El arbusto aromático resistente al calor que es ideal para jardines de verano mediterráneos
Un clásico mediterráneo que vuelve con fuerza gracias al delicioso olor de sus hojas perennes, sus delicadas flores y su gran tolerancia al sol. La opción ideal para quienes buscan un jardín bonito y muy fácil de cuidar en verano.

Si estás pensando en renovar tu jardín o darle un aire más veraniego sin complicarte la vida, el mirto (Myrtus communis) es una opción que deberías tener muy en cuenta. Este arbusto de origen mediterráneo es especialista en sobrevivir al calor, además de aportar un toque elegante y muy fragante a cualquier rincón verde.
Por eso, si tu apuesta es un jardín que luzca esplendoroso en pleno verano, huela maravillosamente y no te exija demasiado trabajo, esta es tu planta y te contamos todo lo que necesitas saber de ella.
¿Cómo es el mirto?
A primera vista, el mirto llama la atención por sus pequeñas hojas perennes de un brillante verde oscuro. Al frotarlas, notarás que huelen de maravilla.
Hoy toca sembrar arrayán. El arrayán o mirto (Myrtus communis) es un arbusto extendido por toda la cuenca mediterránea, perenne, de un follaje verde oscuro muy aromático y preciosas flores como perlas, rústico y duro, resistente a la sequía. De mis favoritos. pic.twitter.com/TEFoUuyyb9
— Messergato sembrador (ahora extremeño) (@Joseph_Messser) May 4, 2024
Pero lo mejor llega en verano, cuando este arbusto se llena de flores blancas que miden de 2 a 3 centímetros de diámetro y presentan finos estambres que le confieren un aspecto delicado y encantador.
Estas flores no solo decoran, también atraen abejas y mariposas, convirtiendo tu jardín en un pequeño oasis de vida. Las hojas y flores del mirto se utilizan para la extracción de aceites esenciales con propiedades aromáticas y medicinales.
Por ejemplo, las hojas, machadas en un mortero y aplicadas como una cataplasma, tienen propiedades balsámicas y sirven para tratar la piel irritada, o afectada por heridas, inflamaciones y úlceras. En forma de infusión, se usa para combatir resfriados y bronquitis.
Resistente al sol y el calor
Una de las grandes ventajas del mirto es que soporta muy bien el sol y el calor, algo fundamental en estos veranos cada vez más intensos.
Una vez bien enraizado, puede pasar largos periodos sin riego, lo que lo convierte en una planta ideal para jardines sostenibles o para zonas que sufran restricciones de agua.

Así que no solo es resistente, bonito, aromático y ayuda a crear un espacio lleno de vida, sino que, en tiempos de calor extremo y conciencia ecológica, es una apuesta segura e inteligente.
Ideal para cualquier espacio
El mirto es verdaderamente versátil. Se puede usar como arbusto aislado, seto decorativo o incluso plantarlo en macetas grandes para balcones o terrazas soleadas.

Hay que tener en cuenta que si se deja crecer libremente puede alcanzar hasta tres metros de altura.
Pero eso no será ningún problema, porque también se puede podar (siempre después de su floración o a finales del invierno) para darle forma y mantenerlo más compacto.
Los sencillos cuidados del mirto
En cuanto a su mantenimiento, cuidar del mirto no requiere muchas habilidades. Le gusta el sol directo (aunque tolera algo de sombra) aunque, eso sí, necesita un suelo bien drenado.

Durante el primer año desde su plantación debe regarse con algo más de frecuencia, pero luego se vuelve bastante autosuficiente. Por si fuera poco, es especialmente resistente a plagas, aunque conviene echarle un ojo en primavera por si aparecen cochinillas o pulgones.
Un arbusto con una historia milenaria
Además de ser bonito y resistente, el mirto también atesora historia. En la antigua Grecia estaba asociado a Afrodita, diosa del amor.
Los romanos consagraron este arbusto a su particular diosa del amor, la belleza y la fertilidad, Venus, y utilizaban sus ramas para confeccionar coronas, guirnaldas y ofrendas en las ceremonias porque se creía que el mirto tenía propiedades protectoras y purificadoras.
Siglos después, su aroma, entre el laurel y el eucalipto, sigue captando adeptos. En algunas zonas del Mediterráneo, sus pequeñas bayas, de color negro azulado que maduran en otoño, también se usan para elaborar un licor tradicional –el mirto rosso– muy popular en las islas de Córcega y Cerdeña.