¿No has podido ver las perseidas? Estas son las lluvias de estrellas más espectaculares que aún quedan en 2025
El calendario astronómico aún reserva noches intensas: dracónidas, oriónidas y gemínidas que podrían superar el brillo de agosto. Apunta las fechas para no perderte estos espectáculos celestes.

La noche del 12 de agosto fue el gran momento para disfrutar de las perseidas, ya que esa noche se produjo el pico de actividad, pero no es la última ocasión de mirar hacia arriba en busca de meteoros. Todavía quedan varias citas astronómicas que pueden sorprender incluso a quienes ya vivieron el espectáculo veraniego.
En el hemisferio norte, la fama de esta lluvia se debe a su coincidencia con las vacaciones estivales y a su apodo popular: “Lágrimas de San Lorenzo”. Aun así, su estela no desaparece de inmediato; durante la segunda quincena de agosto todavía se pueden ver restos cruzando el cielo, ya que la Tierra sigue atravesando el polvo que deja el cometa Swift-Tuttle cada año.
Dracónidas: la lluvia pequeña que puede volverse gigante
Octubre abre el calendario de la segunda mitad del año. Del 6 al 10 de ese mes, las dracónidas dibujarán líneas fugaces que alcanzarán su punto álgido el día 8. Aunque su tasa habitual ronda los 20 meteoros por hora, hay precedentes sorprendentes con miles de destellos repentinos.
Abrimos #hilode Lluvia de Estrellas Dracónidas.Cada año a principios de octubre tiene lugar la lluvia de estrellas conocida como Dracónidas o Giacobínidas, y como lo hemos hecho en otros hilos. pic.twitter.com/N8PKRhS7Yi
— Historia Natural MX (@MHNCA_CDMX) October 1, 2023
En 2011, por ejemplo, se registraron más de 600 por hora en España, según datos oficiales. Esa posibilidad de “tormenta” repentina mantiene viva la expectación. Su radiante aparece muy cerca del horizonte, lo que obliga a buscar espacios abiertos sin árboles ni montañas que bloqueen la vista.
La ventaja de esta lluvia de meteoros es que puede observarse durante toda la noche. No requiere telescopio, pero sí paciencia y cielos despejados. Cada año, tanto astrónomos profesionales como aficionados cruzan los dedos esperando que se repita uno de esos estallidos imprevisibles que ya forman parte de la historia de la observación astronómica.
Oriónidas: destellos ultrarrápidos en pleno otoño
Entre el 2 de octubre y el 7 de noviembre llega el turno de las oriónidas, formadas por fragmentos que dejó el cometa Halley. Aunque producen menos meteoros que las perseidas, su gran atractivo está en la velocidad: 66 kilómetros por segundo frente a los 59 kilómetros por segundo de agosto. El momento ideal para contemplarlas será la noche del 20 de octubre. Alejarse de la contaminación lumínica es fundamental para captar sus finas estelas, que atraviesan la atmósfera a gran velocidad antes de desintegrarse.
El COMETA HALLEY nos visitó por última vez en 1986 (cuando Chernóbil) y, tanto esa vez como las anteriores, su cola dejó en su órbita elíptica un rastro de meteoros que a fines de octubre caen como lluvia de desde la zona de Orión.
— Nao Casanova (@NaoCasanova) October 6, 2021
Son las ORIÓNIDAS.https://t.co/rOJ27csjgP pic.twitter.com/IPSVr6WAZE
El Halley no volverá a pasar cerca de la Tierra hasta 2062, pero cada otoño cruzamos su anillo de residuos. Esto hace posible un espectáculo constante año tras año, donde las trazas parecen cortar el cielo con movimientos tan rápidos que apenas dejan tiempo para reaccionar.
Aunque el flujo suele ser cinco veces menor que el de las perseidas, el atractivo de la lluvia de las oriónidas radica en su nitidez y en la emoción de saber que estamos viendo partículas liberadas por uno de los cometas más célebres de la historia.
Gemínidas: la reina absoluta del invierno (y no vendrá sola)
El gran plato fuerte llegará entre el 4 y el 17 de diciembre, con un pico máximo la noche del 13 al 14 del mes. Las gemínidas suelen alcanzar los 120 meteoros por hora, lo que las convierte en la lluvia más intensa del calendario, por encima incluso de las perseidas. El frío invernal no debería disuadir a los observadores: con cielos despejados y una luna menguante con poca luz, las condiciones para 2025 serán especialmente favorables. Basta tumbarse bajo la oscuridad para disfrutar de un festival luminoso casi continuo.
Además de las gemínidas, noviembre y diciembre incluyen otras dos lluvias menores: las leónidas, activas todo el mes con un pico el día 17, y las úrsidas, visibles del 17 al 26 de diciembre y más intensas en la madrugada del día 22. Aunque mucho menos espectaculares, sirven de anticipo y cierre a un año repleto de actividad celeste.
Aprovechando la subida al Teide para ver la lluvia de estrellas geminidas para hacer una circumpolar con luna casi llena... pic.twitter.com/HQ6Xqd50Gr
— skyportphoto (@SkyportPhoto) December 14, 2024
El calendario astronómico de 2025 demuestra que mirar al cielo sigue siendo un plan irresistible. Sólo hace falta abrigo, un lugar apartado de luces urbanas y un poco de paciencia para no perderse ninguno de estos maravillosos encuentros con el universo.