Condiciones meteorológicas para la generación de una plaga bíblica: Las langostas del desierto en África

RAM. Luchando inútilmente contra la plaga de langostas en un lugar de Mauritania durante el verano del 2004. Foto FAO.

Luchando inútilmente contra la plaga de langostas en un lugar de Mauritania durante el verano del 2004. Foto FAO.

Introducción

A finales de julio y primeros de agosto de 2004 hemos visto atónitos en nuestras pantallas de TV y en los medios de comunicación nubes y enjambres de langostas del desierto (Schistocerca gregaria) que afectaban de lleno a un gran número de países del norte y, en especial, del centro y oeste del África subsahariana.

Como una plaga bíblica, los enjambres de estos diminutos animales se lanzaban por miles sobre los campos, cultivos y ciudades de parte del continente africano. Ya en el periodo de 1987 - 1989 se vivieron unas condiciones parecidas a las que acontecen en la actualidad. Las perdidas económicas y la hambruna que se produjeron en muchos países fueron tremendas.

La Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) alertó desde hace muchos meses la posible generación de esta plaga y, a pesar de las intensas actividades de control, los enjambres aumentaban sin control. En un comunicado se anunciaba que "Las langostas están incubando en miles de puntos a lo largo de vastas áreas al sur de los Montes Atlas, pasando por Marruecos, Argelia y Túnez hasta el oeste de Libia", explicó Clive Elliot, experto del grupo de trabajo de la FAO sobre las langostas.

Posteriormente, las langostas invadieron áreas de Mauritania, Senegal y Malí provenientes del noroeste de África. Estas hordas, favorecidas por las condiciones meteorológicas reinantes viajan hasta más de 100 Km. por día en algunos casos, llegando a los 3500 Km. en un mes. Los enjambres de langosta del desierto pueden trasladarse en millares de kilómetros entre sus criaderos del norte y sur, en verano e invierno, criando en áreas enormes, despobladas, de difícil acceso y provocando daños devastadores en las cosechas, como ya lo relatan los libros sagrados de la Biblia y el Corán. En varias ocasiones, las langostas han cruzado las fronteras continentales, moviéndose desde África a Oriente Medio, India y Pakistán. Algunos países de África se están viendo ya afectados. Estos animales han hecho su aparición en contadas ocasiones en países ribereños europeos (España, Italia, Grecia, entre otros) y en las islas Canarias, sin tanta virulencia como lo están haciendo en estos meses de verano en el Sahel.

Langostas del desierto. Los adultos pueden llegar a medir 15 cm., formando enjambres de millones de individuos: Una plaga bíblica

Un grupo de una tonelada de langostas puede comer en un día lo equivalente a 10 elefantes, a 25 camellos o a 2500 personas. Estos animales en solitario no son agresivos pero en gran número pueden generar un estado de excitación colectivo que los hace muy voraces, llegando a alcanzar grupos de 80 millones de individuos por kilómetro cuadrado.

Aunque muchos países afectados y donantes han tratado y ayudado a eliminar y paliar los efectos de estas plagas con medios materiales y humanos, no se ha podido evitar que esta calamidad afectara a un gran número de países subsaharianos, cuando a finales de 2003 ya se estaba alertando de esta plaga incontrolable. Efectivamente, desde meses atrás se estaban desarrollando labores preventivas y de mitigación desde donde se incubaban las larvas. El problema es tan acuciante que incluso algunos países poseen centros de predicción y seguimiento de plagas de langostas del desierto y de otros animales dañinos. No ha sido posible parar esta marea destructiva de cosechas, arbustos y árboles.

Pero ¿Cuáles son las condiciones meteorológicas que favorecen el desarrollo, crecimiento y dispersión de estos animales en las dimensiones actuales y pasadas?.

Condiciones medioambientales proclives

Desde hace bastante tiempo la FAO y otros organismos internacionales y nacionales conocen muy bien los factores que realzan el número incontrolable de estos insaciables individuos. También se conocen los métodos limitados para combatirlos; pero cuando se dan unas condiciones meteorológicas singulares y se concatenan de forma positiva, se genera su propagación incontrolable como los fuegos estivales en pastos y bosques agostados. Después de varios años de calma (la última gran plaga fue en el periodo 1987-1989), la plaga del desierto se ha disparado.

Ni que decir tiene que para que esta plaga tenga dimensiones supranacionales se deben dar unas condiciones especiales, tales que los adultos sean capaces de desplazarse con los vientos predominantes, encontrar sitios de “pastos” para su alimentación y reproducción. Por tanto, las lluvias precedentes deben haber sido muy significativas en dichas zonas. En ellas se pondrán los nuevos huevos que formaran la próxima generación y ola de la plaga podrá proseguir su camino imparable. Estos huevos crecerán y se desarrollaran si se dan condiciones idóneas. En un año, de 3 a 5 generaciones de saltamontes se pueden dar en África.

a.- Los vientos: medio de transporte y su carga de humedad

Las langostas del desierto suelen enterrar sus primeros huevos en la arena del Sahara. En otoño, los vientos predominantes en bajos niveles llevan a los nuevos adultos al norte (Marruecos, Argelia,..); mientras que los vientos del verano transportan las nuevas generaciones desde las zonas de crías del norte hacia el sur, las regiones subsharianas. En la figura adjunta, se muestra las zonas en rosa amenazadas por la llegada de grandes grupos de estos animales desde sus criaderos septentrionales.

Zonas afectadas y previstas, en rosa, por la plaga de langostas para el periodo julio-octubre de 2004 según las predicciones de la agencia especial de la FAO. Los enjambres (swarm) se colorean en rojo, los provenientes del NW de África, en verde, y los asentamientos de langostas adultas en negro. Puede observarse en la figura que los vientos del norte migraron entre junio a julio una gran cantidad de langostas desde las zonas del Atlas. Fuente FAO.

El régimen de vientos en el continente africano es más o menos estable en la zona señala y favorece el transporte de estos voraces seres. En este sentido, los vientos reinantes en Canarias durante invierno y primavera son los más proclives para que estos animales salten a las islas, llegando a alcanzar las más orientales.

Además, el viento puede estar cargado o no de humedad, generando periodos de lluvias y no lluvias, como las de tipo monzónico en el África occidental. Es este meteoro líquido el que va a condicionar o no la presencia masiva de estas plagas y su disminución o aumento desproporcionado.

b.- Las lluvias y una distribución cíclica: anomalías positivas de precipitación

Pero el viento no es solo suficiente para que se generen estos enjambres. Si fuera así, todos los años habría plagas devastadoras, pero no es el caso. Las condiciones adecuadas de periodos de lluvia y sequedad influyen en la multiplicación y generación de nuevos individuos y enjambres.

Durante el otoño de 2003 se produjeron importantes lluvias en el África occidental, lo suficientemente significativas como para que una generación de insectos se alimentara favorablemente y pusieran sus huevos en tierra húmeda, que refuerza considerablemente su desarrollo.

Las precipitaciones de finales de año en el África subsahariana han sido clave para la explosión de la plaga citada. En las imágenes superiores tenemos las precipitaciones de octubre y noviembre de 2003 según el CPC. Fuente NOAA, Climate Predicction Center

Los vientos de componente sur transportaron las nuevas generaciones de insectos hacia el norte: Marruecos, Argelia, Túnez y Libia. En sus cuarteles de primavera también encontraron el alimento necesario, gracias a las lluvias que afectaron a dichas zonas y que permitieron alimentarse e incrementar su número en proporciones muy preocupantes. La imagen siguiente muestra como las zonas del Magreb se vieron regadas por significativas lluvias en el mes señalado al pie de la figura.

Precipitaciones estimadas por satélite durante mayo del 2004. Los colores verdes y amarillos denotan precipitación más significativa que los azules.

De nuevo los vientos del verano llevaron los primeros enjambres a las zonas del Sahel donde las langostas encontraron nuevamente las condiciones idóneas para su desarrollo y crecimiento ya que las lluvias precedentes habían sido generosas en dicha zona.

Como puede verse estos animales son muy sensibles a las condiciones medioambientales. Así, Pedgly (1989) señala algunas pautas entre las langostas del desierto y la influencia de la temperie:

  • Su ciclo de vida es, en términos generales, de dos meses en condiciones ambientales cálidas.
  • Sus huevos se desarrollan y eclosionan si el suelo que los contiene posee cierto grado de humedad de las lluvias reinantes o de las zonas de escorrentías.
  • Las jóvenes langostas sin alas se desarrollan en función de la temperatura, con un periodo mínimo de un mes. En la última muda aparecen las alas.
  • Después de una semana los vuelos, comienzan a ser significativos y se pueden mantener en el flujo aéreo cuando el aire alcanza temperaturas superiores a los 15 ºC, con tiempo soleado.
  • Los enjambres se desplazan con los vientos reinantes, pudiendo llegar a alcanzar en un día varios cientos de km. Durante el día vuelan y por la noche descansan.
  • Los vuelos pueden durar varios días o semanas seguidas, antes de poner su nueva puesta de huevos.

La concatenación adecuada de lluvias en el África occidental y subsahariana en el 2003, seguidas por lluvias en el norte de África, junto con los viento predominantes en las zonas a nivel sinóptico condijeron a la existencia, mantenimiento y regeneración de esta plaga de langostas del desierto, que perdurará más allá del verano ya que otras generaciones se pueden dar. El acoplamiento sinergético del sistema de lluvias-vientos puede propagar la plaga a otros países.

Desgraciadamente las medidas de control (insecticidas, bioinsecticidas, medios de transporte y fumigación, etc..) no son lo suficientemente efectivos como para parar y mitigar estas plagas voraces ya que a veces se hace mucho y persistente daño a las tierras arrasadas por la plaga. Además, en muchas ocasiones las zonas de anidamiento están muy alejadas y remotas.
Los expertos pronostican que hasta finales del 2004 se darán condiciones para que estas oleadas de insectos sigan propagándose a otros países africanos. La plaga terminará cuando las zonas de cría y alimentación se vean afectadas por sequías. La última gran plaga del siglo XX, duró tres años.

Si quieres saber más (*, tomado de la referencia de Buj)

Las langostas son insectos que pertenecen al orden de los Ortópteros, y dentro de éstos se encuadran en la familia de los Locústidos, antes denominados Acrídidos. Una de sus características más notables es la existencia de especies migradoras, causantes de las temibles plagas. La lista de estas especies es muy extensa y afectan a todos los continentes. Entre las más importantes se encuentran las siguientes: la Schistocerca gregaria Forskal, la Locusta migratoria Linnaeus, la Nomadacris septemfasciata Serville y la Dociostaurus maroccanus Thunberg, por citar sólo las más conocidas. Precisamente, esta última especie es la de mayor interés para nosotros pues puede llegar a convertirse en plaga en nuestro país.

Fue el ruso Boris Petrovich Uvarov quien fijó en 1921 la llamada teoría de las fases, confirmada a lo largo de esa década por otros entomólogos, y convertida en paradigma ecobiológico de las plagas de langosta que establecía como punto primordial el polimorfismo de las langostas emigrantes(28). Los estudios empíricos de Uvarov en el norte del Cáucaso con una de las especies endémicas de la zona, la Locusta migratoria, le habían llevado a plantear dicha teoría. Según Uvarov, las especies emigrantes de langosta con instintos gregarios, culpables de las plagas, son transformaciones de otra fase solitaria inofensiva que constituye el estado natural de la especie. El paso de una fase a otra no es repentino sino que dura dos o más años, presentando caracteres intermedios que Uvarov denominó transiens-congregans a la evolución de solitaria a gregaria, y transiens-dissocians a la de gregaria a solitaria. Las fases representan sólo variaciones temporales de la especie y la mutación de sus caracteres puede ser más o menos amplia, según las especies de langosta. Si en algunas de ellas los caracteres externos, coloración principalmente, son muy manifiestos, en otras como nuestra langosta común o marroquí, "no son tan patentes y se hace preciso recurrir a la biometría para establecer relaciones (el índice élitro-femoral, por ejemplo) que resuelvan la cuestión"(29). Estas mutaciones cíclicas obedecen a las circunstancias del medio, especialmente de la temperatura y de la humedad, actuando sobre la vegetación.

La pululación de la forma sedentaria se produce como efecto de circunstancias favorables, por ejemplo, lluvias oportunas y de cuantía conveniente que acrecen el área apropiada a la vida de la langosta, "en coincidencia con una intensidad menor de los factores letales traducida en aumento de la densidad de población, con la consiguiente tendencia al gregarismo"(30) . La transformación consecutiva de los individuos solitarios en gregarios se produce como una reacción del insecto ante factores desfavorables: lluvias primaverales escasas y reducción consecutiva de las superficies apropiadas a la vida de la especie. De este modo, a un año excepcionalmente lluvioso en cantidad y distribución corresponde el pululamiento de la forma solitaria; si a continuación vienen años con lluvias de primavera deficiente, empezarán a formarse las primeras bandadas gregarias y, acentuándose la sequía, se producirán los vuelos de emigración.

Por lo que se refiere a su biología, el ciclo de la langosta empieza cuando las hembras hacen las puestas hincando el abdomen en tierra, donde quedan los huevos envueltos y protegidos por una sustancia mucosa, formando el llamado canuto o canutillo; cada hembra pone más de cien huevos, repartidos en varios canutos, dentro de cavidades de varios centímetros de profundidad. Sin duda, es esta increíble capacidad de multiplicación el origen de las situaciones de riesgo para las otras especies, entre ellas el hombre. Tal como señalan los ingenieros agrónomos José del Cañizo y Víctor Moreno, "si la hembra de una pareja de langostas pone 120 huevecillos, para que la población no aumente al año siguiente, 118 de ellos, o de los insectos a que dan lugar, han de perecer antes de la puesta. Pero si en vez de sólo dos langostas adultas sobreviven 4, 6, 8, 10 ó 50, entonces el número de langostas al otro año habrá aumentado 2, 3, 4, 5 ó 25 veces, respectivamente."(31)

Durante el verano las langostas no avivanor falta de humedad y en invierno a falta de calor, por lo que las pequeñas langostas no nacen hasta la primavera. Durante esta estación, si las condiciones atmosféricas y la temperatura son favorables, se desarrollan los huevos puestos en otoño y nacen las larvas. Éstas tienen el tamaño de un grano de centeno y son de color blanquecino pero poco más tarde se tornan oscuras; en esta fase reciben el nombre de mosquito por su semejanza con este insecto, aunque carecen de alas. Después, en sucesivas mudas pasa a los estados de mosca, saltón y langosta verdadera. Desde su primera fase forman rodales o manchas, cada vez más grandes al reunirse con sus inmediatos, y a medida que van devorando la vegetación tienden a concentrarse en la periferia del anillo en busca de alimento. Cuando en algún punto hay un obstáculo, se rompe el anillo y siguen avanzando en forma de cordón, también llamado jabardo, arrasando el terreno, pues devoran toda especie de plantas. En su fase voladora emigran a largas distancias en vuelo planeado y a gran altura, formando enjambres en algunos casos de miles de millones de individuos. En esta última fase de su ciclo la langosta es un animal temible, básicamente por la dificultad de evitar sus invasiones y por la facilidad con que se desplaza. Después de un periodo variable, entre cuarenta y noventa días, durante el cual tiene lugar la fecundación y puesta de los huevos, mueren los individuos adultos; es el momento en que la langosta vuelve a empezar otra vez todo su ciclo biológico.

En resumen, para fortuna de la agricultura y de las actividades humanas, las plagas de langosta se presentan con periodicidad irregular. Su formación depende de determinadas condiciones de clima y vegetación, sobre todo de las lluvias de primavera; en los periodos intermedios permanecen en la fase solitaria. En líneas generales, la langosta sigue sobreviviendo en áreas remotas, a menudo semidesiertas, donde escapa a la detección y el control, y sobre todo a la acción decidida de la sociedad que las sufre. En este sentido vale la pena recordar las recientes plagas que afectaron a gran parte de África, originadas en la incapacidad de los organismos de lucha antiacrídida de ese continente para hacer frente a dicha calamidad natural.(32)

Por lo que se refiere a nuestro país, las plagas de langosta han desaparecido como calamidad pero no como riesgo potencial. Como señalaba el ingeniero agrónomo Francisco Domínguez a mitad de la presente centuria, la langosta apenas pasará de ser un inofensivo saltamontes en España "mientras se la tenga a raya con frecuentes inspecciones en los focos gregarígenos y lucha preventiva en ellos, con gasto mínimo"(33) . Las plagas de langosta han dejado de ser hoy un problema; sin embargo, la abundante literatura en el pasado sobre las mismas pone de manifiesto la importancia que tuvo en España dicho fenómeno, y que llevó a algún autor a llamarlo acertadamente problema nacional.(34)

Referencias

Pedgly, D.E, 1989: Weather an the current desert logus plague. Weather, 168-171

Algunas en la red:

El último Boletín de langostas puedes verlo en la página de la FAO:

http://www.fao.org/news/global/locusts/locuhome.htm

Grupo de predicciones

http://www.fao.org/WAICENT/FAOINFO/AGRICULT/AGP/AGPP/Locusts/Default.htm

Boletines informativos actuales e históricos

http://www.fao.org/NEWS/GLOBAL/LOCUSTS/Archiv02.htm

La langosta del desierto y su ciclo de vida. La última plaga en España y más:

(*) Control de las plagas de langosta y modernización agrícola en la España de la segunda mitad del siglo XIX, Antonio Buj Buj

http://www.ub.es/geocrit/geo95.htm

Esta entrada se publicó en Reportajes en 14 Sep 2004 por Francisco Martín León