

«Nuestros hallazgos sugieren que los microplásticos se están convirtiendo en una parte medible del ciclo del carbono oceánico, con posibles consecuencias para la regulación climática y las redes tróficas marinas», afirmó Mincer. «Este trabajo sienta las bases para dar los siguientes pasos en la comprensión del tiempo de residencia del plástico en el interior del océano».

Referencia

Shiye Zhao et al, The distribution of subsurface microplastics in the ocean, Nature (2025). DOI: 10.1038/s41586-025-08818-1.

Esta entrada se publicó en Noticias en 04 May 2025 por Francisco Martín León