La caza de partículas fantasma en el mar: el telescopio de neutrinos más grande del mundo está en el Mediterráneo

Un gigantesco telescopio de neutrinos oculto en el mar Mediterráneo ha captado la señal de una partícula de energía extrema, un hallazgo que podría redefinir cómo observamos el universo.

El telescopio de neutrinos KM3NeT
El telescopio de neutrinos más grande del mundo, el KM3NeT, se encuentra sumergido en el Mediterráneo para captar señales invisibles del universo. Imagen: KM3NeT.

En las profundidades del mar Mediterráneo, un impresionante instrumento científico está dando mucho que hablar. Se trata del telescopio de neutrinos KM3NeT, una estructura instalada a varios kilómetros bajo el agua que registró en febrero la partícula más energética jamás identificada. Este hallazgo, publicado en la revista Nature, ha dejado abierta la posibilidad de que existan otros mecanismos cósmicos aún desconocidos capaces de generar fenómenos tan extremos.

El KM3NeT es una instalación científica europea situada en el fondo del Mediterráneo. Funciona con telescopios Cherenkov submarinos que detectan neutrinos cósmicos y atmosféricos. Su labor aporta avances clave en astrofísica y física de partículas.

La detección, bautizada como KM3-230213A, alcanzó un nivel de energía nunca visto: unos 220 PeV, cifra que multiplica por treinta cualquier registro previo. La magnitud del hallazgo sorprendió incluso a los propios investigadores, que lo califican de inédito en el campo de la física de partículas.

El misterio del neutrino y su fantasma azul

Los neutrinos son partículas tan elusivas que atraviesan la materia sin apenas dejar rastro. Se estima que varios millones cruzan nuestro cuerpo cada segundo sin ser percibidos. Precisamente por eso, los físicos los llaman partículas fantasma. Detectarlos exige instalaciones descomunales capaces de reconocer huellas mínimas, como la luz azulada que emiten ciertas interacciones en el agua.

En este caso, el telescopio KM3NeT no captó el neutrino directamente, sino un muon, un tipo de partícula que aparece cuando un neutrino choca en las proximidades del detector. La trayectoria de ese muon, junto con su potencia, permitió concluir que procedía de un neutrino cósmico. La señal fue tan intensa que se registró en más de un tercio de los sensores activos.

Los especialistas aseguran que la inclinación y energía del evento no dejan apenas dudas. Todo apunta a que su origen está más allá de la Vía Láctea. Lo que todavía no se sabe es cuál fue la fuente concreta. Podría tratarse de galaxias con agujeros negros supermasivos que aceleran partículas a gran velocidad, o bien de neutrinos generados cuando los rayos cósmicos chocan con la radiación de fondo. También existe la posibilidad de que sea un fenómeno todavía no contemplado.

Un telescopio de neutrinos bajo el mar

El KM3NeT no es un telescopio en el sentido tradicional. Su estructura está compuesta por miles de sensores ópticos suspendidos en el agua a profundidades que superan los dos kilómetros y medio. Dos grandes detectores, conocidos como ARCA y ORCA, conforman el proyecto: uno cerca de Sicilia y otro próximo a la costa de Provenza. Ambos trabajan como un único sistema para captar las débiles señales que dejan los neutrinos al interactuar con el medio.

El telescopio de neutrinos KM3NeT
El KM3NeT, instalado a más de 3.000 metros de profundidad en el Mediterráneo, utiliza miles de sensores ópticos para rastrear partículas fantasma. Imagen: KM3NeT.

La instalación se encuentra aún en fase de construcción, aunque ya funciona parcialmente. De hecho, la detección récord se logró con sólo una décima parte del diseño final. Cuando esté completamente operativo, previsto entre 2028 y 2030, su capacidad será mucho mayor y permitirá rastrear neutrinos con una precisión sin precedentes.

Más de 360 científicos de 21 países participan en esta colaboración internacional. Entre ellos se incluyen varios grupos españoles que trabajan en líneas complementarias: desde la astronomía multimensajero hasta la búsqueda de la materia oscura. Centros como el Instituto de Física Corpuscular de Valencia, la Universidad de Granada o el LAB de la Politécnica de Cataluña forman parte del núcleo de esta investigación.

Una nueva forma de observar el cosmos

El descubrimiento realizado por el telescopio de neutrinos KM3NeT se considera el inicio de una etapa diferente para la astronomía. Tal y como afirmó uno de los portavoces de la colaboración, "abre un nuevo capítulo en la astronomía de neutrinos y una nueva ventana de observación al universo". Esto significa que la física de partículas podría convertirse en un aliado imprescindible para desentrañar secretos cósmicos que escapan a los telescopios convencionales.

Los neutrinos, la segunda partícula más abundante del universo tras los fotones, ofrecen una manera distinta de explorar las zonas más inaccesibles, como el interior de estrellas o los alrededores de agujeros negros. Lo que hasta ahora era invisible podría empezar a dibujarse con datos tangibles. El hallazgo del neutrino más energético conocido es mucho más que un récord: representa una auténtica invitación para observar el universo con unos nuevos ojos.