Favor de señorón, sombra de nubarrón

En pleno verano, con gran calor, la aparición de las nubes de desarrollo, con su sombra, nos pueden aliviar del sofoco y representan un gran favor. ¿Cuáles son estas nubes?

Nube verano
Esas nubes que parecen puestas en el cielo adrede para darnos sombra en los días de verano, ¡un favor de señorón!

Con su base entre los 800 y los 1.000 metros de altura, por tanto nubes bajas, las hay de buen y mal tiempo y solo las más desarrolladas son capaces de producir precipitaciones. Como algunos habrán adivinado, estamos hablando de los 'cúmulos'.

Son nubes separadas, generalmente con un aspecto denso, con contornos bien definidos y con mayor desarrollo vertical que horizontal, aunque muy variable, que irá desde los pequeños cúmulos de buen tiempo o nubes de algodón, hasta los de gran desarrollo vertical, con forma de coliflor.

Favor de señorón, sombra de nubarrón...

Aún con mis muchos años en la Meteorología, me sigue pareciendo curioso lo de “buen y mal tiempo”. Está claro que “nunca llueve a gusto de todos”, porque para el bañista en la playa un cúmulo de buen tiempo le puede fastidiar el moreno, pero para la persona que esté trabajando en plena canícula, la sombra que dicha nube proyecte puede ser un verdadero “favor de señorón”.

Más regresemos con nuestros cúmulos de buen tiempo, que son debidos a las altas temperaturas y a la estabilidad atmosférica, condiciones que predominan desde finales de primavera, hasta el inicio del otoño, principalmente durante el verano.

También se les llama nubes de evolución diurna, ya que crecen o se desarrollan por el calor que va emitiendo el suelo según se va calentando por la gran radiación solar que recibe durante esos meses. Cuando las burbujas de aire caliente van ascendiendo, se van enfriando y si consiguen alcanzar el nivel de condensación se producirá la formación de gotitas de agua y por tanto aparecerá nuestro cúmulo de buen tiempo.

… que termina en chaparrón

Lo que sucede es que normalmente son nubes de poco desarrollo vertical. Nacen a media mañana en días que van a ser calurosos y encalmados. Pronto, empiezan a desarrollarse cada una por separado, conservando su base rectilínea (nivel de condensación) y horizontal, mientras que por la parte superior se desarrollan cumbres redondeadas, como de espuma espesa y sus bordes se recortan limpiamente sobre el azul del cielo.

Cúmulos de buen tiempo.
Cúmulos de buen tiempo.

A medida que transcurren las horas van creciendo rápidamente de tamaño y a mediodía pueden llegar a ocupar buena parte del cielo, aunque rara vez son capaces de cubrirlo por entero. Después, cuando el Sol va descendiendo, empiezan a aplastarse y se van adelgazando hasta desvanecerse poco después de la puesta del Sol.

Una forma de reconocer este tipo de cúmulos de buen tiempo es que se trata de una nube diurna, es decir, que solamente puede existir de día, y además es local, no atraviesa el cielo, sino que nace, evoluciona y muere en el mismo lugar; no quiere esto decir que no pueda estar dotado de pequeños movimientos.

Por tanto, sí que nos ayudarán a paliar el calor con su sombra aunque no con su chaparrón.