Los científicos del CSIC muestran que los bosques de Europa pierden su capacidad para absorber carbono desde hace años
Los bosques de Europa han perdido la capacidad de absorber carbono en los últimos años debido a diferentes factores que son analizados y cuantificados en un reciente estudio del CSIC, Consejo Superior de Investigaciones Científicas.

La intensificación de la tala de madera, el descenso de las repoblaciones y los episodios extremos de calor y sequía, entre los factores responsables.
Los bosques son aliados en la lucha contra el cambio climático gracias a su capacidad de absorber CO₂ de la atmósfera y mantenerlo secuestrado en forma de carbono en el tronco, las hojas, las raíces o en el suelo.
Actualmente cubren cerca del 40% del territorio de la Unión Europea y, entre 1990 y 2022, han absorbido alrededor del 10% de las emisiones derivadas de la actividad humana. Aun así, un artículo reciente publicado en la revista Nature, liderado por el Mirco Migliavacca, investigador del Joint Research Centre, y que ha contado con la participación del CREAF y del CSIC, alerta que su capacidad de secuestrar carbono está en declive.
Este hecho pone en riesgo los objetivos climáticos de la Unión Europea que establece que la UE tiene que ser climáticamente neutra en 2050. Dentro de esta hoja de ruta, el reglamento revisado sobre el sector LULUCF fija para el 2030 la meta de absorber 310 millones de toneladas de CO₂ equivalente. Si tenemos en cuenta el declive vivido en 10 años, parece que esto no será posible.
Factores del declive
Los factores detrás de este declive son varios y a menudo interconectados. El estudio identifica como principales responsables la intensificación de la tala de madera, vinculada a una demanda creciente de consumo de madera tanto a escala europea como global; el aumento de las perturbaciones naturales como incendios, tormentas y plagas, que a menudo van seguidos de talas prematuras para sacar la madera muerta o quemada; al hecho de que los bosques ya no se expanden a un ritmo tan acelerado como hace unos años y ya no hay tantas repoblaciones; al envejecimiento de los bosques, que reducen su capacidad de crecimiento y de absorción de carbono; y a los episodios extremos de calor y sequía, que disminuyen la fotosíntesis y la productividad de los árboles. Estos impactos pueden tener efectos persistentes durante años, debilitar los bosques y agravar la mortalidad forestal y las pérdidas de capacidad de secuestro de carbono.
Medidas a tomar de forma urgente
Este enfoque implica un equilibrio entre las actividades productivas, como la tala, y la conservación de los hábitats naturales. El estudio, pues, sugiere modelos de gestión basados en la ciencia que combinen bosques con diferentes edades y grados de protección, alternando zonas destinadas a la producción sostenible con otras reservadas para la conservación estricta. Esta diversificación ayuda a proteger la biodiversidad y a mantener el carbono almacenado en diferentes compartimentos del bosque, como la madera viva, la madera muerta y el suelo.
En cuanto a la reforestación, el estudio también alerta de que hará falta acotar muy bien los lugares donde se pueden plantar árboles en la UE, porque la falta de agua marcará mucho el futuro de estas nuevas masas forestales. Así, esta solución será solo válida en lugares muy determinados y con condiciones climáticas más favorables.
Desde la década de 1950, la biomasa forestal de Europa se había triplicado y, como resultado, se incrementó enormemente la capacidad de secuestro de carbono. Esto ocurrió gracias a la recuperación de los bosques después de la sobreexplotación y deforestación derivadas de la posguerra, a la expansión de la superficie forestal, a las mejoras en la gestión y la conservación, y al impacto de factores como el aumento de CO₂ atmosférico que ha hecho de fertilizante durante un tiempo, también lo han favorecido las temperaturas más altas, que han permitido temporadas de crecimiento más largas y una mayor deposición de nitrógeno. Aun así, esta ganancia podría perderse en la situación climática actual si no se actúa con urgencia para revertir las tendencias actuales.
Referencia
Migliavacca, M., et al, . Securing the forest carbon sink for the European Union’s climate ambition. Nature (2025). DOI: 10.1038/s41586-025-08967-3