Más allá de los desastres naturales: el coste silencioso de la angustia climática entre los adolescentes vulnerables

El cambio climático no solo deja inundaciones e incendios. También genera impactos psicológicos profundos en adolescentes que viven en situación precaria: el temor al futuro y la incertidumbre ambiental se traducen en ansiedad, depresión y otros problemas de salud mental.

El impacto del cambio climático en la vida de los adolescentes en situación de vulnerabilidad está haciendo mella en su salud mental.

No solo se mide en hectáreas arrasadas por incendios, casas inundadas por temporales o temperaturas récord.

La crisis climática global también se manifiesta en lo invisible: en los pensamientos intrusivos, el insomnio y el desánimo que complican la vida a miles de adolescentes vulnerables alrededor del mundo.

Así lo constata un nuevo estudio dirigido por la Universidad de Stanford, en Estados Unidos, que sido publicado en la revista científica The Lancet Planetary Health y aborda otra crisis emergente: la de la salud psicológica en entornos donde la inseguridad social y económica ya impone desafíos cada día.

Terror al cambio climático

El estudio, que ha sido realizado por investigadores de las facultades de Medicina, Derecho y Sostenibilidad de la universidad estadounidense, ha contado también con la colaboración de expertos en salud de Bangladesh.

Mediante la realización de más de mil encuestas y el desarrollo de grupos de discusión entre adolescentes de regiones del sudeste asiático con diferente exposición a inundaciones, los trabajos llegan a conclusiones impactantes.

Los que residen en ciudades propensas a inundaciones, tienen casi el doble de probabilidades de manifestar signos de ansiedad y más del triple de experimentar síntomas depresivos en comparación con aquellos que viven en localidades más pobres y, por tanto, menos protegidas frente a este tipo fenómeno climático.

Así socava la “ecoansiedad” la salud mental de los jóvenes

Los expertos en salud mental advierten: el impacto psicológico del cambio climático está creciendo, especialmente entre jóvenes de comunidades desfavorecidas.

Damnificados de un terrible incendio en el sur de Bangladesh, que destruyó miles de casas en 2023.

La angustia climática o “ecoansiedad”, un término cada vez más frecuente, describe la intranquilidad crónica ante el deterioro del planeta y la sensación de impotencia frente a la crisis ambiental.

Si bien este fenómeno afecta a jóvenes de todo el espectro social, en adolescentes en situación de vulnerabilidad, sus efectos se agravan por la falta de redes de apoyo, acceso limitado a salud mental y la percepción constante de un futuro invivible.

Un miedo que no deja ver el futuro

En barrios donde la pobreza se entrelaza con la precariedad ambiental —desde asentamientos en zonas inundables hasta comunidades cercanas a vertederos o industrias contaminantes— los adolescentes viven bajo una doble amenaza.

Una inmediata, la que representa su entorno; otra persistente, de consecuencias devastadoras para su economía familiar y que puede alcanzarles en cualquier momento, que es la crisis climática global.

El estudio ha servido para demostrar que estas emociones no son casos aislados y que existe un aumento preocupante de síntomas ansiosos y depresivos en chicos y chicas que expresan un sentimiento de desesperanza ligado al medioambiente.

Brechas en la atención psicológica

En muchos países especialmente amenazados por el cambio climático, los sistemas públicos de salud mental están crónicamente subfinanciados, y pocos programas abordan específicamente el vínculo entre clima y bienestar emocional.

Mientras el discurso global se centra en mitigar emisiones y adaptarse a eventos climáticos extremos, la salud mental sigue quedando relegada

Una omisión que resulta grave —advierten los expertos— porque expone a toda una generación a daños psíquicos persistentes sin estrategias para su contención.

¿Qué se puede hacer ante la angustia climática?

Los especialistas proponen incorporar la educación climática emocional en las escuelas, crear espacios seguros para la expresión del miedo y la rabia, y promover acciones comunitarias que reconecten a los adolescentes con su entorno desde una posición activa.

En este contexto —dice el estudio en sus conclusiones— es necesario preparar a los jóvenes para su futuro de creciente estrés climático.

Porque más allá de los datos y las catástrofes visibles, el cambio climático también está dejando cicatrices invisibles que, de no atenderse, marcarán a las mujeres y hombres del futuro próximo.

Referencia de la noticia

Goldberg, Liza et al (2025). Salud psicológica de los adolescentes, descuento temporal y angustia climática ante una mayor exposición a inundaciones en Bangladesh: un estudio transversal de métodos mixtos. The Lancet Planetary Health, Volumen 0, Número 0. https://www.thelancet.com/journals/lanplh/article/PIIS2542-5196(25)00137-8/fulltext