Los modelos europeo y GFS dejan la puerta abierta a las nevadas en cotas bajas para el inicio de 2026

2026 comenzará con temperaturas plenamente invernales en España debido a la irrupción de masas de aire con origen polar. Aunque la distribución de las precipitaciones es una incógnita, es probable que la nieve se deje ver de nuevo.

Durante el comienzo de 2026 seguirá habiendo opciones de que la nieve se presente en cotas más bajas de lo habitual, lo que también implica que los sistemas montañosos seguirán acumulando nieve progresivamente.

El bloqueo anticiclónico que se ha instalado en el noroeste de Europa continuará durante los próximos días y, con él, una clara tendencia al acercamiento de masas de aire de origen polar continental al entorno de la Península Ibérica. Si bien las advecciones previstas no parecen fuertes y estas masas de aire se desnaturalizarán sensiblemente por el camino, seguirán conservando sus características originales hasta cierto punto: serán predominantemente frías y secas.

Según los modelos europeo y americano (GFS), este patrón de circulación será persistente. El anticiclón de bloqueo apenas se moverá de su posición, si acaso experimentará un ligero desplazamiento hacia el oeste, internándose en el Atlántico.

¿Cómo puede empezar el 2026 en España?

Con esta configuración es de esperar que la situación en 2026 comience muy similar, con posibles irrupciones de aire frío y el potencial de que la Península Ibérica quede, o bien en un área proclive al desarrollo de borrascas o bien inmersa completamente en la masa de aire frío, dependiendo de la intensidad de la advección y de la evolución de otros sistemas menores como vaguadas o borrascas más locales.

El desplazamiento del anticiclón de bloqueo hacia el oeste permitirá que el bloqueo clásico derive en un bloqueo atlántico, con consecuencias igualmente significativas en la circulación de latitudes medias.

Los dos principales modelos globales coinciden en la alta probabilidad de que este patrón de circulación permanezca durante el inicio de 2026, pero con sutiles diferencias que se acentúan ya durante la primera semana de enero y que conviene vigilar.

Por ejemplo, el europeo mantiene este bloqueo en la mayoría de escenarios mientras que el GFS no; aunque no descarta la persistencia del bloqueo, un gran número de escenarios lo hacen evolucionar a una dorsal atlántica progresivamente, facilitando la entrada de aire frío en la Península, pero restringiendo la intensidad de las advecciones y dificultando la llegada de borrascas con precipitaciones.

Aunque se recuperarán ligeramente, en enero las temperaturas bajan de nuevo

Tras irrumpir una dorsal asociada a este anticiclón de bloqueo, las precipitaciones que estos días afectan a zonas costeras y montañosas del este y norte peninsular remitirán. También ascenderán las temperaturas, al desplazarse la masa de aire más frío sobre el Atlántico.

Esto permitirá que las temperaturas, especialmente las diurnas, se recuperen progresivamente durante los próximos días. Sin embargo, el aire frío seguirá irrumpiendo desde Europa y la circulación de noreste se reforzará a partir de Nochevieja, por lo que cabe esperar que este ascenso térmico no dure mucho y las temperaturas vuelvan a bajar en Año Nuevo.

La nieve podría aparecer en más ocasiones durante los primeros días de 2026

Las precipitaciones y su distribución, en cambio, son una incógnita. Ahora mismo hay dos escenarios probables a escala sinóptica: en el primero el bloqueo se mantendría fuerte y permitiría el descenso de aire frío de forma masiva al sur de Europa y la zona mediterránea con el consecuente riesgo de que toda esa zona adquiera cierto potencial ciclogenético y se desarrollen borrascas.

En ese caso las lluvias serían mucho más probables y generalizadas, con una alta probabilidad de que se produzcan nevadas en zonas de interior y no solo en zonas de montaña.

A pesar de las diferencias entre los distintos escenarios, la persistencia de las altas presiones al noroeste de Europa es común en casi todos ellos.

Un segundo escenario, más respaldado por la mayoría de escenarios del GFS y puntualmente algunos del modelo europeo, debilita el bloqueo y aproxima las altas presiones a la Península. Esta situación seguiría siendo fría, pero mucho más estable y, por tanto, con menos opciones para ver la nieve, salvo tal vez en zonas de montaña del norte peninsular, donde se seguirían produciendo algunas precipitaciones por retención orográfica.

En resumen, pese a la gran incertidumbre que plantean los modelos a medio plazo, completamente normal con un patrón de circulación complejo como este, hay varios escenarios que plantean situaciones típicas de nevadas en cotas medias o bajas de la Península. Esto no sucedía, por ejemplo, el año pasado por estas fechas, e implica que será recomendable seguir la evolución de esta situación ya que, dependiendo del desenlace de este patrón de bloqueo, las nevadas podrían llegar a afectar a diversas regiones de nuestra geografía.

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