Can Camins, el bosque más exclusivo de Cataluña: solo puede visitarse diez días al año
Descubre un lugar que demuestra que incluso en los márgenes más urbanizados, la naturaleza puede conservar un refugio si se la respeta con rigor. Está en Cataluña y la visita merece la pena.

Hay lugares que cautivan por su exclusividad: zonas vedadas, rincones que permanecen cerrados casi todo el tiempo, reservas para unos pocos elegidos. Esa atmósfera de secreto, de privilegio, de acceso limitado, despierta un deseo casi instintivo: saber lo que hay detrás de la puerta cerrada.
En Cataluña existe un paraje que juega con esa frontera entre lo visible y lo oculto, un bosque que rara vez deja entrar visitantes. Su nombre es Can Camins, un sitio tan reservado que solo abre sus puertas diez días al año.
Un oasis a un paso de Barcelona
Can Camins, también conocido como la Pineda de Can Camins, se encuentra en El Prat de Llobregat, en pleno corazón del Delta del Llobregat, a apenas unos minutos de Barcelona. Es un espacio natural costero que parece imposible dada su cercanía al aeropuerto y a las zonas urbanas.
El punto de acceso se sitúa frente a la Oficina de Turismo Porta del Delta, junto a la carretera de la playa. Desde allí parten las visitas guiadas que permiten descubrir este enclave tan protegido.
La Pineda de Can Camins és una de les zones de Catalunya amb els millors estats de conservació de la rereduna mediterrània. No l'has visitat mai?
— TurismeBaixLlobregat (@TurismeBaixLlob) September 14, 2024
Només s'hi pot accedir amb visites guiades. Descobreix la propera!https://t.co/pIYtgnNRpK#TurismeBaixLlobregat @portadeldelta pic.twitter.com/kiVSj8LwVW
A pesar de estar tan próximo a la ciudad, su atmósfera es la de un mundo aparte: un bosque suspendido entre el Mediterráneo y la memoria de lo que fue la costa antes del desarrollo masivo.
La historia de una reserva improbable
Lo cierto es que Can Camins no siempre estuvo destinado a ser un espacio natural. Durante años se proyectaron urbanizaciones y planes de expansión en el litoral del Prat. Sin embargo, el crecimiento del aeropuerto cambió su destino: cuando se construyó la tercera pista, parte de los terrenos fueron expropiados como compensación ambiental.
Gracias a esa decisión, lo que pudo convertirse en cemento se transformó en un refugio de vida. Las visitas son gestionadas por el Consorcio de Protección y Gestión de los Espacios Naturales del Delta del Llobregat, que vela por su conservación y regula con precisión su acceso.
Un bosque de dunas, pinos retorcidos y brisa marina
Lo que hace único a este lugar es su pinar litoral sobre dunas antiguas, un ecosistema casi desaparecido en el Mediterráneo. Los pinos piñoneros crecen sobre arena, retorcidos por el viento y moldeados por el aire marino, creando un paisaje que parece salido de un cuento.

El bosque es también refugio de una fauna discreta: aves como el carbonero común o el pico picapinos anidan entre los troncos, mientras pequeños mamíferos y reptiles aprovechan la sombra y la humedad del sotobosque. En ocasiones, incluso se han detectado rastros de jabalíes. Todo ello configura un ecosistema frágil, de equilibrio delicado, que sobrevive milagrosamente rodeado por carreteras, pistas de aterrizaje y polígonos industriales.
Un acceso limitado para proteger la vida
La exclusividad de Can Camins no es una estrategia turística, sino una necesidad ecológica. Y es que el bosque sólo puede visitarse diez días al año, el primer domingo de cada mes, excepto en julio y agosto, cuando permanece cerrado por el calor y la época de cría de algunas especies.
«Pineda de Can Camins» Reserva natural #Delta pic.twitter.com/IT3sAMYXFf
— Isabel Rovira (@maso_isabel) June 2, 2024
En cada jornada se permite la entrada a un máximo de 25 personas, que acceden gratuitamente y siempre acompañadas por un guía especializado. El recorrido, de una hora y media, es una experiencia pausada. No se trata solo de caminar entre pinos, sino de escuchar historias, comprender cómo se formaron las dunas, descubrir especies ocultas y aprender a observar sin alterar.
Calendario de acceso para 2025 y 2026
La próxima visita confirmada está prevista para el domingo 2 de noviembre, de 11:00 horas a 12:30 horas. Las siguientes se retomarán el primer domingo de cada mes desde enero de 2026, siguiendo el mismo esquema habitual: diez aperturas anuales, siempre guiadas y siempre limitadas.
Quienes deseen asistir deben presentarse temprano en la Oficina Porta del Delta, ya que las plazas se asignan por orden de llegada. No hay reservas previas, y sólo los primeros 25 visitantes pueden acceder al bosque ese día.
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