La línea de permafrost se desplaza hacia el norte

A medida que aumenta la temperatura del aire en todo el mundo, el permafrost se está retirando hacia el norte, avanzando hasta 80 millas hacia el norte durante más de medio siglo en partes de Canadá.

A medida que el planeta se calienta, el Ártico es el que más lo siente: las temperaturas en las regiones del norte aumentan aproximadamente el doble del promedio mundial.

Eso tiene un gran impacto en el permafrost de la región, un terreno que por lo general permanece congelado durante todo el año. A medida que la línea que delinea una temperatura promedio de 0 ºC se mueve hacia el norte, también lo hace la línea de permafrost. "Ellos apenas rastrean juntos", dice Kevin Schafer, un experto en permafrost en el Centro Nacional de Datos de Nieve y Hielo de los EE. UU.

El permafrost no está particularmente bien documentado: está bajo tierra, tan oculto a los satélites, y el Ártico solo está cubierto de estaciones meteorológicas. "No hay muchas medidas en el extremo norte", dice Schafer. Eso significa que gran parte de la evidencia de descongelamiento del permafrost hasta ahora es anecdótica o limitada a regiones específicas bien controladas.

Un estudio en el norte de Canadá encontró que el permafrost alrededor de James Bay se había retirado 129 km al norte durante 50 años. Los estudios de las temperaturas del suelo en las perforaciones también han revelado tasas de cambio espantosas, dice Schafer. "Lo que estamos viendo es de 20 metros hacia abajo, está aumentando hasta 1-2 º C por década", dice. "En el mundo del permafrost eso es un cambio realmente rápido. Extremadamente rápido”.

El futuro se ve igualmente terrible

Un estudio predice que para 2100, el área cubierta por el permafrost podría reducirse de casi 104 millones de km2 a menos de 1 millón de km2; la mayor parte de Alaska y el extremo sur de Groenlandia estarían libres de permafrost.

Se espera que los impactos sean enormes tanto a nivel local como global. En este momento, el permafrost actúa como el cemento, manteniendo el suelo firme e impermeable al agua. A medida que se derrite, los edificios y la infraestructura colapsan.

En la ciudad de Norilsk, en el norte de Rusia, los edificios ya se están inclinando, agrietando y condenando. En Bethel, Alaska, las carreteras se doblan y las casas se derrumban. Muchos de los incontables pequeños lagos del Ártico también se drenarán. "Eso va a tener un impacto masivo en la ecología [de la región]", dice Schafer. Mientras tanto, el deshielo también liberará grandes cantidades de metano que calienta el clima en la atmósfera.

Referencia

A projection of severe near-surface permafrost degradation during the 21st century. David M. Lawrence and Andrew G. Slater

https://doi.org/10.1029/2005GL025080https://agupubs.onlinelibrary.wiley.com/doi/full/10.1029/2005GL025080

AGU