Secretos de los glaciares al derretirse: desde cadáveres hasta virus

El aumento de la temperatura global continúa y, con él, el encogimiento de numerosos glaciares. Un retroceso que, en esta ocasión, está descubriéndonos tesoros muy interesantes, congelados y olvidados durante décadas.

Glaciar
¿Sabías que los glaciares se reducen anualmente entre medio y un metro? Entre el doble y el triple de lo que se derretía en el s.XX

Existen ciertas noticias que son consideradas un arma de doble filo, como el descubrimiento de cadáveres de alpinistas, excursionistas y militares de la Segunda Guerra Mundial que han permanecido desaparecidos durante varias décadas en los glaciares de los Alpes suizos. Curioso, sí, pero ¿cómo es posible que ocurra esto? Pues precisamente por el problema de siempre: el calentamiento global, y es que está provocando el derretimiento de esos glaciares y, por consiguiente, exponiendo sus “secretos” al exterior.

El cambio climático nos descubre su lado más macabro

Hace un tiempo saltó la noticia de que habían aparecido, en un glaciar de Suiza, un matrimonio que llevaba 75 años desaparecido. Al parecer, un 15 de agosto de 1942 salieron a ordeñar sus vacas y, simplemente, nunca volvieron a casa con sus 7 hijos. Ahora se les ha encontrado, atención: en perfecto estado de conservación -pertenencias incluidas-, y se plantea la posibilidad de que cayeran en una grieta y permanecieran sepultados durante tantas décadas.

Además de ellos, y entre otros tantos ejemplos curiosos, encontramos el descubrimiento de tres hermanos que salieron a hacer una expedición en el glaciar y desaparecieron en 1926; tres soldados austríacos, camilleros del ejército austríaco, que murieron en 1918 durante la llamada “Batalla de San Mateo”; o dos jóvenes japoneses que desaparecieron en 1970 al intentar ascender el monte Cervino. Todos ellos en los Alpes, exacto.

Pero no solo son personas las que han aparecido en los glaciares, todo tipo de objetos -especialmente de la Segunda Guerra Mundial- también se han dejado ver. Cascos agujereados, rifles, zapatos, restos de cartas sin acabar, fragmentos de periódicos rusos y hasta un avión, un bombardero estadounidense que participó en la contienda. Realidad, por cierto, que también ocurre en lugares como Groenlandia, donde han aparecido abundantes cantidades de uranio, cobre, oro y otros minerales; Siberia, donde una cría de mamut -en perfecto estado de conservación- fue hallada tras casi 40.000 años atrapada en el hielo; el Himalaya o la Patagonia, en Argentina, donde las historias de alpinistas desaparecidos entre el hielo también se suceden.

Este tipo de noticias son sorprendentes, a la par que curiosas, pero esto únicamente refleja la realidad de nuestro planeta: poco a poco los glaciares se están fundiendo, retrocediendo en altura y, por consiguiente, desenterrando todas aquellas personas y objetos que en algún momento quedaron enterrados en la nieve y el hielo.

El derretimiento de los glaciares revela regularmente restos humanos y objetos pertenecientes a personas desaparecidas. Fuente: Policía del cantón de Valais, Suiza.
El derretimiento de los glaciares revela regularmente restos humanos y objetos pertenecientes a personas desaparecidas. Fuente: Policía del cantón de Valais, Suiza.

No es sensacionalismo, el calentamiento global realmente está afectando a los glaciares

Desde que, en 1880, la Red Suiza de Glaciares (GLAMOS) decidiera registrar la longitud y grosor de sus glaciares, se ha descubierto que algunos de ellos han perdido entre 1,5 y 3 km de extensión. Y, a su vez, algunos investigadores estiman que únicamente un glaciar de todos los que hay en los Alpes suizos ha mantenido su tamaño y forma, mientras que el resto -un total de 80- se han deformado por la modificación de la temperatura del planeta. Pero esto no acaba aquí, pues el Journal of Glaciology plantea que, durante las próximas décadas, la nieve y el hielo se desharán más rápido, pudiendo llegar a perder a finales de siglo entre un 75% y un 90% de los glaciares alpinos -aunque este sería en el peor de los escenarios estudiados-.

Tal deshielo está afectando, incluso, a las fronteras entre países. Ejemplo de ello lo encontramos entre Italia y Suiza, donde sus fronteras siempre habían estado delimitadas a través de la cresta de los propios glaciares, y ahora, tras ver que muchos de ellos están desapareciendo, se dice que el Gobierno italiano está planteando la posibilidad de proponerle a Suiza un nuevo trazado sobre las rocas sólidas salientes.

Aunque no solo nos enfrentamos a una pérdida de superficie glaciar o al descubrimiento de objetos y personas desaparecidas, sino también a la liberación de virus y enfermedades que hace miles de años quedaron enterrados en la nieve y el hielo. Uno de los descubrimientos más sorprendentes es el que ha aparecido bajo el permafrost de Rusia: la existencia de algunos nematodos (pequeños gusanos) conservados desde hace 40.000 años donde, tras su tratamiento en el laboratorio, han recuperado la movilidad.

En principio no presenta peligro para el ser humano, pero no descartan que se descubran otros virus que sí supongan un problema. Como el que se descubrió en el Círculo Polar Ártico, donde una persona murió y 20 resultaron infectadas por ántrax. ¿Por qué? 1,5 millones de ciervos y renos que, entre 1897 y 1925, fueron infectados -causándolos la muerte y sepultándolos bajo el hielo- y que, tras el aumento de las temperaturas, se descongelaron y liberaron la bacteria a su alrededor.