El frutal más resistente para climas secos: apenas requiere riego y produce en abundancia

Si buscas un frutal que aguante el calor, necesite poca agua y aún así dé fruta deliciosa y abundante, la higuera es la elección perfecta.

Las higueras pueden ofrecer cosechas generosas en en zonas secas.

Cuando se trata de elegir un frutal resistente al calor y a la sequía, pocos compiten con la higuera (Ficus carica). Este árbol milenario, originario del Mediterráneo y el suroeste asiático, se ha ganado un lugar privilegiado en huertos familiares y jardines de climas áridos por su capacidad de adaptación y su producción generosa.

La higuera no solo es una planta robusta: puede sobrevivir con muy poco riego, tolerar suelos pobres y prosperar incluso bajo el sol más intenso. A pesar de estas condiciones duras, ofrece una fruta dulce, nutritiva y altamente valorada tanto fresca como seca.

Una planta hecha para sobrevivir

La higuera es famosa por su resistencia natural, siendo capaz de crecer en zonas donde otras especies frutales fracasan por falta de agua o exceso de calor. Gracias a su sistema radicular profundo, la planta puede acceder a la humedad almacenada en capas inferiores del suelo, lo que la convierte en una opción excelente para zonas semiáridas o con lluvias estacionales.

¿Qué es un sistema radicular?
Conjunto de raíces de una planta que se encarga de absorber agua y nutrientes del suelo, fijar la planta al terreno y, en muchos casos, almacenar reservas de energía.

Además, no requiere suelos ricos ni cuidados exigentes y se adapta bien a terrenos calcáreos, pedregosos e incluso salinos, algo poco común en el mundo de los frutales.

Necesidades de riego mínimas

Como decíamos, uno de los puntos fuertes de la higuera es su bajo requerimiento hídrico. Durante el primer año necesita algo más de riego para establecerse pero, una vez enraizada, puede desarrollarse perfectamente con riegos esporádicos o incluso sin riego en climas mediterráneos o semiáridos.

Estos árboles se pueden ver sanos en plena montaña de climas secos, sin cuidados especiales.

Este aspecto la convierte en una planta muy valorada en zonas donde el agua es escasa o costosa en comparación con otros frutales como el manzano o el peral, que necesitan riegos constantes.

Producción abundante en condiciones secas

Pese a sus pocos requerimientos, la higuera es sorprendentemente productiva, ya que en condiciones adecuadas puede producir entre 30 y 50 kilos de higos por árbol al año, dependiendo de la variedad y el manejo.

Los higos pueden consumirse frescos, deshidratados, en mermeladas o incluso como parte de recetas tradicionales y, además, su valor nutricional es destacable: son ricos en fibra, antioxidantes, calcio y azúcares naturales.

Hay muchas variedades de higuera, algunas de las más comunes y exquisitas son:

  • Verdal: produce higos de verde intenso con pulpa roja y dulce hasta bien adentrado el otoño.

  • Cuello de Dama Blanco y Negro: suele ofrecer numerosos higos, redondeados y de cuello largo. Tienen una piel fina de verde claro en la primera variedad, y violeta y azulada en la segunda.

  • San Antonio: las cosechas son de calidad, comenzando muy pronto con brevas, ya en la primera quincena de junio.

  • Calabacita: las brevas son escasas y los higos son de piel fina y amarillenta. En ocasiones presenta rayas verdes. Suelen ser consumidos secos o como bombones.