Nuevas especies de hongos potencialmente dañinos para los humanos en ecosistemas de agua dulce en España

Un estudio de la Unidad de Micología y Microbiología Ambiental de la Universitat Rovira i Virgili ha identificado nuevas especies de hongos que pueden provocar infecciones o enfermedades en personas y animales

Un tipo de hongos detectados en el estudio



La investigación, realizada en ecosistemas fluviales, se enmarca en un proyecto sobre la biodiversidad y el papel que desempeña un gran grupo de hongos, los ascomicetos, en el ecosistema acuático.

Hongos acuáticos en España

Hay muy poca información sobre estos hongos, concretamente sobre los que crecen en sedimentos. La investigación también advierte que en periodos de sequía, algunas especies patógenas son aún más peligrosas para la salud de las personas.

"Hasta ahora se han estudiado muy poco los ascomicetos en sedimentos fluviales y marinos , y lo que estamos haciendo en el proyecto no es sólo ampliar la base de conocimientos sobre las especies que se encuentran en estos sedimentos, sino también determinar patrones de biodiversidad que indican si un ecosistema es saludable o, por el contrario, tiene problemas de contaminación de diversa procedencia."

Ríos y arroyos muestreados en España (puntos rojos). La altitud se representa en tonos de gris. Barra de escala: 100 km. Crédito: Journal of Fungi (2023). DOI: 10.3390/jof9121129

"En resumen, cualquier cambio en la composición de una comunidad fúngica puede ser un aviso de que algo anda mal", afirma Joseph Gené, investigador principal de la investigación.

Algunas de las especies de esta comunidad pueden proliferar más fácilmente bajo ciertas condiciones y podrían usarse como bioindicadores ambientales. "Pero otros hongos son patógenos oportunistas de mamíferos, animales de sangre fría y otras criaturas, que pueden causar infecciones leves y graves, no sólo en los animales que viven en el medio acuático sino también en aquellos que lo atraviesan, como nosotros cuando nos bañamos en un río", explica Gené.

Si el medio ambiente cambia (por ejemplo, durante una sequía), pueden quedar expuestos y convertirse en un riesgo para la salud de los hábitats. "Cuando los sedimentos se exponen al aire, estos hongos pueden comenzar a producir muchas esporas que se dispersan en busca de un ambiente más adecuado, y es durante esta dispersión que pueden interactuar con humanos y animales", dice.

En cualquier caso, señala que "las infecciones suelen afectar sólo a la población más vulnerable y no se transmiten entre humanos. Más bien, son el resultado de algún tipo de lesión, entre otras vías de inoculación".

Según Gené, los resultados del proyecto confirman que los sedimentos de los ríos son una importante reserva de biodiversidad fúngica y contienen especies completamente desconocidas para la ciencia. Por tanto, son un patrimonio que hay que preservar. La principal novedad del estudio es que ha encontrado hongos no reportados anteriormente, algunos de los cuales se han encontrado estrechamente relacionados con hongos patógenos que causan infecciones muy graves en el continente americano.

"Estos hallazgos nos permiten no sólo completar nuestra comprensión de la evolución de los hongos sino también determinar si algunos de estos microorganismos pueden ser una amenaza para nuestra salud. La investigación apenas ha comenzado pero cuanta más información acumulemos al respecto, más podremos determinar, por ejemplo, si existe un mayor riesgo potencial en una zona concreta y si es necesario controlar el acceso a algunas zonas", afirma Gene.

La Unidad de Micología y Microbiología Ambiental de la Universitat Rovira i Virgili estudia las cepas de hongos sedimentarios recogidas en distintos puntos del cauce de varios ríos catalanes –por ejemplo, el Llobregat, Ter, Segre y Ebro– y también de pequeños arroyos.

Una vez cultivados en el laboratorio, se investigan para ver cómo son, entender su potencial patógeno (es decir, si pueden desarrollarse a 36 o 37 grados centígrados, la temperatura del cuerpo humano), y encontrar descubrir qué sucede cuando se enfrentan a cultivos de células humanas y qué tan resistentes son a los medicamentos antimicóticos.

Todo ello permitirá determinar si las condiciones del cambio climático (sequía, aumento de temperaturas, etc.) les permiten proliferar con mayor facilidad y representar un peligro.

En cualquier caso, Gené señala que no hay por qué alarmarse: "Sólo estar alerta, sí", afirma, ya que estos hongos existen desde siempre.

Referencia

Daniel Torres-Garcia et al, Insights into Some Onygenalean Fungi from Freshwater Sediments in Spain and Description of Novel Taxa, Journal of Fungi (2023). DOI: 10.3390/jof9121129

Esta entrada se publicó en Noticias en 28 Feb 2024 por Francisco Martín León